sábado, junio 26, 2010

La cuestión mundial

(Publicado en la Estrella de Iquique, domingo 27 de junio de 2010)
No voy a hablar de la cuestión mundial, cuya salud no es buena. Los residentes del planeta con sus malos hábitos, perversas intenciones y pésimas decisiones, vivimos cada día con los nervios de punta. Guerras en proceso o preparándose, crisis financieras, calentamiento global, delincuencia, terrorismo, mafias de la droga, en fin un panorama desalentador. Por eso, la otra cuestión mundial, la que se desarrolla en Sudáfrica, es un verdadero bálsamo necesario e importante en esto momentos.
Habría por esto que agradecer al país organizador. Por lo mismo fue bastante inadecuado haber eliminado al anfitrión. Me pareció de pésimo gusto. Esto podría tener dos efectos. El primero, que asista menos gente a los estadios, lo que es muy malo. Lo segundo, es que ya no se escucharán tanto las vuvuzelas, lo que es muy bueno. Al respecto, tengo una excelente idea de lo que los sudafricanos pueden hacer con estas cornetas. Lamentablemente no lo puedo decir en público.
Pero en fin, con sus pros y contra este mundial nos ha hecho olvidar mucho de lo malo.
Y a propósito de lo malo, seamos sinceros, este mundial como expresión de fútbol ha estado ahí no más. Con buena voluntad le pondría nota cuatro. Ni buen fútbol, ni estrellas, ni nada espectacular. Podría concluir que hasta lo avanzado del campeonato, ha sido un mundial como la waka. Salvo excepciones por cierto y Chile es un ejemplo.
Pero los que saben, dentro de los que no me incluyo, dicen que el verdadero mundial comienza en los octavos de final. Lo previo habría sido casi un entrenamiento, calculadora, mucha especulación, sin mostrar todo. Salvo los chicos como Chile, que se la jugaron desde el minuto uno. Los llamados grandes –algunos ya en casa - deberían aparecer en la segunda vuelta.
En esa, se supone que todos querrán ganar. Tengo serias dudas. De lo que no tengo dudas es que el único equipo que siempre juega a ganar es la Fifa. Creo que al fútbol le da poca pelota y su interés está en el negocio de la publicidad, las trasmisiones, las apuestas y el merchandising.
Como datos freak del Mundial menciono la presencia de la Bachelet (le gusta mucho el fútbol y también Bielsa) de Bam Bam como comentarista, de autoridades del gobierno que andan con permiso sin goce de sueldo (solo pueden tener otros goces pero no pecuniarios), de la hinchada chilena, proveniente de todo el país y del resto del mundo, muchos de Europa (curioso porque en la zona euro la cosa está como la vuvuzela).
Un párrafo final para la roja de todos. Heroico, sobresaliente. Con lo logrado se inicia un antes y un después. Lo mejor en medio siglo. Con Bielsa (ya se estará pensando en nacionalizarlo o talvez canonizarlo) se inicia el año 0 del fútbol nacional. Un nuevo amanecer. Viva Chile…miéchica. Digo yo.

jueves, junio 24, 2010

A mi vecino

(Publicado en la Estrella de Iquique el 20 de junio de 2010)
Hoy me levanté con la idea de hacerle preguntas de fútbol a mi vecino del frente. No al que vive frente a mi casa, sino al que tiene domicilio conocido desde años en la página del frente. A Bernardo Guerrero, un tipo que sabe un montón de muchas cosas y si no las sabe…las investiga.
¡Vecinooooo! No me oye, debe ser porque siempre está mirando para la izquierda, le gusta mirar para ese lado. Pero bueno, la idea era pedirle que explicara desde la perspectiva de su profesión, este fenómeno social conocido, entre tantos nombres, como “la pasión del fútbol”. A mí lo de pasión desde ya me suena medio freudiano, es como cuando alguien se declara “amante de la música”. Lo que quisiera saber, entre otras, es si el amor y la pasión de las masas fanatizadas por el fútbol es todo lo que justifica su comportamiento. También saber qué es lo que realmente aman y disfrutan: la filosofía intrínseca del juego y su desarrollo; los cuerpos atléticos y viriles de los jugadores; el éxtasis del triunfo, la agonía de la derrota o la insulsez del empate.
Aclaro que mi vecino está calificado para opinar porque en esto tiene doble militancia. Por un lado es sociólogo (por lo tanto puede explicar el comportamiento de las masas futbolizadas); y por otro, como “buen iquiqueño” lleva la camiseta celeste del Municipal como segunda piel y el estadio y sus fans son como su hogar familiar.
Necesitaría que me explicara lo que hay detrás del peloteo mundial que estamos viviendo, que a mi modesto entender, excede con holgura lo estrictamente deportivo. Se estarían buscando otros satisfactores, teniendo al fútbol como excusa. Cuál sería el deseo oculto de estas tribus urbanas pintarrajeadas, disfrazadas y ahora corneteras (sopladores de la vuvuzela sudafricana) Me gustaría saber qué son y que expresan estos comportamientos. Nacionalismo, chauvinismo, supremacía deportiva, egos supranacionales, rankings de alegría, felicidad ciudadana, competencia de cánticos. ¿Qué busca la masa viajera hoy sentada en la galería de un estadio sudafricano. Simple diversión, turismo en un país exótico, aprovechar un crédito barato, el tipo de cambio favorable, una escapada de casa, darse el gustito de sus vidas, juntarse con sus amigotes?
¿Será ésta una terapia planetaria necesaria para la sanidad global? Con el Mundial todos se olvidan del mundo. A la hora de nuestro fútbol, oficinas, colegios, universidades, empresas, gobierno, todos están “metidos” en el fútbol. Parece una epidemia sin vacuna conocida que dejará varios países muertos o a lo menos heridos. Claro que en 24 meses más comenzarán las eliminatorias del próximo mundial. Para otra chance.
Fútbol, fútbol. ¿Una fiesta, un deporte, un sucedáneo de la guerra convencional, una pasión loca por una amante díscola? ¿Qué cresta es todo esto Berny? Si me lees aclárame esto, porque de fútbol solo sé que nada sé. Digo yo.

¡Waka Waka!


(Publicado en la Estrella de Iquique el 6 de junio de 2010)

Ya no puedo eludir más el tema, salvo que quiera convertirme en un sujeto atípico y repudiable, por no prestar atención a lo que el mundo tiene en el primer lugar de sus preocupaciones. No es por cierto la crítica situación de la Euro Zona, ni la franja de Gaza o el petróleo derramado en el golfo de México. Esas son menudencias, pequeñeces del diario vivir. La verdadera noticia, la que la lleva ahora y que permanecerá por más de un mes en la cartelera planetaria, es el Campeonato Mundial de Fútbol.
Confieso que había estado eludiendo el tema por varias razones. Una de ellas es porque no soy muy aficionado a este deporte. En verdad esta es una forma de decirlo, un eufemismo para no contar que cuando niño era malito para este juego y que nunca me invitaban por segunda vez. Además porque no leo no escucho ni veo muchas noticias o comentarios de fútbol, salvo ver contados partidos europeos. Tampoco voy a los estadios. Y básicamente, porque pensé que durante las próximas seis semanas habría mucho tiempo para referirse a este peloteo multinacional.
Pero reculé a tiempo al percatarme que le estaba faltando el respeto nada menos que a la FIFA, la institución administradora y dueña de toda la industria del futbol profesional del orbe. Ninguna pelota del mundo se mueve, ni un solo árbitro hace sonar su pito, ni ningún medio publica aviso alguno del evento, sin que la entidad autorice. A ello le agrego un dato no menor, la entidad maneja un negocio que es cinco veces el PIB de nuestro país. Aquí apliqué el sabio consejo: “si el enemigo es más, súmate al enemigo”.
Para evitar opiniones maliciosas, pero especialmente por el peso específico de la Fifa , entré al tema y espero decir algo que pueda ser diferente a lo que miles de periodistas, comentaristas y profesionales afines, no hayan dicho o vayan a decir. Espero que no se note demasiado que de fútbol se muy poco. No creo que le pueda meter goles a nadie, pero seguro que haré más de algún foul.
Para comenzar diré que el campeonato se juega en Sudáfrica y que para llegar hasta allá hay que gastarse, en el caso de los chilenos, a los menos cinco guatones por nuca. Salvo por cierto que se tenga la cuevita de mi amigo Julián que se ganó dos pasajes all inclusive. Otra cosa que también hay que saber, es que todos los partidos se jugarán con una pelota nueva (siempre son nuevas, dirá usted) pero no es eso, sino que se trata de un modelo que por material y características de fabricación, es más resbaladiza, más jabonosa, más loca y díscola. Esto se le ocurrió a la Fifa, obviamente, porque quiere que los scores sean más abultados y que se viva la emoción de los goles. Y tiene lógica, porque ir al continente africano, gastarse una porrada de millones, volar un día completo y después ver partidos que terminen cero a cero, es frustrante. Espero que con estas crónicas mis lectores vayan aprendiendo más de este deporte y sus vericuetos. Por mi parte estoy seguro que finalmente entenderé por qué cuando un jugador le pega a otro una cachetadita, este cae como fulminado por un rayo, es retirado casi en estado catatónico de la cancha, desde donde se levanta en un par de segundos completamente recuperado. Con este mundial sin duda que aprenderemos mucho de fútbol. ¡Waka waka la pirinaca! Digo yo.

Nos robaron el libreto

(Publicado en La Estrella de Iquique el domingo 28 de mayo de 2010)
Muchos pensaban que la frase “una nueva forma de gobierno” de la publicidad de Piñera era un eslogan más en un universo de muchas promesas que los candidatos suelen hacer en períodos de elecciones. Profundo y craso error. Era cierto. El terremoto había impedido dar a conocer el programa pero el 21 de mayo el gobernante rayó la cancha, trazó la línea de su mandato, explicó el plan y un conjunto de ideas que dejaron asombrados a muchos conciudadanos. Especialmente a la oposición.
“Al término de esta década, Chile habrá superado la pobreza y será un país desarrollado”. Así comenzó la cuenta a la Nación. A su término, todo el país pudo ver sonrisas, escuchar aplausos y expresiones de buenos augurios, pero también, las caras de incredulidad, pánico, confusión, incertidumbre y posiblemente ganas de ir, con suma urgencia a las casitas, a connotadas figuras de la oposición. No podían creer lo que oían. El asombro no se les pasó rápido. Algunos próceres como Escalona y otros conocidos nuestros, después de varios días, todavía seguían atontados con los anuncios, lo que explicaría las frases para el bronce que expresaron. Esto me recordó aquello de: “si no puedes ser inteligente, a lo menos se confuso”.
Si los gringos tuvieron su “jueves negro” el 24 de octubre de 1929, cuando comenzó la caída de la Bolsa de Nueva York y con ella el crack y la Gran Depresión, la oposición tuvo su “viernes negro” el 21 de mayo. Sin embargo para la gran mayoría, el macizo discurso generó una sensación de optimismo que recorrió el territorio nacional. Por fin algo concreto y no meras promesas. Y lo más importante, creíble, con énfasis en la gestión, en el hacer bien.
Con esta propuesta a la oposición les sonó la alarma. Sienten que les robaron el libreto, sus ideas o que le tomaron las banderas del progresismo. El ultra derechista Hermógenes Pérez de Arce en su blog identifica a Piñera como el IV presidente demócrata cristiano. Los más audaces, hablan del quinto gobierno de la Concertación. Otros reiteran que será el gobierno de los empresarios. Pero Piñera insiste, será el gobierno de todos, con todos y para todos y especialmente de los pobres y de la clase media.
Ahora comenzarán las peleas por ganarse el centro político. El espacio donde el presidente puso sus banderas. Esto implica que la oposición deberá rearticularse porque el adversario es diferente, tiene una visión diferente, cuenta con gente diferente y el país es diferente. Un espacio donde hasta los comunistas pueden participar. Estos están contentos con esta nueva forma de gobernar. Podrían lograr resultados que ni en el gobierno de Allende soñaron cumplir.
Es desafiante y motivador un mensaje que dice que Chile al término de la década habrá derrotado a la pobreza y será un país desarrollado. Me parece más aterrizado que los eslogan de campañas pasadas que nos decían “Crecer con Igualdad, La Alegría ya Viene, Estoy Contigo, Gana la Gente”. Mucho ruido y pocas nueces. Exceso de parafernalia política. Espero que la nueva oposición se porte a la altura y sus integrantes piensen en Chile más que en sus intereses políticos y electoralistas. Digo yo.