viernes, diciembre 27, 2013

Ganar o perder , ese es el problema

Iquique, 17 de diciembre de 2013
 
Para muchos, posiblemente para la mayoría - sea  Nueva o Vieja -  como también para las minorías -nóveles o momias – lo que hoy se juega en las urnas podría ser un “ganar o un perder”. Sí,  porque en esta vuelta no es posible empatar, aún cuando, curiosamente, tanto lo que la academia como los centros de investigación y estudios recomiendan, es que en toda confrontación, debe intentarse llegar siempre al deseado win - win . Incluso se recuerda casi con nostalgia los buenos tiempos “de la política de los  acuerdos”, basada en esa misma filosofía. Es lo más deseable, dicen,  como forma de resolver posturas, visiones o ideas contrapuestas.
Por eso que plantear el tema eleccionario de hoy como ganar o perder no es una simple frase inspirada en el to be or not to be  shakesperiano, sino que es la legítima pregunta-inquietud  tal vez del chileno medio, cuando  frente a la cédula electoral, en la soledad de su conciencia y de la urna de cholguán, con la cortina cerrada para garantizar el secreto de su voto, con su lápiz Faber N° 2 en ristre,   y tiene que hacer una raya vertical sobre la línea horizontal impresa  en el lado izquierdo donde hay  dos nombres femeninos (incluidos los dos apellidos)  y completar una cruz frente al de una de ellas y con este acto, de alguna manera,  definir los destinos del Chile del 2014 al 2017.  
Puede hacerlo por la rubia N°7 o por la rubia N° 8. ¿Pero cómo podría decidir bien  sin que su voto eventualmente perjudique a su querido Chile?  ¿Y si la cago? Podría ser su coprolálica pero válida pregunta.
La opción neutral sería votar en blanco. Pero esto puede no satisfacerle pues mejor se habría quedado en la casa Y si ya está ahí,  tiene que votar. Aquí le afloran sus  creencias algunas muy perturbadoras contra los políticos. Piensa de ellos que son todos unos frescos de nalgas; prometen y no cumplen; no asisten a las sesiones pero igual cobran; se suben los sueldos a cada rato; se la pasan viajando.  Y este es el tipo de caraduras que acompañarán a alguna de las blondas en la Moneda. Se le erizan los pelos de solo pensarlo. Y una de las rubias además, se encontró sin querer queriendo con socios “comunachos”.  Pa´pior.  
En este caso, yo recomiendo tener fe y esperanza. Hoy lo que debemos hacer es poner en las manos de una ilustre y capaz mujer chilena los destinos de Chile. Pero no le pidamos  ni a la rubia N° 7 ó  N° 8, qué es lo que ellan pueden hacer por nosotros, preguntémonos que podemos hacer nosotros por Chile (esta es una referencia de inspiración  kennediana) válida en las actuales circunstancias. La gente en general siempre piensa que lo que le pasa (lo bueno o malo) es por causa ajena. Yo creo que con nuestros actos nos construimos y por tanto somos lo  que pensamos. Todo depende de nosotros. No podemos siempre echarle la culpa al empedrado. Así que vote tranquilo, vote confiado, vote con fe. Y si teme equivocarse, cierre los ojos y repita conmigo. “Padre nuestro que estás en … “ Digo yo.