sábado, noviembre 18, 2006

Los Operadores Políticos

(Publicado en el semanario Iquiquexpress, edición del 19 de noviembre de 2006)
La gente tiene mucha razón al preguntarse ¿quiénes son los operadores políticos? ¿De dónde salieron? ¿Qué hacen? ¿Por qué existen? ¿Por qué están tan de moda?
Intentaré contestar esas dudas, no sin antes aclarar que me fue muy difícil encontrar información seria y documentada sobre esta categoría de seres humanos del espectro social. Ni mi socio sabelotodo Google, que casi nunca me falla, me pudo dar una manito. En consecuencia, me tuve que batir solito consultando por aquí y por allá. Afortunadamente por aquí conozco algunos operadores políticos y uno de ellos me dio un “off the record” con lo cual creo que al final logré el objetivo de alcanzar una aproximación más o menos cercana al fenotipo social aquel llamado “operador político” (OPEP).
Para no desordenarme en el análisis, porque el tema tiene muchas aristas, vericuetos y hoyos negros, me referiré a los aspectos más trascendentales de estos singulares y peripatéticos sujetos:
1) Perfil y competencias. El operador político es un tipo cuya preparación política es muy baja. No le da para ser líder de nada en su partido por lo cual, como militante disciplinado que es, se pone al servicio de aquel, con la sana intención de alcanzar su máxima aspiración: estar en el poder aunque sea de soslayo, medio pupilo, pero amparado por algún padrino, mentor o protector poderoso, del cual se convierte tan pronto lo pone en un cargo, en su esclavo blanco. Dotado de escasa inteligencia, carente de total imaginación, sin embargo es bueno para los mandados y además polifuncional, una mezcla de Espinita, “goma” y esclavo. Está para el barrido y el fregado. Puede organizar desde un desayuno de su “pontífice” con un montón de señoras de la tercera edad en una población, pasando por retirarle a los niños del colegio, repartirle folletería en las esquinas a pleno sol o hacerle Reiki o sintergética con imanes para bajarle el stress si es necesario.
Se valora mucho que este prohombre no piense. Es más, es indispensable que no tenga pensamiento propio pues si lo hace “la caga”. Un caso que ilustra esto es el del OPEP Andrés Farías. El “pensó” que era bueno mandar el famoso mail, aún cuando ese no haya sido un pensamiento propio porque en rigor un operador político no lo tiene. El sujeto de marras así lo reconoció cuando dijo “yo pienso PPD”.
2) Tipos o categorías. Los operadores políticos son de dos clases.
(esto lo descubrí tras un largo y profundo análisis) Los “gomas” y que tienen el perfil descrito más arriba y los ABC1. Estos últimos son sujetos de buen pelaje, inteligentes, profesionales, generalmente de mucha plata y que por cierto están en el sector privado, pero que mueven los hilos de las marionetas (militantes disciplinados) inspirados ni siquiera por móviles partidistas, sino porque les gusta el muñequeo y les fascina sacar y poner peones del tablero público. Viven articulando y desarticulando entidades, buscándole las cinco patas al gato para hace cambios gatopardescos, para que todo quede igual. Se vanaglorian de sus contactos del más alto nivel y siempre parecen estar enterados de todo. Al revés de los operadores C2, estos no buscan un sueldito, sino información privilegiada, poder y contactos para futuros negocios. Los operadores chantas en cambio, andan detrás de un sueldo (no de trabajo) y son ubicados generalmente en cargos ambiguos y poco precisos en cuanto a sus misiones (encargados de comunicaciones, jefes de gabinete, coordinadores, relacionadores, asesores comunicacionales, jefes de estudios, etc.) Lugares donde nunca deben responder por resultados concretos. Son servidores públicos que no sirven a nadie. Bueno, rectifico, sirven solo a su patrono.
3) Las misiones. Los operadores políticos cumplen misiones estratégicas y especialmente en épocas electorales son indispensables. Actúan como verdaderas oficinas de reclutamiento y selección de personal. Head hunters políticos especializados en búsqueda de militantes que den los perfiles buscados. Otra misión crítica es encontrar platas para las campañas de la manera y de donde sea (véase aquí un potencial peligro de corrupción). Suelen ser beneficiados con el manejo de algunos fondos para atender asuntos de pobreza, los que en su loable afán de satisfacerlas los usan primero para dichos fines pero a poco andar y a medida que se acercan las épocas de elecciones, los van derivando de alguna forma hacia los fans políticos que simpatizan con su mecenas.
También otra misión es juntar gente (la máxima posible) en todo acto público donde vaya su jefecito y desde luego, votos que es finalmente su leit motiv.
Estos OPEP´s son los que hacen el trabajo sucio, porque en verdad solo reciben ordenes, nunca pueden ni deben pensar por si solos, ya que como lo dije, si lo hacen la embarran (me remito al caso Farías nuevamente). A diferencia de los OPEP´s ricos que son un poder fáctico que hace y deshace a su arbitrio, porque piensan.
Las herramientas del cargo de los operadores gomas son el teléfono y un computador con conexión Internet, elemento este último con el cual actúa como amo del universo y donde juega todo el día con mandando mails , direcciones, rendiciones de cuentas, peticiones de platas, citaciones, currículos y largas listas con nombres de militantes que quieren incorporarse a la “nomenklatura” para servir a la Patria. El teléfono (red fija y móvil ) que usa y que pagamos todos los chilenos con nuestros impuestos es usado en un 99,9% del tiempo en asuntos políticos. En eso se la lleva todo el día, atendiendo la clientela menuda, de poca trascendencia, buscándole pegas a gente por el sueldo mínimo, preocupados de “gentusa” que su líder por ningún motivo perdería ni un minuto de su valioso tiempo (“valioso” por lo caro para el Erario Nacional) .
Con todos los datos que me proporcionó mi contacto, una versión criolla de “garganta profunda” de este Faríasgate” podría escribir un libro. Pero hasta aquí lo dejo, solo agrego lo que escribió Gumucio. “Me encanta estudiar la caca de los caballos y sobre todo me interesan las piruetas de las moscas. Algo parecido ocurre con los operadores políticos”. Algo huele mal en Dinamarca, como diría Shakespeare a través de uno de sus personajes de Hamlet. Digo yo

domingo, noviembre 12, 2006

La "pandilla" de Flores

“Flores” en Primavera

Nunca entendí mucho a qué vino Fernando Flores a Chile. Con el pasar del tiempo fui comprendiendo las que yo estimo serían sus razones, descartando por cierto lo patriótico chovinista de tener el corazón bien puesto, o lo loable de devolverle a la Patria, lo tanto que le dio. Menos, porque sintiera nostalgia de las empanadas y los porotos.
Cuando apareció por estos lados haciendo su campaña para senador, si hubiera sido mujer le habría hecho la pregunta tradicional: ¿qué hace una chica como tú en un lugar como este?
Ahora y en serio mi estimado senador ¿qué hace un hombre como usted en un país como éste? Dueño de una fortuna nada de despreciable, socio o propietario de varias empresas, muy prestigiado en el mundo de las ideas (junto a Humberto Maturana son los únicos citados en la literatura seria) poco explican este coffee break parlamentario que se ha dado durante su paso por Chile.
La duda es razonable también porque FF, no es un hombre cualquiera. Es un tipo que va varios pasos anticipados del resto de los mortales (y de esta parte del mundo con mayor razón). También es hábil jugando muchos juegos a la vez (política, educación, ciencia, tecnología, negocios, filosofía, lenguaje, lectura, escritura, tango, etc.) y es además clever, porque en todas estas esferas de su quehacer y de su interés, lo hace con éxito. Además tiene otro mérito, no es para nada egoísta con lo que sabe, le gusta divulgarlo y que más y más personas se interesen por seguir sus pasos. Entrega lo que sabe. Una buena lección de gestión del conocimiento de repartir lo que sabe para que agarre velocidad y se multiplique.
Sin ser de su camada, socio, amigo o correligionario, me he visto favorecido por el fugaz paso de Flores por Iquique. Me introdujo al tema de los blogs, de las comunicaciones digitales y a entender la importancia del emprendimiento como una forma de prosperar en la vida.
Una vez lo vi durante su campaña política sentado frente a un grupo de pobladoras en un patio de una modesta casa en Alto Hospicio con un basural de fondo. Escuchaba atento pero incómodo sus penurias. Me lo imaginé en su hábitat del hemisferio norte. En la terraza de su casa en California, seguramente teniendo de fondo no un basural sino el majestuoso Golden Gate, pensando cómo “abrir mundos”. De las calles de San Francisco a Alto Hospicio, no me cuadraba.
Mi conclusión es que Flores vino a Chile para instalarse en las esferas del poder, léase Parlamento y eventualmente la presidencia de la República y desde allí introducir los cambios que estima este país necesita para meterse en onda. O mejor dicho, siguiendo con uno de sus temas favoritos, subirse a la banda, pero siempre que sea ancha.
No obstante, en mi modesto parecer, no estamos preparados para los cambios profundos que nos sugiere el senador de Tarapacá. En verdad solo tenemos las competencias para los cambios cosméticos, nada trascendental. Nada que nos proyecte en el largo plazo, como lo visualiza y considera indispensable don Fernando.
Aparentemente los últimos sucesos que han ocurrido en el país, en donde han estado involucrados personajes principales de su partido y compañeros de asiento en el Senado, han terminado por minar su paciencia, que digamos de paso no es mucha porque se le calienta muy rápido el radiador y no es de los que se guarda lo que piensa y siente. Y lo dice con todas su letras. “No estoy para ser parte de una pandilla de corruptos” (o algo así).
Yo creo que Chile no da el ancho (de banda) que quiere el senador. A Flores le queda chica la política nacional, le quedan chicos los políticos, los partidos (para qué decir de las ideas de los políticos), los temas le parecen chatos, las propuestas añejas, las fórmulas caducas, en fin, todo aquello que nos hace estar siempre en la medianía de la tabla. Jamás pensando en los top ten ni en las ligas mayores.
Porque es rico, porque es pesado, porque es inteligente, porque le gusta el tango, porque es irónico, porque nos cree incompetentes, por lo que sea, con el tiempo el honorable se ha ido quedando con auditorios muy selectos, que es una forma elegante de decir que se está quedando solo. Su pensamiento no tiene arraigo en el pueblo. Con el tiempo hasta la “pandilla” PPD, lo ha ido abandonando y después de lo ocurrido con Girardi que rebalsó el vaso, definitivamente lo congelaron. Para colmo, tampoco lo tragan mucho en la Moneda, ni sus socios de la Concertación. Y por aquí por el norte, a lo menos en Iquique, se le ve poco. En Arica están más contentos con él porque le han hecho caso a algunas de sus ideas. Su coto de caza son los jóvenes y emprendedores. Y aquí en Iquique, parece que hay más viejos y menos emprendedores.
Y para terminar de defecarla, Flores no es un tipo simpático y tampoco hace ningún esfuerzo para serlo o parecerlo. Disfruta su fama de pesado, petulante y creído. Pero en verdad tiene a mi entender buenas razones para ser como es. Entre otras, porque las cosas que hace las hace bien. Es un winner, por donde se le mire.
Todo este perfil hace que Fernando Flores Labra senador de la República, y no “de” sino “por” la I región (esto hay que aclararlo pues muchos piensan que los senadores trabajan para uno) termine siendo un llanero solitario y tome la decisión de irse. Ya se ha adelantado que posiblemente tan pronto termine su período agarre sus cosas y compre un one way ticket a los Estados Unidos. Salvo que forme un nuevo referente (partido, agrupación o club) para un fin que solo él y un grupito muy selecto sabe. Si es que les dijo.
La reacción fuerte y violenta que ha expresado el senador por la corruptela desenfrenada que se ha “empoderado”, de políticos y entidades, creo que tendrá buenos resultados. De muestra un botón. Nuestro diputado local ha disparado contra el gobierno por intentar frenar la labor fiscalizadora de la Cámara. Esta es una muy buena señal pues muestra otra visión. La mirada del político moderno, la visión de un servidor público. Esa visión de largo plazo, de seriedad y de respeto es lo que se necesita. Digo yo.

sábado, agosto 26, 2006

Shiiit, esto es un paradigma


A paradigma muerto, paradigma puesto
(publicado en el semanario Iquiquexpress el 10 de mayo de 2006)
Hace unos 15 años, un amigo me dijo, durante una acalorada discusión (de ideas) que yo tenía una mente llena de paradigmas y consecuentemente mi pensamiento era paradigmático. Hasta allí no más llegó la conversación. No porque se me hubieran acabado los argumentos sino porque a la sazón - debo reconocerlo con vergüenza – yo desconocía lo que eran los paradigmas y menos lo que podría ser tener una mente paradigmática. Por cierto en ese momento no iba a declararle mi ignorancia, así que preferí una sutil retirada. Me fui triste y cabizbajo a mi casa. Esto de los paradigmas debe ser grave pensé para mis adentros. ¿Se me notará mucho cuando hablo?
Pero en los tiempos actuales los paradigmas están en boca de todos y por todas partes hay manifestaciones que responden a conductas paradigmáticas. Antes los paradigmas habían estado tranquilitos durante largos períodos de la historia del hombre pero ya a partir del último cuarto del siglo pasado empezó una corriente innovadora que les echó el ojo. Lo más corriente hoy es que todo el mundo ande como loco y deseoso de romper paradigmas. Muchos nuevos gobiernos llegan al poder dispuestos a erradicar los paradigmas del pasado. Todo el mundo quiere cambiar algo, cualquiera cosa que tenga visos de paradigma. Lo importante es deshacerse de esas “trancas” que durante parte de nuestras vidas nos han impedido ser auténticos, libres, espontáneos, verdaderos y libres.
Aún cuando los paradigmas son un tema global, he podido observar que no todo el mundo sabe el alcance que tienen, sus características y los efectos. Por ello, me he permitido en esta oportunidad hacer una contribución explicando de manera simple este complejo asunto. Estoy seguro que al terminar de leer esta columna, aquellos que algo sabían de los paradigmas terminarán más enredados. Y los que nada sabían, bueno, esos, seguirán peor.
Lo primero que debe decirse es que los paradigmas no son buenos ni malos. No son positivos ni negativos. Son por decirlo de una manera gráfica, como Suiza durante la guerra mundial, neutrales.
Y a propósito de ese país, comencemos las explicaciones imaginándonos una pregunta que pudo haberse hecho el año 1966. ¿Qué país dominará en el año 2000 la fabricación de relojes? Hace cuarenta años la respuesta inequívoca habría sido: Suiza. La respuesta era obvia. Durante los últimos sesenta años ese país había dominado el mercado. Los suizos fabricaban los mejores relojes del mundo. Todo quien quisiera un buen reloj, compraba un reloj suizo. Pero en 1980, los suizos habían perdido el 30% del mercado y hoy ya no figuran en el ranking. ¿Qué había pasado? Tuvieron un choque frontal con un cambio paradigmático. Los relojes dejaron de hacerse con engranajes, ejes y resortes. Nació el reloj a cuarzo (ellos mismos lo desarrollaron y lo presentaron en una feria y un japonés avispado les compró el invento. El resto es historia). Los suizos nunca cambiaron el paradigma de que los relojes siempre serían como los habían hecho. No se abrieron al cambio. Es lo que se denomina parálisis paradigmática.
Los paradigmas están absolutamente asociados al cambio. Si no somos capaces de someter lo que hacemos al escrutinio, a la duda a la observación, no descubriremos que en el futuro están nuestras mayores posibilidades.
Si observamos los cambios trascendentales que han ocurrido en el mundo veremos que los más grandes fueron aquellos que significaron la ruptura de rígidos paradigmas:
Primer ejemplo: Japón fue durante años, el mayor fabricante de autos y electrónica del mundo (quién lo hubiera creído si al término de la segunda guerra los gringos no solo hicieron mierda su territorio y su armada sino también su economía. Segundo ejemplo: Los chilenos, ahora estamos trasformados en los mayores productores de salmones del mundo (especie que ni siquiera existía en el país hace pocos años).
Todos estos son cambios paradigmáticos, que duda cabe. Entonces, ¿le queda claro qué son los paradigmas? Si su repuesta es no, le sigo aclarando con algunos ejemplo domésticos . Los paradigmas son como esas expresiones que nunca faltan en su trabajo y que se dicen cada vez que alguien propone algo nuevo. Yo las llamo las frases asesinas:
¡Eso no va a resultar! ¡Aquí hacemos las cosas de otro modo! ¡Nosotros siempre hemos hecho las cosas así! ¡Ya lo intentamos y no dio resultado! ¡Hacerlo de ese modo va contra nuestra política! ¿Cómo se atreve a sugerir que lo que estamos haciendo está mal hecho? ¿Quién le dio permiso para cambiar las reglas?
Los paradigmas son un conjunto de creencias a las cuales les damos validez casi sacra. Tienen diferentes formas de presentarse y se instalan en las mentes y actúan como filtros que “cuelan” todas nuestras ideas y pensamientos al momento de expresarlos.
Durante años he ido juntando diversas palabras que representan subgrupos del concepto de paradigma: modelo, estándar, hábito, principio, valor, marco de referencia, sabiduría popular, sentido común, teoría, tradición, costumbre, ideología, superstición, doctrina, dogma, protocolo, suposición, patrón, conducta, inhibición, etc. Nótese que no agregué globalización, cultura, organización ni mercado, porque estas palabras son grupos de paradigmas. Verdaderos “combos” paradigmáticos.
Estimado lector, aquí hago un break para medir su nivel de comprensión sobre el tema de los paradigmas. Señalaré un conjunto de frases o ideas a fin de que usted identifique las que cree son producto de un paradigma. De esta forma sabré si ha entendido las explicaciones dadas o sigue trancado por algún paradigma estacionado por allí en algún pliegue de su cerebro:
“Los hombres no lloran. Las mujeres manejan mal. Guagua que no llora no mama. La Educación es función del Estado. Jesús es el hijo de Dios. La bandera chilena es la más linda del mundo. La puntita no más. El hombre en el trabajo, la mujer en el hogar. El mejor amigo del hombre es el perro. Los hombres chilenos son machistas y las mujeres feministas. Los hombres son bígamos porque las mujeres son monótonas. La democracia es la menos mala de las formas de gobierno. Las AFP´s nos roban nuestra platita. El cobre es el sueldo de Chile. Pinochet nos salvó del comunismo. Ricardo Lagos gobernó como un derechista de izquierda. Desde los cuarenta todas las mujeres se ponen rubias. La paridad es una discriminación al mérito”.
Si usted logró descubrir las frases libres de paradigmas, le felicito, está muy bien alineado con los tiempos y el futuro le depara grandes novedades, porque tiene la mente abierta y está dispuesto al cambio.
Pero lo que seguramente no descubrió es que todo este artículo es un paradigma. Se lo digo yo, que soy un ser paradigmático en estado de cambio permanente.

sábado, agosto 12, 2006

Del puente a la Moneda

(Publicado en el semanario Iquiquexpress)
No creo que etimológicamente la palabra “puente” derive de unir, ligar o juntar, sin embargo, la idea que genera su sola mención es precisamente algo que junta, que une, que acerca. Es, por así decirlo, como el antónimo de “muro”, algo que divide, separa, limita. En rigor, puente, dice el diccionario, es una estructura destinada a salvar obstáculos naturales como ríos, valles, mares, etc. o artificiales, como vías férreas, carreteras y dar continuidad a las comunicaciones terrestres.
El concepto así entendido explica por ejemplo el sentido que tiene aquello de “tender un puente” que no es otra cosa que intentar que desaparezca la tirantez, o frialdad de una persona o entidad y otra. Lo óptimo es cuando se logra lo que se denomina “tender un puente de plata” . Esto es lo máximo en cuanto a forma de resolver un quiebre entre dos o más partes. El puente de plata, permite cruzar caminando “suavecito” desde la crisis a la solución, con la fórmula del ganar-ganar, instrumento indispensable para la resolución de conflictos.
También se puede aplicar en la expresión “servir de puente”, cuyo alcance sería el de facilitar para un contacto. En esta categoría caen los infaltables pitutos, la presentación de un amigo(a), el acceso a un personaje importante o una entrevista con un posible cliente.
Con estos ejemplos queda claro entonces lo que la palabra “puente” implica y comprende. Ahora bien, extrapolando el concepto y aplicándolo a la situación vivida estas últimas semanas con el puente que se iba a construir en Chiloé, vale la pena preguntase si esto terminará uniendo o separando más a los chilenos, no solo territorial, emocional o políticamente, sino que también en cuanto a si el gobierno es serio y responsable o populista y socialmente sensible.
Todo depende del lado del puente desde donde se mire el asunto. Los políticos en general y particularmente los parlamentarios de la zona afectada, están a favor de la construcción. No podría ser de otra manera pues si se opusieran firmarían su sentencia de muerte (política se entiende) Además, no puede olvidarse que obras son amores y no buenas razones, como dice el refrán. Por otro lado están los técnicos, los economistas, las autoridades y los “estadistas” que ven el país con visión de largo plazo y que advierten que si bien el puente es necesario, hay otras prioridades y que no se puede gastar así no más irresponsablemente. Curiosamente ni Frei ni Lagos opinaron lo mismo en su tiempo. Es más, don Ricardo prácticamente lo “pre inauguró”, pues en cada viaje a tierras chilotas, metía el tema del puente en todos sus discursos. Por eso también lo amaban, igual que los empresarios
Varios han sido los interesados en servir de puente de plata entre las posiciones discrepantes, pero aparentemente la decisión ya está tomada y este vehículo no tiene marcha de retroceso. Se sabe que el puente quedó cortado entre el ministro de Obras Públicas y muchas figuras del mundo político, incluso del conglomerado oficialista al que pertenece.
Desde la perspectiva ciudadana, hoy que se comenta y se informa a cada rato de la billetera XL que maneja el ministro de Hacienda y por lo tanto la presidenta, a las autoridades le resulta difícil dar las respuestas tradicionales que antes se esgrimían: no hay plata. Ahora esa excusa no se puede dar, ni siquiera insinuar. Por lo tanto, todos piden lo máximo. Si hasta los mineros de la Escondida lo entendieron así. La política del tejo pasado pero en su expresión extrema. Es como tirar el tejo fuera del estadio. El equivalente a un “jonron” (home run) en el juego del béisbol. Es una variante del pensamiento del padre Hurtado que se está imponiendo, pedir hasta que duela. En este caso, que les duela a los dadores, sean estos el Fisco o una multinacional dueña del cobre.
Pienso que igualmente se podría hacer el discutido puente, buscando alguna fórmula en el Ministerio de Obras Públicas. Allí el personal ha demostrado ser muy creativo e innovador a la hora de buscar platas y aplicarlas en proyectos incluso no muy santos. Donde han sido malos ha sido en la supervisión de los trabajos pues hay varios que se les han caído. Pero ese es otro cuento.
Lo que más me preocupa es el efecto en las personas. La pérdida de confianza en las autoridades, en las promesas electorales, el daño emocional, su sentido de pertenencia a un Chile unitario, conculcado.
¿Por qué no se buscó en el sistema de concesiones alguna variante para que toda la plata la pusiera el inversionista? Podrían haberle preguntado como hacerlo a ese experto del MOP que… a no, creo que ese señor está temporalmente fuera de servicio.
Retomo mi preocupación. Las cosas han quedado mal a nivel de las emociones de los afectados y estas son, según los expertos, las que perduran, son la denominada memoria de largo plazo. Este hecho podría servir para sacar futuros dividendos políticos. Los chilotes o chiloinos podrían acuñar la frase “Perdonar siempre, olvidar jamás”. Los habitantes de la isla perdonarán, porque perdonar es divino, pero a la hora de las elecciones no olvidarán que les cortaron el puente y las esperanzas y a alguien le pasarán la cuenta.
Esto me hace recordar la historia de dos hermanos que vivían en granjas vecinas y que tuvieron un conflicto y hacía 20 años que no se hablaban. Un día llegó un carpintero y le ofreció a uno de los hermano sus servicios. El granjero le pidió que construyera una cerca de dos metros de alto, por todo el límite con el sitio de su hermano menor. “No lo quiero ver nunca más”, le dijo y dejó trabajando al hombre mientras iba al pueblo por el resto del día Al regresar, el granjero se quedó asombrado. No había ninguna cerca de dos metros construida, sino un hermoso puente que unía a las dos granjas a través del arroyo. En ese momento vino el hermano menor y abrazó a su hermano y le dijo: “Eres un gran tipo, mira que construir este hermoso puente después de lo que te he hecho y dicho”. Estaban en la reconciliación cuando el carpintero pasó a despedirse. “Espera le dijo el hermano mayor, quédate, tengo muchos proyectos para ti. Me gustaría quedarme, dijo el carpintero, pero tengo muchos puentes que construir”.

martes, agosto 01, 2006

A agenda muerta, agenda puesta

Este año, nuevamente estoy comprometido con la verdad. Esto me obliga a revelar a mis fieles lectores, un secreto muy bien guardado, pero, curiosamente conocido y que por extraña causa, pocos se percatan que son afectados por sus manifestaciones que finalmente marcan sus destinos.
No es una carta astral ni las predicciones de algún “artilugio esotérico” que informe del devenir de los humanos para los próximos años con sus bondades e infortunios. Es un asunto serio, profundo y me atrevería a decir, holístico, pues lo envuelve todo. Nadie queda fuera. Es integrativo, democrático y parte de la cultura de la globalización.
En verdad, este tema ya lo tenía registrado en mi agenda y hoy no hago más que cumplirla. De eso se trata, de la agenda, un plan de acción que se hace para cumplirlo. Si no así, se transforma en letra muerta. Por eso, cuando se ven los más mínimos atisbos de fracaso de una agenda, se hace todo lo posible para resucitarla o de reformular otra agenda rápidamente. Aquí rige el principio básico de: a agenda muerta, agenda puesta. Lo concreto es que no se puede vivir sin agenda.
Esta condición de inmortalidad o en su defecto, resucitamiento continuo de la agenda, la hace casi divina. La agenda, así vista, constituye un sistema regulador permanente de todo lo que pase a nivel planetario.
¿No será mucho? Para nada, la agenda en estos tiempos es como la gasolina de un motor. Es lo que permite que las cosas se muevan, que avancen, que lleguen a destino.
No es una exageración, partamos desde el principio. De la agenda divina, esa lista de tareas que Dios confeccionó cuando creó todo. En el punto uno de su agenda de trabajo el Tata Dios anotó: primer día, hacer los cielos y la tierra y ponerle luz para que haya día y noche. Haciendo corto el cuento, en el penúltimo punto anotó: crear al hombre. Finalmente el día séptimo registró: descansar. Se lo merecía, porque no es fácil crear un mundo en sólo seis días. Hoy, con armas nucleares en manos de tantos locos repartidos sobre la faz de la tierra, posiblemente sea fácil en pocos días destruir el planeta Tierra, parte de su creación.
Copiando o imitando a Dios, los hombres inventaron la agenda. Para muchos un instrumento diabólico tanto más adictivo que las drogas, el sexo, la internet, los negocios, el juego, los viajes, etc. Para otros, es una herramienta indispensable para marcar el rumbo hacia donde caminar, en qué tiempo, cómo y con quien. Estar sin agenda o no ser parte de una agenda, es como andar dando tumbos por la vida. Es ser un paria, un náufrago, un zombi, un lingera, un cero a la izquierda, una sombra en la caverna, una…una mierda.
Aclarada la importancia crítica de la agenda en la vida del hombre y las mujeres (se me olvida esto de la paridad) y teniendo claro lo que significa estar off side de una, hay que entender asimismo que los diversos tipos de agendas que nos rigen tienen efectos y consecuencias diferentes para cada cual.
Por ejemplo, como ciudadano de Chile cada uno de sus habitantes es parte de una Agenda Internacional que confeccionó posiblemente algún poderoso personaje dueño de parte del mundo, que agendó, una reunión con la presidenta Bachelet para en agosto, una invitación a que visite su país en noviembre, a participar en un encuentro de países productores de cobre, a revisar un tema del Consejo de Seguridad de la ONU, firmar un convenio, etc. etc. De lo que ocurra a causa de esa agenda, de las decisiones que se tomen, de los efectos que produzcan, cada cual podrá salir favorecido o perjudicado. En este sentido, usted no maneja su agenda. Es un peón más en el tablero.
Ahora bien, si una agenda es de pocos temas y de plazo breve para ejecutarla, se llama “agenda corta”, de lo contrario es agenda larga, que es sinónimo de mala y eterna. Cuando no es posible acortarlas, se acostumbra a reformularlas. Otra cosa muy importante es saber en qué momento es conveniente usar agenda propia y cuándo la agenda de otro. Esto tiene sus riesgos. Se recordará cuando la presidenta les dijo a los colaboradores de su gabinete que no se arrancaran con los tarros, forma coloquial de decirles que no manejaran agendas propias sino las de la presidencia. Su inobservancia les costó a algunos la pega. Salieron de la agenda presidencial y de la Moneda.
La lista de agendas es interminable, las hay de todo tipo, en cada lugar y para el lado que se mire. Los estudiantes tienen agendas, los transportistas tienen agendas, los diputados tienen agendas, los senadores tiene agenda, la intendenta tiene agenda, la iglesia tiene agenda. Hay agendas sociales, políticas, pendientes, olvidadas, por elaborar, con y sin exclusiones, perdidas, incluso agendas que nacen muertas o mueren en el camino. También son conocidas las agendas sobre economía, energía, educación, concesiones, delincuencia, relaciones exteriores. Y en cuanto a países, hay agenda con todos y cada una de las naciones del planeta. La con Bolivia, por ejemplo, es una Agenda sin exclusiones. Bueno…decir con todos los países del mundo podría ser una exageración ya que posiblemente con Burkina Faso no tengamos agenda (¿o la tendremos?).
Lo que quiero enfatizar y concluir, es que los seres humanos (chilenos y chilenas incluidas) somos víctimas o favorecidos del “sistema agendático”, un invento de origen divino que, según algunos nos fregó la iniciativa y la creatividad. Otos piensan sin embargo, que sin agenda no se llega nunca a donde no se sabe que se quiere llegar. Gracias a la agenda se hace y se cumple lo programado y lo prometido. Si un plan, estaríamos siempre pillándonos la cola. Dejo a cada cual que concluya si es bueno o malo tener agenda, apegarse estrictamente a una, o vivir libres como algunos pájaros.
Finalmente les cuento que tengo una amiga que goza como china con las agendas. No puede vivir sin ellas, las disfruta a concho. Y su filosofía es muy simple, le da lo mismo si son cortas o son largas, lo que le gusta es que sean duras. Oh my God.

domingo, julio 16, 2006

Discriminación Positiva

(Publicado en el semanario Iquiquexpres el 1 de julio de 2006)
Mis primeras aproximaciones a la discriminación las viví en mi tierna infancia cuando mi madre le servía a mi progenitor las mejores presas de carne en la cazuela, los trozos más grandes del asado o la primacía en la atención. El orden en que llegaban los platos era : primero el rey de la casa -mi padre- luego mi hermana mayor, luego mi hermano y finalmente yo. El factor discriminador, la edad. Si había visita, ésta tomaba la posición de mi hermana y todo se corría un puesto en el orden. En cualquier circunstancia el último siempre era yo. Pero en verdad la más discriminada era mi madre la que no se sentaba nunca pues estaba preocupada de servir.
Basado en mis experiencias, me convencí que discriminar no era bueno, por el contrario, que era muy malo. Sin embargo, luego empecé a reflexionar llegando a la conclusión que el mundo no podría vivir sin discriminación. Esto, porque en esencia, la igualdad es imposible. Aunque la publicidad nos diga que “impossible is nothing.
Explicaré mis puntos de vista. En primer lugar diré que amo la libertad y la igualdad y que el artículo 1º de la Constitución Política de Chile que dice: Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos, me inspira mucho, pero me hace surgir dudas. Porque es fácil decirlo, incluso constitucionalmente, pero muy difícil y complejo traducirlo en acciones para lograr tan loables propósitos.
Para un padre, todos los hijos son iguales. En teoría los ama a todos igual. No me cabe duda que el Dios Padre debe practicar el mismo principio. Sin discriminar por raza, nacionalidad, sexo, color, peso estatura, condición social, idioma, religión, etc. No me imagino un Dios discriminador.
Sin embargo, mi conclusión es que si discrimina. A cada rato discrimina. Siempre discrimina. No podría ser de otra manera. La naturaleza discrimina, la vida discrimina, el hombre discrimina. El universo discrimina. Es obvio que así sea porque la discriminación es una consecuencia de la necesaria desigualdad que crea la variedad y por lo tanto, la existencia.
Y para colmo, la desigualdad no es neutral (o no es justa), porque siempre habrá algún factor de “relevancia” que obligue o permita diferenciar. Siguiendo a Aristóteles habría que aceptar que la igualdad justa sería “tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales”.
Con la llegada del actual gobierno, han aflorado temas que habían estado sumergidos porque nadie quería ponerle el cascabel al gato. Uno de ellos es “hacer justicia” mediante lo que se llama la “discriminación positiva”. Una forma orgánica y de la esfera del poder político, cuyo propósito es darles opción a los sectores sociales o étnicos que no tienen posibilidades ciertas de lograr algo por sus propios méritos y esfuerzo. En rigor, es ponerles “avales” de peso para que pasen colados ciertos filtros dentro de la exigente sociedad actual en donde lo que prima es la meritocracia. Una suerte de pase libre, fast truck, baliza, rompe filas, beca, pituto, o como se le quiera llamar, pero que cumple la misión de permitir “saltarse” los pasos obligados que el resto debe cumplir.
No obstante la discriminación positiva debe aplicarse en forma “discriminatoria” pues son excepciones y su finalidad altruista y para eliminar desigualdades estructurales hay que elegir. Siempre hay que elegir aunque sea entre los desiguales.
Esto obliga a discriminar. Siempre cuando hay que elegir por la vía de la intervención humana hay que usar un dedazo. La elección es inevitable. ¿Cuántos cupos gratuitos en la enseñanza superior se deben entregar a los más pobres? Un 3%, un 5% un 10%. ¿Y a los discapacitados qué? ¿Y por qué no considerar a los niños de la Isla Guar de Chiloé que todos los días tienen que cruzar un lago para ir al colegio? ¿Y por qué ayudar a la Teletón y no a los niños con cáncer u otras decenas de instituciones que lo necesitan tal vez mucho más? ¿Por qué esa preferencia “oficialista” que siempre se le da al Hogar de Cristo? Podrían darse cientos de ejemplos. Lo que quiero enfatizar es que siempre se discrimina y toda discriminación es odiosa e injusta.
Con frecuencia veo que “casualmente” los parlamentarios siempre consiguen los primeros asientos en los aviones. Nunca les he visto por allí al medio del avión compartiendo democráticamente con el pueblo. Porque no creo que alguien discrimine para favorecerlos. Eso sería poco igualitario. Hasta podría ser inconstitucional.
En mérito a lo que he planteado, ya puedo declarar que estoy en contra de la discriminación positiva. La considero injusta y discriminatoria.
Por lo general las normas de discriminación positiva no tienden a ubicar al individuo en situación de competir con el resto en un plano de igualdad, de forma que se evalúen sus aptitudes personales específicas, procurando no poner atención en aquellos rasgos que provocan la discriminación en su contra. Tales normas omiten, en rigor, la consideración de las capacidades del sujeto y sus méritos propios.
Además, ahora está el tema del género, hoy se norma a favor de las mujeres. Una suerte de paridad a la fuerza. ¿Y qué pasa con los méritos y las capacidades? Mañana podrán exigir lo mismo chinos, negros, peruanos, mapuches, blancos, crespos, rubios, chicos, grandes, gordos y flacos. El tema de fondo es que se está obviando un requisito que en estos tiempos es motivo de culto: la calidad y la productividad.
Por otra parte la expresión misma me parece que tiene un evidente contrasentido. Por un lado discrimina (lo que se estima por definición como algo negativo y por otro lado trata de poner justicia haciendo algo positivo en favor de un grupo discriminado). Y para colmo, la frase la encuentro parecida a otras de similar ambigüedad como: “envidia sana, mentiras piadosas, crítica constructiva, árbitro saquero, muerto en vida”. Lo más probable es que el tema de hoy no haya sido comprendido por usted. Perdóneme la discriminación, pero era para gente top, de cierto nivel hacia arriba del segmento ABC1. No para todos. Digo yo, que pienso que la discriminación de trato no es lo mismo que la de status.

lunes, junio 12, 2006

Homenaje a Prat



Este es el homenaje a la Patria de mi nieto Vicente. Su primer 21 de mayo en Iquique, cuna del heroismo de todos los chilenos.

¡P´tas que estamos ricos!

(Publicado en el semanario Iquiquexpress en mayo de 2006)
Afortunadamente, a la luz de las cifras que miden el crecimiento de los países, en Chile estamos más bien que la miéchica. Esto -no lo de la miéchica sino lo del estar bien- no solo lo dicen las autoridades nacionales sino organismos internacionales como el FMI que se dedica entre otras cosas a medirle la temperatura del desarrollo a las naciones del mundo, para luego prestarles plata, previa exigencia de que hagan bien las tareas encomendadas, entre otras, cuidar la democracia, no gastar los billetes en populismos, cumplir los compromisos financieros y manejar el gasto público bajo y controlado.
La tendencia para los años que vienen es alentadora. La economía mundial atraviesa por un período de alto y prolongado crecimiento superando todos los pronósticos especializados. Los gringos del norte están a todo dar, los del Reino Unido siguen bien, aún cuando a tasas más bajas pero mejores que el resto de las economías de Occidente que están pagando la cuenta por el mantenimiento de un Estado de Bienestar de baja calidad y deficitario. Por su parte las naciones que fueron socialistas están aplicando políticas de apertura, de mercado y de baja tributación por lo que se prevé una expansión importante en los próximos años. Los japoneses están en franca recuperación tras una década tirando para la cola. Finalmente ya se sabe que las economías más dinámicas del mundo como China e India están con tasas de crecimiento por sobre el 9% y 7% respectivamente.
Los que siguen como las pelotas y con el subdesarrollo más arriba del paracaídas son muchos países de Africa. En el caso de Latinoamérica sigue el mejoramiento con buenos indicadores en Venezuela, Argentina. Para Chile el FMI pronostica un crecimiento del producto por sobre el 5% para este año y el siguiente, liderando el ranking latinoamericano.
Raya para la suma, en Chile estamos muy bien y el veranito de San Juan está resultando mucho más largo que lo habitual. Como dicen los viejos volantineros del sur: “no te cortís hilito”.
Analizando la razón y la circunstancia por la cual estamos la raja con indicadores de crecimiento súper, concluyo que hay una muy poderosa causa. Para algunos, peligrosamente “la única”, lo que en el mediano y largo plazo nos deja muy vulnerables. El alto precio del cobre. Los más optimistas piensan que hay también otras razones para que estemos ricos y poderosos como son: la capacidad de nuestros empresarios, la eficiencia de la plataforma de las comunicaciones, la experticia en comercio exterior, la estratégica ubicación geográfica frente al Pacífico, y no faltan incluso los que la atribuyen a la visión de futuro que tuvieron los Chicago boys durante el gobierno militar al abrir los mercados.
Puede que si puede que no. Pero lo concreto es que a la fecha hay un componente muy importante que es el precio del metal rojo, el llamado sueldo de Chile.
La chorrera de dólares que ingresa cada día por la venta de cobre es por toneladas. En el Banco Central han tenido que meter los billetes hasta en los baños. Dicen que una semana completa estuvieron los tres ascensores del lado sur del instituto emisor con la mitad de su superficie con unos paquetes muy envueltitos y fajados, eran puros dollars. El público sin saberlo participó de una semana en que la divisa norteamericana subía y bajaba todo el día en sus propias narices.
La relación dólar, cobre y crecimiento económico es muy fuerte, aún cuando si hay exceso de dólares se recienten algunos sectores de la economía, especialmente los exportadores, porque el precio de la moneda baja y el negocio para ellos se va a las pailas como dice nuestra presidenta.
Pero lo que yo quiero comentar es esta sensación, real o ficticia, de sentirse abruptamente rico. Que a uno de repente le digan ¡p´tas que eres rico! Confieso que a mí nunca me lo han dicho por razones económicas. Pero al escuchárselo a un hermano de un país vecino que me dijo: pues mira tú que ricos que son (refiriéndose a Chile por cierto) Quedé marcando ocupado. Seguramente porque soy de la generación del subdesarrollo, un modelito fabricado en la época de los aranceles altos, los productos nacionales de mala calidad, del Estado empresario, benefactor, de la Alianza para el Progreso, el modelito CEPAL, la ALADI, etc., etc,. Siempre fui pobre o mejor dicho nunca me he sentido rico (ni lo he sido).
Pero de repente me doy cuenta que estoy en otro país. Que soy rico mierda ¡huija! Soy del país que más salmones vende en el mundo. Soy ciudadano del país con las reservas de cobre más grandes del mundo y por lo tanto uno de los primeros exportadores de ese metal. Y en ese sector, el de las exportaciones, la fruta, los vinos, la madera, la harina de pescado, los huevos de codorniz, las sustancias Chillán, la baba de caracol, y decenas de productos y servicios más, los vendemos fuera y nos seguimos llenando de monedas duras (no tanto a veces). Y también exportamos “modelitos” como el de las AFP, que aún cuando sea cuestionado por “perverso”, es lo que ha permitido el desarrollo económico.
¿Será cierto esto de que estamos tan ricos? Si y no. Con un precio de más de 3 dólares la libra de cobre los ingresos de la divisa verde son fabulosos. Una proyección de dos años hacía aventurar una cifra superior a los 14 mil millones de dólares. Esa inmensa cantidad de plata nos hace ricos de un día para otro. Nuestra condición de rico o pobre se juega de lunes viernes en la jornada de la mañana en las principales bolsas metaleras del mundo. Personalmente cuando el dólar está por debajo de los 3 dólares la libra me siento pobre y subdesarrollado. Pero cuando desde Londres o New York avisan que estamos sobre los tres dólares, me siento más rico que la cresta. Pero, debo aclarar, que esta percepción de riqueza en meramente virtual, porque sigo lleno de dudas, no me alcanza la plata para hacer todo lo que quisiera, ni para darme los gustitos que ya a estas alturas del partido de mi vida, me los tengo más que merecidos.
Pero esto es como toda moneda. Tiene dos caras. La cara fea es la que muestra a los miles de compatriotas que la pasan mal, que no tienen qué comer, que están sin casa, o que no encuentran oportunidades de trabajo. En ese sentido, cuando aún persisten más de 500 mil chilenos sin empleo y cientos de miles bajo el nivel de pobreza, uno no puede decir sino ¡somos unos pobres de mierda! Digo yo.

domingo, mayo 14, 2006

Así va mi nieto

Vicente entre Sinatra y Mozart
A mi nieto Vicente de solo 3 meses de edad , le estoy educando el oído
desde dos vertientes. Por un lado el talentoso Amadeus Mozart y por la otra,
con la voz de Frank Sinatra. Talvés cuando mayor tenga cuestionamientos
de hacia donde va su inclinación musical, pero ahora que puedo influir,
es lo que estoy haciendo. Si la embarro me avisan.

Chile: Un país largo, flaco y con vista al mar



Lo bueno, lo malo y lo feo
(publicado en el semanario Iquiquexpress en su edición del 14 de mayo de 2006)

Hace algunas semanas en el programa de televisión Tolerancia Cero, el sociólogo y escritor Fernando Villegas dijo que Chile era un país penca. Esto produjo escozor, molestia y centenares de chilenos seguramente arriscaron la nariz, sin contar los miles que sin duda pensaron o dijeron irreproducibles coprolalias en contra del audaz opinólogo dominical.
Que un país sea penca, entendiendo por tal, que la masa humana que lo integra, la forma en que se organiza, lo que culturalmente produce, la manera en que se relaciona interna o externamente, está mal hecho, es de dudosa calidad, ambiguo, feo, a medias, en fin, nada como para sacarse un siete. En resumen, hacemos las tareas así no más, como entre Tongoy y Los Vilos. Esto determina que la marca registrada de Chile sería un mediocre cuatro. De esta manera, Villegas tendría razón entonces, seríamos pencas.
Pero las voces se levantaron fuertes y reclamaron argumentando que por el contrario, nuestro país era un cúmulo de gente muy capaz y competente y que éramos lo mejorcito del vecindario y que ya desde el siglo pasado nos llamaban los ingleses de Sudamérica y porque además, teníamos un cuanto hay de “éxitos” , donde no podrían faltar ni el zurdo de Vitacura, el bombardero de la Reina o el Vampiro de Viña del Mar. En el campo de la literatura y las letras, dos premios Nobel garantizan de por vida que somos buenos para el verso y la lira. En el campo de los negocios y la economía…bueno, ahí si que damos cancha tiro y lado. En esa asignatura nos sacamos puros excelentes. Ergo, hemos hecho las tareas bien y tenemos méritos suficientes para que nos pongan puros sietes.
Raya para la suma, las visiones son dicotómicas y extremas. Por un lado están los que piensan que somos pencas y por otra los que creen que somos excelentes.
Particularmente me cargan los extremismos y los extremistas. Creo, objetivamente que a veces somos pencas y otras buenos o muy buenos en lo que hacemos o cómo nos comportamos. Penduleamos desde la nota el 3 al 7, sin mucha vergüenza.
Y esto es lógico y lo esperable, porque este país está lleno de seres humanos (99 % de ellos son chilenos) y los seres humanos somos así, con defectos y virtudes. Con gente que sabe y gente que no sabe, con gente pobre y con gente rica, con gente con estudios y con gente sin estudios, con oportunidades para desarrollarse y sin oportunidades. Y en ese enjambre de casos y situaciones sin duda que también hay gente penca y gente brillante. Hay inteligencia y desinteligencia.
Todo esto hace que finalmente tengamos un país que a veces luzca hermoso, brillante, opaco, triste, exitoso, desarrollado, injusto, prometedor o, como lo está actualmente, rico.
Lo que el país muestre de si mismo, debiera ser por consecuencia la suma de lo que las personas que lo integran son. Por lo tanto, nosotros los ciudadanos chilenos seguimos la suerte del título que se ponga la Nación. Si Chile es un país moderno, los chilenos somos modernos. Si Chile es un país desarrollado, los chilenos somos desarrollados. Si Chile hoy está más rico que nunca, los chilenos estamos más ricos que nunca.
Esto es lo que podría pensarse sin mayor cuestionamiento. Pero en verdad, esa no es la verdad. En este país a pesar de todo persisten muchas cosas feas y malas. No podría ser de otra manera. La trilogía de lo bueno, lo malo y lo feo es ineludible.
Es bueno Chile cuando está ordenado, cuando es democrático, económicamente activo, integrado al mundo, moderno y con sus finanzas en orden. Es malo cuando no se preocupa del medio ambiente, de la educación, de evitar que sus estructuras institucionales sean invadidas por la corrupción o que la droga y la delincuencia se apoderen de las sociedades más desvalidas. Es feo Chile cuando no muestra tolerancia, cuando las desigualdades son abismantes, cuando la educación está crisis, cuando las oportunidades para la gran mayoría no se presentan.
Igual que las personas, todo país tiene un lado bueno, uno malo y otro feo. Lo importante es hacer los esfuerzos para cambiar las proporciones. Que lo bueno pase a muy bueno, lo malo a bueno y lo feo a bello. Hoy, Chile puede hacer un esfuerzo adicional en materia de gasto e inversión social, debido al chorro de dólares que le ha llegado por las ventas de cobre y “sin moverse del escritorio”. Se estima que para este año el superávit sería del orden de los 12 mil millones de dólares. Para que usted lo dimensione, es como unas 10 veces la fortuna de Piñera. En un solo año. Se supone que esto será más o menos igual por dos o tres años.
Desde luego que aquí hay entonces que tomar una decisión de alto nivel y trascendental. Gastar e invertir ahora, arriesgando un poco o mucho el futuro (no se puede saber cómo vendrá la mano en los años siguientes e este veranito de San Juan), o meter la plata debajo del colchón, ponerla en inversiones rentables, achicar las deudas, pagar los intereses, en definitiva, ser cautelosos y previsores, a fin de garantizar que cuando retornen las vacas flacas, no nos pillen con los pantalones abajo. Especialmente porque junto a las vacas, suele venir un toro semental.
La decisión de qué hacer con las platas me motiva a sugerir que se haga una consulta a la ciudadanía, ofreciéndoles diversas opciones de uso, para que se pronuncie. La presidenta, que es muy buena para formar comisiones, podría hacer una con representantes de los diversos sectores políticos, empresariales, sociales y think tank que pululan por doquier, para que hicieran propuestas al respecto. Yo le he escuchado algunas ideas interesantes al gordo Sergio Melnick en Tolerancia Cero, relativas a poner en las regiones, fondos para inversión en desarrollo productivo. A nosotros nos vendría súper bien. Poquita plata pero segura, a la que habría que agregarle las provenientes del royalty minero, para investigación y tecnología. Con toda esa plata extra, podríamos hacer maravillas, especialmente ahora que seguramente seremos región aparte de Arica. Así no tendremos más que repartirnos la pobreza.
Ojalá algo favorable pase. No es grato vivir en un país sin esperanzas. Pero si nada resulta, me conformo pues yo estoy orgulloso con lo que tenemos, un país largo, flaco y con una hermosa vista al mar. Digo yo.

domingo, mayo 07, 2006


Hagamos un asado
(publicado en el semanario Iquiquexpress el 7 de mayo de 2006)
Los argentinos son buenazos para comer carne, especialmente de vacuno. Y tienen cuatro buenas razones. La primera, porque tienen millones de cabezas de ganado. En ese país la cantidad de bestias que hay (las reses) es increíble. La segunda razón es por la calidad del forraje, es decir, el pasto y otras hierbas que rumian todo el día las vacas, es muy bueno y las mantiene sanitas, tiernas y rubicundas. La tercera razón es porque estos animales se pasean por campos interminables y parejitos, sin depresiones geográficas. Argentina, a lo más tiene suaves colinas. Todo ese país es un verdadero campo de golf. En esas condiciones, las vacas y sus familiares, caminan y caminan sin esfuerzo, comiendo y defecando todo el santo día, sin exigirle a los músculos, por eso su carne es blanda y sin nervios. Y la cuarta razón, es que son unos expertos a la hora de preparar un asado.
Debemos reconocer a nuestro pesar, que los chilenitos no tenemos ninguna de las cuatro condiciones anteriores. En Chile hay pocos animales (me estoy refiriendo a las reses), las áreas de pastoreo son pocas, pequeñas y llenas de quebradas y cerros. Y finalmente, la gran mayoría no sabemos preparar un buen asado.
Sí, yo se que muchos lectores a estas alturas del cuento e inspirados en un sentimiento nacionalista o chauvinista talvez, estarán pensando en que soy antichileno, poco patriota, apocado, tirador para abajo, etc. Dirán que a la hora de preparar asados, los chilensis somos tanto o mejor que los argentinos.
No voy a entrar a hacer comparaciones odiosas que lo único que lograrían sería poner en duda las condiciones de “parrilleros” de los hombres de estos países hermanos. En consecuencia me declararé neutral en esta oportunidad.
Tampoco me quiero referir a que esta actividad de preparación del asado, sea una “misión de hombres”. Es de las pocas cosas en las cuales el poder femenino aún no ha llegado. El control remoto de la tele y la preparación del asado, sigue en nuestros dominios afortunadamente.
A pesar de que suele decirse que los porotos identifican a los chilenos, en verdad es el asado el que en mi opinión nos da nuestra identidad. A pesar de que los porotos suenan más y son habituales en las dietas de miles de hogares chilenos, el asado es más democrático y universal.
Es por eso que los chilenos hemos hecho del asado una institución. El asado ha pasado a ser como un símbolo nacional. Y como tal, expresa muchas cosas. De partida se asocia con la amistad. Claro, porque usted no hace asados con los enemigos. Salvo que ya dejen de serlo y se trasformen en amigos. En ese caso se celebra este acontecimiento con un asado por supuesto. De lo anterior se deduce que el asado cumple un papel “reconciliatorio” tras las crisis. Siempre que se hacen las pases, es menester un asado. Es el equivalente a fumar la pipa de la paz de los indios. O la cena de desagravio que se les hace a los políticos cuando los echan de alguna pega o no los reeligen. Esta es posiblemente una de las misiones más recurrentes del asado: celebrar algo.
En centro América y el Caribe cada vez que se quiere celebrar algo, lo principal es tener la música. En Chile, sin asado (y sin copete, socio infaltable) no es posible celebrar nada. Quienes hayan estado en Cuba sabrán que en la isla del Comandante se pueden pasar toda una noche “enfiestados”, solamente bailando y tomando agua con hielo. En nuestro país eso sería un pecado mortal impracticable.
La función celebradora del asado, no tiene límites. Se puede celebrar por un ascenso en la pega, un nombramiento, una pagada de piso, la formación de una sociedad, la compra de la casa, la inauguración de la piscina, el cambio del auto. Incluso la pérdida de la libertad. No me refiero a alguien que se vaya p´a dentro, al chucho, sino quien pierde su soltería.
Para los chilenos socialmente activos, alegres, buena onda, sin rollos (psicológicos) definitivamente los motivos para celebrar son interminables. Y en este campo de las celebraciones, la constante siempre es el asado. Hasta la ingenua y simple frase “anda para la casa para que conversemos” sigue siempre con un “y tiramos algo a la parrilla”.
Meterme en el mundo del fútbol o el tenis, ya sería una exageración. En ambos casos el infaltable asado viene con motivo del triunfo, de la derrota o por el durante el partido. ¿Le suena familiar la frase aquella de “juntémonos a ver el partido y comemos algo". Ese algo siempre es un asado.
Definitivamente la institución del asado es tradicional (todos los domingos, festivos y fiestas de guardar); reiterativo (aunque que se repita todas las semanas, siempre es igual); acomodaticio (se adecua a cualquier tipo de evento, triste o alegre, familiar o social, de término o inicio de algo, a cualquier clima); ritualístico ( hay que cumplir conciertos rituales como la forma de prender el carbón, el corte, la colocación de los aderezos, la colocación de la sal, etc, etc, lo que no está exento de discusiones pues nadie sabe cómo realmente se prepara bien, aún cuando algunos se crean expertos).
Hay que tener claro que la práctica de comer asado como malos de la cabeza cruza transversalmente a la sociedad toda, democráticamente. Comen asado los pobres, la clase media y por cierto los ricos. Como las carnes se clasifican según la calidad con las letras de la palabra V A C U N O, esto hace la diferencia. Los ricos comen asado tipo “V”, que es la buena. Los de clase media comen tipo “C” que es mahoma no más. Y los pobres comen tipo “O” que es como el Orto.
Cuando por causas religiosas, como semana santa, a los chilenos se les priva temporalmente de comer carne, la desesperación es increíble. Esperan con ansias el domingo de ramos para tirar algo a las brasas. He llegado a creer que ese domingo en Chile se come tanta carne como para el 18 de septiembre.
Personalmente en los últimos años he estado comiendo casi pura carne humana. Dejé de comer cadáveres de vacunos, sin embargo admiro un grupo de amigos que tienen todas las semanas un motivo diferente para comerse un asado. Son “los Guardianes de la Parrilla”. Es tanta la carne que comen que a uno se le está poniendo la cara de vaca. A otro le están creciendo excesivamente las pechugas y a un tercero, al más perjudicado, le están saliendo cuernos. Pero siguen comiendo como bestias. ¿Cómo pueden ser tan vacas? Digo yo?

domingo, abril 16, 2006

La voz de Chile

Dime como hablas y te diré si eres chileno
(publicado en el semanrio Iquiquexpress el 7 de septiembre de 2005)

Lo he dicho, me encanta el lenguaje escrito y he sido reiterativo en eso. Pero ahora he ampliado mi aprecio también por el idioma hablado. Esto, tras leer hace pocos días un artículo que trataba el tema, pero no desde la perspectiva idiomática ni del uso del lenguaje propiamente tal, sino en un aspecto específico: la voz. Esto es, la forma en que se expresa el idioma y mejor dicho aún, cómo se nos escucha. Y en este caso me referiré al cómo es “el hablar nacional”. O sea, cómo es la voz de los chilenos.
Una cosa que quisiera aclarar primero es que, independiente de mi interés por el tema y las opiniones que emita, debo informar que no tengo la menor idea de otorrinolaringología, fonoaudiología u otra especialidad asociada al tema. Esto lo aclaro para evitar que algún lector despistado crea que soy un experto y luego se decepcione.
Lo que debemos tener en cuenta de partida, para no frustrarse tanto (porque advierto que en este tema no quedaremos bien parados) es precisar algo que casi a todos nos pasa. Cuando escuchamos nuestra voz en una grabadora, no nos gusta. Incluso solemos no reconocerla como propia. Los recuerdos de la propia voz escuchada por nuestros oídos cuando hablamos, no es igual. Pero esto no es tan grave, lo peor ya viene.
Efectivamente, la opinión viene de fuera. Al decir de extranjeros, especialmente los vecinos argentinos, peruanos y bolivianos, nosotros hablamos “cantadito”, muy rápido. Nos “comemos” la ultima sílaba de las palabras y particularmente nos hacemos un picnic con las “eses”. Afortunadamente son las eses y no las heces, pero ese es otro cuento.
Pero no es lo peor. También nos dicen, especialmente nuestros “hermanos” argentinos, que tenemos voz de pito, voz aflautada. Y si los apuramos un poco, dirán que tenemos voz de “fletos”. Lamentablemente esta característica también se conoce más allá del charco. Por eso en Europa circula un chiste que dice que “en Latinoamérica es imposible encontrar a un argentino humilde y a un chileno que hable con voz de hombre”.
Me pregunto si en esto no habrá tendido algo que ver don Pablo Neruda, que tuvo la pésima idea de ponerse a recitar sus maravillosos versos, una vez que recibió el premio Nobel.

Sin embargo, los expertos dicen que no hay nada en la conformación de la estructura bucal del chileno, su lengua, forma de disposición de la dentadura, altura del paladar, cuerdas vocales, que sea diferente al resto de los mortales como para que tengamos tan mala voz y que pueda ser considerado de voz “caprina” como lo dijo una vez la Yolanda Montecinos refiriéndose a la voz del Pollo Fuentes.
En verdad, no tenemos una buena voz y menos seductora. Eso también nos complica a la hora del romance. Por ello, también nos va mal por ese lado, porque para hablarle al oído a una dama, una voz “abaritonada” ayuda muy poco. Esto también es válido para las féminas. La gran mayoría de nuestras mujeres tiene voz muy aguda, de pito. Es lamentable que así ocurra ya que cuando la voz es un poquito más ronca y profunda (por causas naturales no por el exceso de puchos) resulta seductora e incluso afrodisíaca.
Pero si se tiene una voz tipo Osvaldo Puccio (como pito y pa´dentro) o como la de Willy Sabor (como si estuviera en el Terminal Agropecuario en un remate de sacos de papas) o como la de Carla Ballero (del tipo quebrada y asmática como a punto de abandonar el mundo) o del tipo Arturo Longton (aguda como la de los niños cantores de Viena) no cabe duda que si esto representa a prototipos de voces del chileno medio, estamos sonados como arpa vieja.
Sin embargo, sigo con los expertos, ellos dicen y yo lo corroboro como experto asociado, que los chilenos, como todo el mundo, hablamos en la misma frecuencia, solo que más aflautadito, más cantadito y más rapidito. Esto del “ito” es lo que en parte genera el cuento de nuestra voz “de poco hombre”.
Esta forma de hablar, se dice que es un problema de carácter, de personalidad. Como somos tímidos y acoquinados (no se establezca ningún relación con el cinco a cero con Brasil, por favor) hablamos despacito y en “chiquitito”, para no ofender a nadie. Nunca diremos “mozo, sírvame un café bien cargado” , sino, “jefe, sírvame un cafecito bien cargadito”. Y es justamente en ese hablar bajito, tratando de no molestar, de no ofender, nos hace sonar la voz más aguda, tembleque y amariconada (esto último lo digo con respeto y pena, pero este año, otra vez, estoy comprometido con la verdad). Y cuando eventualmente y ya en un arranque explosivo de euforia queremos sacar una voz fuerte y asertiva, nos sale enojada, pero afirulada.
Esto está provocando gran preocupación en muchos profesionales y personas que a causa de sus oficios, la voz es una importante herramienta de trabajo. Las escuelas de locutores están preparando como locos a comunicadores, profesores, actores, políticos, vendedores y actualmente a muchos abogados que con la reforma Penal saben que a la hora de las audiencias, con la voz que tienen, pueden terminar con el implicado inocente en el chucho.
En lo personal no estoy muy contento con mi voz, porque la encuentro muy aguda, poco seductora y medio pa´dentro. Por eso es que prefiero cantar pues se nota menos y también escribir, porque ahí no se nota nada. A veces pienso que lo que me falla es más practica con la lengua. Por esta razón ando buscando una profesora de lenguas para que me ayude con el texto oral.
Finalmente debo reconocer que lo que dicen los argentinos de que hablamos como fletos, me dejó choreado. Sin embargo pensé de inmediato en Horacio de la Peña, que tiene una voz de pito y de vieja que no se la puede. A lo mejor por esa razón lo querían nacionalizar chileno. Cumplía el primer requisito, no hablar como hombre. Digo yo.

Entre bolas y pelotas

(publicado el 16 de junio de 2005 en el semanario Iquiquexpress)
Debo confesar que el tema del idioma me apasiona. Me encanta analizar el comportamiento comunicacional del hombre a través de su palabra escrita y desde luego que también me gusta muchísimo el texto oral (cualquier cacofonía, asonancia o asociación de ideas, corre por cuenta del lector).
El asunto da para mucho por lo cual no es posible asumirlo todo en una columna. Necesitaría mucho más espacio y esto se trasformaría finalmente en un ensayo. Y no estoy aquí para ensayar nada, sino más bien ser muy práctico.
Quiero referirme a expresiones del castellano que me preocupan porque reflejan una carencia seria de los chilenos. Su pobreza idiomática. Según un estudio, un joven egresado de cuarto medio utiliza en su charla cotidiana familiar o social no más de 200 palabras diferentes. Un poquito más que Tarzán cuando está eufórico.
Consecuente con este nivel de pobreza lingüística, el chileno (flojito en este campo) hace un gran esfuerzo además para usar aún menos palabras diferentes, para lo cual hace uso de palabras “comodines”, es decir que sirven de reemplazo de otras tantas.
No me voy a referir aquí a la madre de todas las palabras comodines. Nuestro bien amado “weón” ( escrito con así con "doble v" ahora se ve más moderno y decentito. El weón, como usted lo sabe muy bien y no se me haga el w… sirve para todo. No distingue sexo, raza, condición, partido político, religión, ni nada. Todos, sin excepción y en cualquier circunstancia de la vida son, han sido o serán alguna vez weones (el cambio de género también está aceptado).
Pero no quiero hablar de ello, sino de una derivación, en este caso, de los atributos masculinos que nos diferencian de la especie hembra. Y a partir de ello, ver su incidencia idiomática, para ratificar que la riqueza del castellano nos entrega también la posibilidad de un número incalculable de acepciones a partir de una palabra.
Me refiero por cierto a los “cojones” en su expresión española; “las bolas” en la usanza argentina o simplemente “las pelotas” en la versión criolla.
Aclaro que esto es un análisis idiomático y no tiene ninguna intención sexual subyacente. Y si la tuviera, serían los lectores los que la darían. Yo me lavo las manos ( y otras partes del cuerpo también)
Este atributo masculino (¿debería decir estos?) tiene numerables acepciones según cómo se use, en qué contexto se exprese y qué otras palabras le acompañen. Por ejemplo si va unido del numeral “1” significa costo cero. “Me costó una bola”. La nada misma. Es lo opuesto a me costó un ojo de la cara. Si se usa con el verbo “tener”, indica valentía. Aún cuando si se expresa con admiración puede significar ¡Tiene cojones! Es decir caramba, el tipo se las trae. Si viene con el “poner o apostar”, representa arriesgarse. Esto es, pone las bolas. Se la juega. Se atreve.
También las expresiones cambian según se usen diversos sufijos. No es lo mismo cuando le acompaña la preposición “en” (en pelotas) o las terminaciones “udo” (pelotudo, boludo) o “dez” ( pelotudez) .
Asimismo, lo interesante es también ver cómo los chilenos usamos las pelotas (la expresión) en sus más diversas acepciones lo que le da sentido diferente a cada bola, por así decirlo, algo que los extranjeros que nos visitan no logran entender, porque además hablamos como las pelotas. En este caso equivale a la idea de “hablar mal”. Doy otro ejemplo: en fútbol nos va como las pelotas. ¿Quedó claro verdad? Ojalá me entiendan porque de lo contrario me voy a sentir como las pelotas (mal). Esto lo digo para aclarar el ejemplo.
Cuando algo molesta mucho y es reiterativo puede usarse con toda propiedad: “me tiene las bolas como platillo” lo que constituye una expresión de hastío. En el caso de tener manejada una situación complicada, la expresión inequívoca y precisa es: “lo tengo agarrado de las bolas”. Es el equivalente a “tener el sartén por el mango”.
Si usted es de las personas con raigambre campestre, la expresión: “me fue como las berenjenas”, en reemplazo de la sentencia correcta que sería “me fue como las pelotas” es una variante aceptada y no se objeta en absoluto. Es más se fomenta como parte del patrimonio cultural.
También hay algunas expresiones que no tienen nada que ver con el alcance semántico, onomatopéyico y lingüístico de las pelotas que estamos analizando. Por ejemplo cuando usamos la expresión, “no dar pié con bola”. Esto no significa una patada en el bajo vientre propinada a un varón y que no llegó a destino. Es no achuntarle, no tener éxito en nada.
En grupos, es posible usar la expresión “tropa de pelotudos” para referirse a un grupo más o menos afines y especialmente ociosos. Equivale al tradicional grupo de “weones”, pero como dije, como quiero entrar al sub mundo de los www porque terminaría por hincharles las pelotas (molestar) a mis lectores.

Las expresiones pelotas o bolas, son por lo general de rango masculino, pero las mujeres han hecho uso las pelotas indebidamente. Por eso que una pregunta dicha por una mujer como: ¿me has visto las pelotas? no tiene lógica idiomática ni biológica. Tal vez lo más aceptado para ellas, desde nuestra perspectiva masculina sea el “empelotarse”. Allí tienen chipe libre y se pueden empelotar a piaccere. Esa expresión tan conocida significa sacarse toda la ropa y quedar a potito pelado y como a mi entender no tiene género, creo que las mujeres también se empelotan, lo que no objeto, por el contrario fomento.
Usted podrá juzgar entonces que cada ser humano tiene su propia historia con las pelotas. Nadie podrá negar que alguna vez ha estado empelotado (sin saber algo), que lo ha pasado como las pelotas (muy mal), o que se haya autodeclarado “soy un pelotudo” (tonto, leso, estúpido) que lo hayan tenido agarrado de las bolas (dominado, sometido), que le hayan visto las pelotas (engañado) o que haya tenido que poner las bolas en la mesa (arriesgarse).
Termino este análisis no sin antes pedir disculpas por el temita. Se que a muchos les podrá haber parecido una pelotudez. A todos ellos con todo respeto les digo, que me importa una bola lo que piensen.

Cartera de mujer


(Publicado en el semanario Iquiquexpres el 22 de agosto de 2005)

Después de años de lucha, las mujeres lograron diferentes posiciones en la vida pública. Hoy el proceso es irreversible y los varones tendremos que aceptar que en muchos campos seremos segundones. La posible elección de una mujer como primera mandataria significará que a partir del 2006 todos los chilenos y por un plazo de cuatro años, quedaremos sometidos al poder femenino.
Por cierto esto no llegó de rompe y raja. Las féminas fueron comiéndose la viña, uvita tras uvita. En Chile la presencia del género femenino es notable. Hasta hace unos meses había dos candidatas a la presidencia. Mujeres que habían cumplido cargos ministeriales. Cada cual con una cartera en el gobierno.
Bueno, es de eso lo que les quiero hablar hoy, de las carteras de las mujeres.
Se que me voy a meter en un tema complicado y que me arriesgo a que mis lectoras (y posiblemente las minorías gays) me repudien por hablar de algo tan personal como son esos artículos. Meterme en el tema ya es una audacia. Y meterme dentro de lo que hay en una cartera no deja de ser un acto suicida. Exponer públicamente lo se encuentra en un lugar prohibido para los varones, un lugar sagrado, meter las narices en los vericuetos, los pliegues, el Triángulo de las Bermudas de ese espacio pequeño e infinito, es una locura. Pero me arriesgo.
La cartera es a la mujer como un hijo a su madre. Una relación íntima, sentimental y a la vez, utilitaria. En efecto, el amor, el cariño de la mujer por su cartera no es absolutamente emocional. En esta relación predomina un interés material. La cartera le proporciona a la mujer cientos de satisfacciones y a la vez le ayuda a solucionar los problemas “domésticos” de la vida diaria. Por eso, la cartera es uno de sus más preciados bienes. Su herramienta de trabajo. Su mejor amiga. Tal como lo es el perro con el hombre. A pesar de ello, tienen sus desencuentros regulares.¡Dónde cresta está la “bendita” cartera! (valor religioso ).
Para la mujer, la cartera tiene el valor de un atuendo guerrero. Un escudo, un arma, un soporte que la ayuda y la protege. Por esto, una mujer jamás suelta la cartera. Ni para ir al baño. Y esto tiene su lógica, porque en ese lugar podría necesitar algo, que sin duda estará en la cartera.
Por razones de espacio, a lo más podré referirme en general al contenido. Es decir, al inventario de artículos o elementos que hay en una cartera. Desde luego que esta descripción se referirá a lo que llamaré “cartera estándar” aquella que tiene el inventario básico y elementos para contingencias. Debo aclarar en todo caso, que esta medida con suerte podría reflejar el espectro nacional, por lo tanto es posible que en otro país la cartera promedio lleve muchos más elementos. La nuestra sería una especie de “canasta básica” en versión cartera. La cartera de una argentina, por ejemplo, se estima con 1.2 veces más elementos que el de una chilena.
El inventario básico de una cartera estándar nacional da cuenta de lo siguiente:
 a) Adminículos para la Exaltación de la Belleza con su correspondiente estuche y espejo incluido (16 unidades) A veces hay que agregar un espejo adicional con aumento.
b) Adminículos de Uso Profesional, Laboral o Doméstico, como billetera (con billetes) monedero (con monedas), tarjetas de crédito, mini agendas, lápiz pasta, calculadora, block o libreta, celular, llaves, etc. (16 unidades).
c) Adminículos para las Contingencias, como pañuelos desechables, cotolines, set de costura (aguja, hilo, alfiler de gancho, botones, tijera, etc.), remedios varios (dominales, vitamina C, antidepresivo, migranol, parche curita, gotas de ojos, lágrimas artificiales, toallas femeninas, rollitos de papel confort, etc.). En total 22 elementos en esta categoría. d) Adminículos para el Disfrute y el Placer, como lo serían chocolates, chicles, cigarrillos, dulces varios, etc. Pueden agregarse en esta categoría o en la anterior según criterio, condones y pastillas de Viagra, lo que hace un total de 12 elementos.
e) Artículos Varios fuera de Clasificación. En esta categoría se pueden encontrar papelitos sueltos con anotaciones, medallitas, rosarios, imágenes de beatos, vírgenes o santos (don Pío, San Expedito, el padre Hurtado, santa Teresita de Los Andes, Juan Pablo II, etc.) fotos familiares, tarjetas de visita propias y de terceros, cuentas por pagar del agua, teléfono, electricidad, estado de cuenta de la AFP, boleta de citación al Juzgado de Policía Local, cartón del Kino, calendario y boletas de compraventa varias. Todo esto hace un total de 36 elementos. Raya para la suma, son nada más ni nada menos que 102 elementos "indispensables". 
Sin perjuicio del contenido, pero a causa de ello, la cartera adquiere una importancia adicional por sus usos. Uno de ellos es emplearla como arma de defensa o ataque. Esto es directamente proporcional a su tamaño, pero suele ser un error, porque todo dependerá de lo que lleve adentro. No se confíe de las carteras chicas. Un carterazo puede llegar a ser un arma peligrosa, especialmente en manos de una mujer con furia.
La cartera, siendo de género femenino tiene su contraparte masculina que es “el cartero”. Pero esto se refiere al oficio de repartidor de cartas. Un sujeto que cada vez cumple menos esa misión, por lo menos el que pasa por mi domicilio. El que me visita es un “cuentero”, porque me trae puras cuentas.
Finalmente diré que las mujeres son muy felices con sus carteras. Algunas las coleccionan. Tal como hay locas por los zapatos, también hay locas por las carteras. Hay una muy famosa conocida como “La Loca de la Cartera”.
Pero curiosamente también hay mujeres sin cartera, como la Soledad Alvear y la Michelle Bachelet, que tuvieron carteras muy importantes. Esto último revela otra condición de las carteras, son muy importantes, eso explica que una mujer nunca suelte la cartera así no más. Lo máximo es que preste y momentáneamente la chauchera. Por cierto, sólo de común acuerdo con el requirente. Digo yo.

Los paradigmas


A paradigma muerto, paradigma puesto
(publicado en el semanario Iquiquexpress en marzo de 2006)
Hace unos 15 años, un amigo me dijo, durante una acalorada discusión (de ideas) que yo tenía una mente llena de paradigmas y consecuentemente mi pensamiento era paradigmático. Hasta allí no más llegó la conversación. No porque se me hubieran acabado los argumentos sino porque a la sazón - debo reconocerlo con vergüenza – yo desconocía lo que eran los paradigmas y menos lo que podría ser tener una mente paradigmática. Por cierto en ese momento no iba a declararle mi ignorancia, así que preferí una sutil retirada. Me fui triste y cabizbajo a mi casa. Esto de los paradigmas debe ser grave pensé para mis adentros. ¿Se me notará mucho cuando hablo?
Pero en los tiempos actuales los paradigmas están en boca de todos y por todas partes hay manifestaciones que responden a conductas paradigmáticas. Antes los paradigmas habían estado tranquilitos durante largos períodos de la historia del hombre pero ya a partir del último cuarto del siglo pasado empezó una corriente innovadora que les echó el ojo. Lo más corriente hoy es que todo el mundo ande como loco y deseoso de romper paradigmas. Muchos nuevos gobiernos llegan al poder dispuestos a erradicar los paradigmas del pasado. Todo el mundo quiere cambiar algo, cualquiera cosa que tenga visos de paradigma. Lo importante es deshacerse de esas “trancas” que durante parte de nuestras vidas nos han impedido ser auténticos, libres, espontáneos, verdaderos y libres.
Aún cuando los paradigmas son un tema global, he podido observar que no todo el mundo sabe el alcance que tienen, sus características y los efectos. Por ello, me he permitido en esta oportunidad hacer una contribución explicando de manera simple este complejo asunto. Estoy seguro que al terminar de leer esta columna, aquellos que algo sabían de los paradigmas terminarán más enredados. Y los que nada sabían, bueno, esos, seguirán peor.
Lo primero que debe decirse es que los paradigmas no son buenos ni malos. No son positivos ni negativos. Son por decirlo de una manera gráfica, como Suiza durante la guerra mundial, neutral o neutro.
Y a propósito de ese país, comencemos las explicaciones imaginándonos una pregunta que pudo haberse hecho el año 1966. ¿Qué país dominará en el año 2000 la fabricación de relojes? Hace cuarenta años la respuesta inequívoca habría sido: Suiza. La respuesta era obvia. Durante los últimos sesenta años ese país había dominado el mercado. Los suizos fabricaban los mejores relojes del mundo. Todo quien quisiera un buen reloj, compraba un reloj suizo. Pero en 1980, los suizos habían perdido el 30% del mercado y hoy ya no figuran en el ranking. ¿Qué había pasado? Tuvieron un choque frontal con un cambio paradigmático. Los relojes dejaron de hacerse con engranajes, ejes y resortes. Nació el reloj a cuarzo (ellos mismos lo desarrollaron y lo presentaron en una feria y un japonés avispado les compró el invento. El resto es historia). Los suizos nunca cambiaron el paradigma de que los relojes siempre serían como los habían hechos. No se abrieron al cambio.
Los paradigmas están absolutamente asociados al cambio. Si no somos capaces de someter lo que hacemos al escrutinio, a la duda a la observación, no descubriremos que en el futuro están nuestras mayores posibilidades.
Si observamos los cambios trascendentales que han ocurrido en el mundo veremos que los más grandes fueron aquellos que significaron la ruptura de rígidos paradigmas:
Primer ejemplo: Japón fue durante años, el mayor fabricante de autos y electrónica del mundo (quién lo hubiera creído si al término de la segunda guerra los gringos los hicieron mierda). Segundo ejemplo: Los chilenos estamos trasformados en los mayores productores de salmones del mundo (especie que no existía en el país hace pocos años).
Todos estos son cambios paradigmáticos, que duda cabe. Entonces, ¿le queda claro lo que son los paradigmas? Si su repuesta es no, le sigo aclarando. Los paradigmas son como esas expresiones que nunca faltan en su trabajo y que se dicen cada vez que alguien propone algo nuevo. Yo las llamo las frases asesinas:
¡Eso no va a resultar! Aquí hacemos las cosas de otro modo. Nosotros siempre hemos hecho las cosas así. Ya lo intentamos y no dio resultado. Hacerlo de ese modo va contra nuestra política.¿Cómo se atreve a sugerir que lo que estamos haciendo está mal hecho? ¿Quién le dio permiso para cambiar las reglas?
Los paradigmas son un conjunto de creencias a las cuales les damos validez casi sacra. Tienen diferentes formas de presentarse y se instalan en las mentes y actúan como filtros que “cuelan” todas nuestras ideas y pensamientos al momento de expresarlos.
Durante años he ido juntando diversas palabras que representan subgrupos del concepto de paradigma: modelo, estándar, hábito, principio, valor, marco de referencia, sabiduría popular, sentido común, teoría, tradición, costumbre, ideología, superstición, doctrina, dogma, protocolo, suposición, patrón, conducta, inhibición, etc. Nótese que no agregué globalización, cultura, organización ni mercado, porque estas palabras son grupos de paradigmas. Verdaderos “combos paradigmáticos”.
Estimado lector, aquí hago un break para medir su nivel de comprensión sobre el tema de los paradigmas. Señalaré un conjunto de frases o ideas a fin de que usted identifique las que cree son producto de un paradigma. De esta forma sabré si ha entendido: Los hombres no lloran. Las mujeres manejan mal. Guagua que no llora no mama. La Educación es función del Estado. Jesús es el hijo de Dios. La bandera chilena es la más linda del mundo. La puntita no más. El hombre en el trabajo, la mujer en el hogar. El mejor amigo del hombre es el perro. Los hombres chilenos son machistas y las mujeres feministas. La democracia es la menos mala de las formas de gobierno. Las AFP´s nos roban nuestra platita. El cobre es el sueldo de Chile. Pinochet nos salvó del comunismo. Ricardo Lagos gobernó como un derechista de izquierda. Desde los cuarenta todas las mujeres se ponen rubias. La paridad es una discriminación al mérito.
Si usted logró descubrir las frases libres de paradigmas, le felicito, está bien alineado con los tiempos y el futuro le depara grandes novedades, porque tiene la mente abierta.
Pero lo que seguramente no descubrió es que todo este artículo es un paradigma. Se lo digo yo, que soy un ser paradigmático en estado de cambio permanente.

martes, marzo 14, 2006

Una cuestión de género


El género femenino
(Publicado en Iquiquexpress el domingo 12 de marzo de 2006)

Me imagino que la llegada a la presidencia de la república de una mujer, le imprimirá un sello especial a todo el aparataje Estatal. Y eso se verá de inmediato en las comunicaciones y las relaciones humanas en las empresas e instituciones del Estado. Un Oficio tradicional ahora tendrá sus particularidades.
“A todos los funcionarios y funcionarias: Se comunica que a partir de esta fecha, los jefes(jefas) de departamento tendrán que utilizar, para sus relaciones comunicacionales internas entre compañeros (compañeras), un lenguaje adecuado y respetuoso considerando que existirá una estricta paridad hombre mujer hasta en los niveles más subalternos de la organización. Los trabajadores (trabajadoras) tendrán que cumplir esta disposición en todo momento porque de lo contrario serán despedidos (despedidas) por discriminadores (discriminadoras). Los (las) saluda atentamente, José María Toro Ossa”.

Yo no recuerdo mucho cuando comenzó en Chile a tener tanta importancia esto del género. Pero sí me recuerdo que mi madre era una experta en géneros y durante las épocas de vacas flacas muchas veces las ofició de modista. En esos años la relación mujeres-género era casi un parentesco. Ahora sigue más o menos igual pero es mujeres-ropa. La relación sigue igual pero más elaborada.
Recuerdo también que a las niñas en los colegios les pasaban un ramo algo así como: “Economía Doméstica o del Hogar ” en el cual les enseñaban “asuntos propios de las mujeres”. Coser, bordar, tejer, cocinar y planchar. Si les hubieran agregado masajes, tocar algún instrumento de cuerdas, recitar y alguna ceremonia del té, bien podrían haber calificado como las primeras geishas chilenas (geishas, geishas, no las del tipo Anita Alvarado se entiende). Esto podría hacer sido nuestra primera aproximación a un futuro TLC con Japón. Pero no fue.
Desde esa romántica época han pasado muchas cosas y hay harto paño que cortar. Las mujeres así como haciéndose las de las chacras se fueron tomando el poder. En verdad siempre lo han tenido pero los hombres estábamos creídos que nosotros éramos los titulares. Si seremos lesos. Ellas siempre han sido el poder detrás del trono. Pero como son muy pillas nos habían hecho creer que mandábamos nosotros.
Pero en los últimos 50 años la cosa cambió radicalmente. Se les ocurrió salir del closet. Se acabó el low profile y comenzaron a mostrar las uñitas. Empezaron de a poquito a pedir cositas. Queremos voto femenino. Y lo lograron. Queremos post natal. Y lo consiguieron. Para qué seguir, todo lo que han pedido lo han conseguido. En el gobierno que se acaba de ir, cambiaron las leyes de tal forma que cuando se produce un divorcio, literalmente arrasan con todo. Igual en los juicios de alimento. En toda la legislación nacional están favorecidas. Tienen más permisos licencias, beneficios y fueros que dirigentes gremiales. Si hasta jubilan con cinco años de edad menos que los hombres. Pero viven más años. O sea que además nos mandan a la tumba en una proporción muy asimétrica. Por cada viudo hay 5 viudas. ¡Si no hay como exterminarlas! Y ni siquiera se les puede cortejar con audacia pues están protegidas con la ley de acoso sexual. Ni siquiera una cachetadita en las nalgas por eso de la ley de violencia intrafamiliar. Es el colmo cómo tanta legislación coercitiva está matando hasta el mandato divino de amaos los unos a los otros y el de multiplicarse. Si Freud resucitara se vuelve a morir de ver cómo han asesinado a la libido.
Yo se que me arriesgo con estos comentarios pues ahora hay ropa tendida por todos lados. Aún cuando la cosa está pareada cincuenta y cincuenta, un fifty fifty que significa que la mitad de mis lectores son hombre y la mitad mujeres. Pero puede ocurrir que algún machito heterosexual se de vuelta porque me deja en minoría. Apelo a la solidaridad de género.
Yo debo reconocer, a pesar de mis comentarios todos en broma, que me gustan las mujeres. Es más, en el año 2000 me declaré heterosexual. Aclaro que antes también era heterosexual, la diferencia es que en el siglo pasado no era necesario declararlo. Uno decía que era hombre y todos le creían. Era hombre hasta que se probara lo contrario. Nada de meras suposiciones y cuentos. Pero en estos tiempos cualquiera puede ser un “no hombre” salido del clóset. Y ante tanta variedad, opción y alternativas, que muestra el mercado, prefiero una liberadora declaración pública.
Reitero que me gustan las mujeres y que las encuentro de güena tela. Son responsables y van a la pelea (en el sentido de enfrentar) y cuando se enojan sacan sus trapitos al sol pero las cosas las dejan claras. Algunas pueden ser antiguas, pero jamás ambiguas.
Otra cosa que me gusta de ellas, es cuando pierden en las discusiones matrimoniales o de pareja y ofrecen pagar en “género”. Esto tiene un encanto especial pues en el ring de cuatro perillas como le llamaba mi abuelo, el hombre sigue siendo el rey.
¡Mentira también! Ellas son las que mandan en el dormitorio. Son las diosas, las reinas de la cocina, del jardín. Tienen el poder total. Deciden todo, desde el color de las paredes, el colegio de los niños, el lugar de veraneo, los amigos que podemos tener, la hora que debemos llegar, si los cabros harán la primera comunión o si se bautizarán. Todo lo deciden ellas. Es un mito lo del sexo débil, es una falacia. Lo único que nos queda y a eso nos aferramos como una tabla en un naufragio, es en el control remoto de la televisión. Si llegáramos perder ese artilugio mágico, estamos muertos.
Amigos (párrafo exclusivo para los varones) seguramente ustedes no han reparado en el grave peligro en que está el género masculino de la raza humana. Una raza si no en extinción a lo menos en fase de dominación absoluta. ¿Vio la película el Planeta de los Simios? Bueno, va a ser lo mismo pero en vez de simios, mujeres.
Pero las mujeres son tan ricas, me dice un amigo cuando le cuento mis temores. Estoy de acuerdo, pero eso no quita que nos tengan agarrado del mango como un sartén. Hemos sido definitivamente sojuzgados, sometidos y dominados. Y todo es legal. No tenemos nada que hacer, salvo acabar con ellas.
Tendremos que acostumbrarnos a este liderazgo femenino. Vienen cuatro años seguidos de matriarcado. Se acabó el predominio hegemónico de los mandatos presidenciales masculinos que hubo desde el nacimiento de la Patria. Desde esta semana en Chile “manda calzón”.
Me da lo mismo, si quieren el gobierno, bueno ahí está, pero el control remoto, jamás. Es nuestro símbolo de la libertad. Digo yo.

miércoles, enero 11, 2006

Bienvenido a la fiesta Vicente


¡ Bienvenido a la fiesta Vicente!

Hoy fui a conocer a mi nieto Vicente. Me recibió tomando su primera papa materna. Luego posó para algunas fotos y se durmió. Nació ayer martes 10 de enero, pesó como 3,400 kg y midió 51 cmts. El CI no pudo medirse pero el pediatra lo encontró sanito. Ojalá la IE sea muy potente y pertenezca a la generación nueva mejorada.
Lo muestro por primera vez justo cuando ingresó al planeta, no muy contento al parecer pues creo que algo sabía sobre lo loco que está el mundo en el que tendrá que vivir. ¡Bienvenido a la fiesta Vicente¡

martes, enero 10, 2006

Nació el Vicho

Hace poco, unos 15 minutos atrás, nació mi nieto Vicente, el "Vicho", como seguramente le llamarán sus amigos, hijo de mi hija mayor Marcelita. Según me informaron, todo salió bien para ambos. Aún no conozco al Vicho (salvo por fotos) y más me giustaría hacerlo cuando completara el proceso de adoptar todas las formas humanas convencionales, porque en las primeras horas suelen estar hinchados, de colores extraños e intentando superar el trauma del ingreso al hostil mundo. Sin embargo, como "buen abuelo" creo que iré mañana a conocerlo en vivo y en directo.

lunes, enero 09, 2006

El año del perro caliente

( Publicado en el semanario Iquiquexpress en su edición del domingo 8 de enero de 2006)
AÑO DEL PERRO

Según el horóscopo chino el 29 de enero del 2006 comienza el año del Perro. Estos últimos días son por lo tanto de cargo del Gallo. Ese día despediremos el año del Gallo y debiéramos hacerlo con muchas muestras de agradecimiento porque en general para los chilenos fue un buen año. Y con ese mismo ánimo y esperanzados de que nos siga yendo bien le daremos la bienvenida al mejor amigo del hombre: el Perro aunque algunos piensen que es el abogado.
Desde tiempos remotos el perro ha sido una gran compañía y un amigo fiel. Se han descubierto cavernas de épocas muy remotas con esqueletos de humanos junto a esqueletos de perros lo que demuestra que esta sociedad viene desde hace tiempo.
De acuerdo al horóscopo chino y siendo consecuentes con algunos de los atributos del perro, se puede suponer que en los próximos 365 días tendrán vital importancia valores como la lealtad, la confianza, la fidelidad y la protección.
Vamos por parte. En una suerte de “operación perro”, lo primero que hay que decir está relacionado con su comportamiento sexual. El perro es un animal cuyas expresiones sexuales han sido cambiadas por los pérfidos seres humanos, que en este sentido se han comportado como animales. El homo sapiens, producto de su infinita torpeza ha disminuido artificialmente la población femenina de la especie y los perros han quedado mirando para la carnicería pues la relación que permanece es más o menos 20 machos por 1 hembra. Como consecuencia de esto, los canes andan siempre, con el Kino acumulado o como decía mi abuela “con el rouge destapado”. A causa de lo mismo, su promiscuidad sexual no respeta plazas ni calles y lo peor de todo, es que la manifestación amorosa incluye prácticas sodomíticas, es decir, apareamientos con miembros de su mismo sexo, que no es lo mismo que sexo con el mismo miembro.
Ergo, el año del Perro será un año de fuego y por tanto de pasiones ilimitadas. Se presume entonces que el amor en su expresión pasional llegará al clímax especialmente en verano, otoño, primavera e invierno. Esto augura también un alza en la temperatura mundial, hecho que implica un aceleramiento en el derretimiento de los polos y por lo mismo, un aumento del agua en los océanos. Para peor, dicen que los años de fuego vienen acompañados de sequías por lo cual las regiones sísmicas estarán en alerta roja ante posibles terremotos…En conclusión el año del Perro será, además de caliente, muy movido. Los chinos de Hong Kong le llaman el Año "hot dog".

Pero no todo serán dificultades a causa de la calentura del perro pues este animalito también traerá momentos de apertura y de expansión de la inteligencia. Porque el perro, por muy quiltro que sea, es un animal inteligente, lo que está demostrado por su éxito en todas las múltiples actividades que acomete. Donde más han destacado los perros –que duda cabe- es en el ámbito policial y en el salvataje. También a causa de su instinto investigador, serán las ciencias, especialmente la ingeniería genética donde se lograrán grandes descubrimientos especialmente en vacunas antirrábicas. Otra área que evolucionará será la medicina alternativa. Se espera que en este campo, el descubrimiento de algún alimento para perros que pueda ser compartido por el hombre con igual aporte energético, calórico y vitamínico.
El alto sentido de guardián que tiene el perro, permite inferir que durante el año habrá una gran preocupación por proteger la ecología y se apoyarán a todos los custodios de la ecología ya que una de las claves de este año tiene que ver con que nacerá un nuevo respeto por la naturaleza.
Otro factor que hay que tomar en cuenta para los vaticinios del año del perro dicen relación con la numerología ya que el 2006 estará regido por el número 8. La clave ocho representa al maestro, al consejero, promoviendo en todos nosotros el sentido del deber y la honestidad. En consecuencia y pensando en Chile, durante este año no debieran haber tantos “arreglines, pitutos, coimas y otros enjuagues, como los ocurridos en el año del Gallo y anteriores.
También, a causa del espíritu belicoso de ciertas razas de perros, en algunos casos veremos surgir el fanatismo religioso en gloria y majestad, cuya consecuencia serán grandes disputas. Verdaderas peleas de perros rabiosos. Pero, por otro, habrá esperanzas de parte de algunas razas más tranquilas que lucharán por un futuro mejor.
Localmente, en el país las elecciones ocurrirán bajo gran presión. Las cartas de triunfo indican que cualquiera de los dos candidatos puede ganar, pero el éxito trae consigo altos costos para el vencedor. Cualquiera que gane tendrá problemas en el Congreso donde se pelearán como perros y gatos.
Finalmente, rescatando lo “gueno” el Perro de Fuego debiera encender los corazones y la pasión de los chilenos durante todo el año. Debiera ser el año de los “califas”. Afortunadamente ya hay experiencias acumuladas pues han sido muchos los años Perros que hemos tenido. Por eso, expresiones de naturaleza romántico-pasional como “a lo perrito, cómeme perro, o mueva la colita mi perrita” estarán en nuestro léxico íntimo durante este año. Un período definitivamente para hacer el amor y no la guerra.
No obstante hay un problema adicional que me inquieta con tanto perro suelto. Producen una cantidad increíble de escrementos del que nadie se responsabiliza cuando queda en calles y parques. Esto es sin duda un problema de mierda pendiente de resolver. Tarea para el próximo gobierno cuya solución lamentablemente no veo en los programas presidenciales. ¡Qué mierda no!