sábado, noviembre 18, 2006

Los Operadores Políticos

(Publicado en el semanario Iquiquexpress, edición del 19 de noviembre de 2006)
La gente tiene mucha razón al preguntarse ¿quiénes son los operadores políticos? ¿De dónde salieron? ¿Qué hacen? ¿Por qué existen? ¿Por qué están tan de moda?
Intentaré contestar esas dudas, no sin antes aclarar que me fue muy difícil encontrar información seria y documentada sobre esta categoría de seres humanos del espectro social. Ni mi socio sabelotodo Google, que casi nunca me falla, me pudo dar una manito. En consecuencia, me tuve que batir solito consultando por aquí y por allá. Afortunadamente por aquí conozco algunos operadores políticos y uno de ellos me dio un “off the record” con lo cual creo que al final logré el objetivo de alcanzar una aproximación más o menos cercana al fenotipo social aquel llamado “operador político” (OPEP).
Para no desordenarme en el análisis, porque el tema tiene muchas aristas, vericuetos y hoyos negros, me referiré a los aspectos más trascendentales de estos singulares y peripatéticos sujetos:
1) Perfil y competencias. El operador político es un tipo cuya preparación política es muy baja. No le da para ser líder de nada en su partido por lo cual, como militante disciplinado que es, se pone al servicio de aquel, con la sana intención de alcanzar su máxima aspiración: estar en el poder aunque sea de soslayo, medio pupilo, pero amparado por algún padrino, mentor o protector poderoso, del cual se convierte tan pronto lo pone en un cargo, en su esclavo blanco. Dotado de escasa inteligencia, carente de total imaginación, sin embargo es bueno para los mandados y además polifuncional, una mezcla de Espinita, “goma” y esclavo. Está para el barrido y el fregado. Puede organizar desde un desayuno de su “pontífice” con un montón de señoras de la tercera edad en una población, pasando por retirarle a los niños del colegio, repartirle folletería en las esquinas a pleno sol o hacerle Reiki o sintergética con imanes para bajarle el stress si es necesario.
Se valora mucho que este prohombre no piense. Es más, es indispensable que no tenga pensamiento propio pues si lo hace “la caga”. Un caso que ilustra esto es el del OPEP Andrés Farías. El “pensó” que era bueno mandar el famoso mail, aún cuando ese no haya sido un pensamiento propio porque en rigor un operador político no lo tiene. El sujeto de marras así lo reconoció cuando dijo “yo pienso PPD”.
2) Tipos o categorías. Los operadores políticos son de dos clases.
(esto lo descubrí tras un largo y profundo análisis) Los “gomas” y que tienen el perfil descrito más arriba y los ABC1. Estos últimos son sujetos de buen pelaje, inteligentes, profesionales, generalmente de mucha plata y que por cierto están en el sector privado, pero que mueven los hilos de las marionetas (militantes disciplinados) inspirados ni siquiera por móviles partidistas, sino porque les gusta el muñequeo y les fascina sacar y poner peones del tablero público. Viven articulando y desarticulando entidades, buscándole las cinco patas al gato para hace cambios gatopardescos, para que todo quede igual. Se vanaglorian de sus contactos del más alto nivel y siempre parecen estar enterados de todo. Al revés de los operadores C2, estos no buscan un sueldito, sino información privilegiada, poder y contactos para futuros negocios. Los operadores chantas en cambio, andan detrás de un sueldo (no de trabajo) y son ubicados generalmente en cargos ambiguos y poco precisos en cuanto a sus misiones (encargados de comunicaciones, jefes de gabinete, coordinadores, relacionadores, asesores comunicacionales, jefes de estudios, etc.) Lugares donde nunca deben responder por resultados concretos. Son servidores públicos que no sirven a nadie. Bueno, rectifico, sirven solo a su patrono.
3) Las misiones. Los operadores políticos cumplen misiones estratégicas y especialmente en épocas electorales son indispensables. Actúan como verdaderas oficinas de reclutamiento y selección de personal. Head hunters políticos especializados en búsqueda de militantes que den los perfiles buscados. Otra misión crítica es encontrar platas para las campañas de la manera y de donde sea (véase aquí un potencial peligro de corrupción). Suelen ser beneficiados con el manejo de algunos fondos para atender asuntos de pobreza, los que en su loable afán de satisfacerlas los usan primero para dichos fines pero a poco andar y a medida que se acercan las épocas de elecciones, los van derivando de alguna forma hacia los fans políticos que simpatizan con su mecenas.
También otra misión es juntar gente (la máxima posible) en todo acto público donde vaya su jefecito y desde luego, votos que es finalmente su leit motiv.
Estos OPEP´s son los que hacen el trabajo sucio, porque en verdad solo reciben ordenes, nunca pueden ni deben pensar por si solos, ya que como lo dije, si lo hacen la embarran (me remito al caso Farías nuevamente). A diferencia de los OPEP´s ricos que son un poder fáctico que hace y deshace a su arbitrio, porque piensan.
Las herramientas del cargo de los operadores gomas son el teléfono y un computador con conexión Internet, elemento este último con el cual actúa como amo del universo y donde juega todo el día con mandando mails , direcciones, rendiciones de cuentas, peticiones de platas, citaciones, currículos y largas listas con nombres de militantes que quieren incorporarse a la “nomenklatura” para servir a la Patria. El teléfono (red fija y móvil ) que usa y que pagamos todos los chilenos con nuestros impuestos es usado en un 99,9% del tiempo en asuntos políticos. En eso se la lleva todo el día, atendiendo la clientela menuda, de poca trascendencia, buscándole pegas a gente por el sueldo mínimo, preocupados de “gentusa” que su líder por ningún motivo perdería ni un minuto de su valioso tiempo (“valioso” por lo caro para el Erario Nacional) .
Con todos los datos que me proporcionó mi contacto, una versión criolla de “garganta profunda” de este Faríasgate” podría escribir un libro. Pero hasta aquí lo dejo, solo agrego lo que escribió Gumucio. “Me encanta estudiar la caca de los caballos y sobre todo me interesan las piruetas de las moscas. Algo parecido ocurre con los operadores políticos”. Algo huele mal en Dinamarca, como diría Shakespeare a través de uno de sus personajes de Hamlet. Digo yo

domingo, noviembre 12, 2006

La "pandilla" de Flores

“Flores” en Primavera

Nunca entendí mucho a qué vino Fernando Flores a Chile. Con el pasar del tiempo fui comprendiendo las que yo estimo serían sus razones, descartando por cierto lo patriótico chovinista de tener el corazón bien puesto, o lo loable de devolverle a la Patria, lo tanto que le dio. Menos, porque sintiera nostalgia de las empanadas y los porotos.
Cuando apareció por estos lados haciendo su campaña para senador, si hubiera sido mujer le habría hecho la pregunta tradicional: ¿qué hace una chica como tú en un lugar como este?
Ahora y en serio mi estimado senador ¿qué hace un hombre como usted en un país como éste? Dueño de una fortuna nada de despreciable, socio o propietario de varias empresas, muy prestigiado en el mundo de las ideas (junto a Humberto Maturana son los únicos citados en la literatura seria) poco explican este coffee break parlamentario que se ha dado durante su paso por Chile.
La duda es razonable también porque FF, no es un hombre cualquiera. Es un tipo que va varios pasos anticipados del resto de los mortales (y de esta parte del mundo con mayor razón). También es hábil jugando muchos juegos a la vez (política, educación, ciencia, tecnología, negocios, filosofía, lenguaje, lectura, escritura, tango, etc.) y es además clever, porque en todas estas esferas de su quehacer y de su interés, lo hace con éxito. Además tiene otro mérito, no es para nada egoísta con lo que sabe, le gusta divulgarlo y que más y más personas se interesen por seguir sus pasos. Entrega lo que sabe. Una buena lección de gestión del conocimiento de repartir lo que sabe para que agarre velocidad y se multiplique.
Sin ser de su camada, socio, amigo o correligionario, me he visto favorecido por el fugaz paso de Flores por Iquique. Me introdujo al tema de los blogs, de las comunicaciones digitales y a entender la importancia del emprendimiento como una forma de prosperar en la vida.
Una vez lo vi durante su campaña política sentado frente a un grupo de pobladoras en un patio de una modesta casa en Alto Hospicio con un basural de fondo. Escuchaba atento pero incómodo sus penurias. Me lo imaginé en su hábitat del hemisferio norte. En la terraza de su casa en California, seguramente teniendo de fondo no un basural sino el majestuoso Golden Gate, pensando cómo “abrir mundos”. De las calles de San Francisco a Alto Hospicio, no me cuadraba.
Mi conclusión es que Flores vino a Chile para instalarse en las esferas del poder, léase Parlamento y eventualmente la presidencia de la República y desde allí introducir los cambios que estima este país necesita para meterse en onda. O mejor dicho, siguiendo con uno de sus temas favoritos, subirse a la banda, pero siempre que sea ancha.
No obstante, en mi modesto parecer, no estamos preparados para los cambios profundos que nos sugiere el senador de Tarapacá. En verdad solo tenemos las competencias para los cambios cosméticos, nada trascendental. Nada que nos proyecte en el largo plazo, como lo visualiza y considera indispensable don Fernando.
Aparentemente los últimos sucesos que han ocurrido en el país, en donde han estado involucrados personajes principales de su partido y compañeros de asiento en el Senado, han terminado por minar su paciencia, que digamos de paso no es mucha porque se le calienta muy rápido el radiador y no es de los que se guarda lo que piensa y siente. Y lo dice con todas su letras. “No estoy para ser parte de una pandilla de corruptos” (o algo así).
Yo creo que Chile no da el ancho (de banda) que quiere el senador. A Flores le queda chica la política nacional, le quedan chicos los políticos, los partidos (para qué decir de las ideas de los políticos), los temas le parecen chatos, las propuestas añejas, las fórmulas caducas, en fin, todo aquello que nos hace estar siempre en la medianía de la tabla. Jamás pensando en los top ten ni en las ligas mayores.
Porque es rico, porque es pesado, porque es inteligente, porque le gusta el tango, porque es irónico, porque nos cree incompetentes, por lo que sea, con el tiempo el honorable se ha ido quedando con auditorios muy selectos, que es una forma elegante de decir que se está quedando solo. Su pensamiento no tiene arraigo en el pueblo. Con el tiempo hasta la “pandilla” PPD, lo ha ido abandonando y después de lo ocurrido con Girardi que rebalsó el vaso, definitivamente lo congelaron. Para colmo, tampoco lo tragan mucho en la Moneda, ni sus socios de la Concertación. Y por aquí por el norte, a lo menos en Iquique, se le ve poco. En Arica están más contentos con él porque le han hecho caso a algunas de sus ideas. Su coto de caza son los jóvenes y emprendedores. Y aquí en Iquique, parece que hay más viejos y menos emprendedores.
Y para terminar de defecarla, Flores no es un tipo simpático y tampoco hace ningún esfuerzo para serlo o parecerlo. Disfruta su fama de pesado, petulante y creído. Pero en verdad tiene a mi entender buenas razones para ser como es. Entre otras, porque las cosas que hace las hace bien. Es un winner, por donde se le mire.
Todo este perfil hace que Fernando Flores Labra senador de la República, y no “de” sino “por” la I región (esto hay que aclararlo pues muchos piensan que los senadores trabajan para uno) termine siendo un llanero solitario y tome la decisión de irse. Ya se ha adelantado que posiblemente tan pronto termine su período agarre sus cosas y compre un one way ticket a los Estados Unidos. Salvo que forme un nuevo referente (partido, agrupación o club) para un fin que solo él y un grupito muy selecto sabe. Si es que les dijo.
La reacción fuerte y violenta que ha expresado el senador por la corruptela desenfrenada que se ha “empoderado”, de políticos y entidades, creo que tendrá buenos resultados. De muestra un botón. Nuestro diputado local ha disparado contra el gobierno por intentar frenar la labor fiscalizadora de la Cámara. Esta es una muy buena señal pues muestra otra visión. La mirada del político moderno, la visión de un servidor público. Esa visión de largo plazo, de seriedad y de respeto es lo que se necesita. Digo yo.