sábado, julio 12, 2014

Un buen lugar para crear

Publicado por el diario El Longino de Iquique el domingo 6 de abril de 2014

Leí un artículo de unos psicólogos gringos “Oda a lo positivo y constructivo del soñar despierto”, donde plantean que dejar que la mente divague libremente puede contribuir al proceso de "incubación creativa".

En cualquier lugar, circunstancia y momento, nuestra mente puede iniciar un proceso creativo y especialmente cuando estamos en instancias fuera de lo común.  Dicen que entre más estructurados estemos, más sistemático es el orden que adoptamos para ponernos a crear, por lo cual las posibilidades de ser un genio creativo se aleja.
Por eso, agregan, que para ser creativo hay que darle rienda libre a la mente y entrar en modo onírico. Pero no del sueño del dormido sino del despierto. Atentos, con  las antenas paradas y con las hormonas cerebrales adecuadas (ojala testosterona que activa la creatividad).   
Al respecto y siendo muy honesto, a mí me funciona bien la creatividad en la escritura  Y para hacerlo los momentos de inspiración creativa no son cuando me siento al computador  y tengo la pantalla en blanco  y me pregunto ¿ de qué miéchica escribo hoy? Los momentos de inspiración - y con mucha sinceridad lo digo -  se me ocurren preferentemente cuando estoy en el baño. Es en ese espacio aséptico, frío, habitualmente húmedo, donde gran parte de mi creación literaria ha tenido su génesis. 
He leído que esto es bastante habitual  y está probado empíricamente. Se cita al baño como uno de los lugares epicentro de la creatividad y la inventiva  y en particular cuando se está tomando una ducha, que es mi caso,  pero mucho más cuando se están haciendo otras necesidades básicas propias del lugar.  Es allí y en esas circunstancias cuando suelen surgir ideas brillantes y emerge todo lo que a veces está trancado entre los pliegues del cerebro a causa de una suerte de tránsito lento del proceso neuronal.
 Muchos famosos han recibido en ese privado recinto la musa inspiradora para parir una genialidad.  Por decoro, probablemente,   nunca han dicho que fue en ese íntimo espacio donde elaboraron  la teoría, obra literaria o descubrimiento que le condujo finalmente al Nobel. Ni menos contar qué hacían mientras  parían la creatura.  
Independiente del lugar y lo que se haga  allí, sea tomar una ducha, lavarse los dientes o vaciar el intestino o la vejiga, soñar despierto no es una actividad sin sentido. Enciende el cerebro. Soñar despierto activa los mismos procesos cerebrales que se asocian a la imaginación  y la creatividad. Yo suelo soñar mucho despierto y no solo mientras me ducho, camino o conduzco. Desde  niño lo hacía. Mi  papá me retaba porque siempre “andaba pajareando”.   Me pegaba unas voladas que ponían bajo sospecha mi sanidad mental. Hoy habría estado, a lo menos en la categoría de niño con déficit atencional. Con el tiempo me di  cuenta que en esto había una externalidad positiva y me puse fanático de la creatividad y de ir regularmente al baño. A pensar, a crear, a dar salida a algo.
En los últimos 50 años, sin embargo, al baño le salió competencia con otro lugar de la casa. En este último se han desarrollado las más extraordinarias creaciones tecnológicas del mundo moderno: los garajes. Prácticamente todos los inventos tecnológicos actuales han surgido en estos espacios, diseñados para guardar el auto.  
Pero en fin, sea el baño o el garaje, el mérito está no solo por su función natural, sino porque son lugares donde la soledad y alejamiento del mundanal ruido, permiten soñar despiertos y alcanzar momentos de paz, para poner a volar la mente y dejar  salir todo, todo. Digo yo.

Cambia todo cambia

Publicado en el diario El Longino de Iquique el domingo 6 de abril de 2014
 
“Cambia lo superficial, cambia también lo profundo, cambia el modo de pensar,  cambia todo en este mundo,  cambia el clima con los años,  cambia el pastor su rebaño y así como todo cambia que yo cambie no es extraño”. Estas líneas introductorias de la famosa canción de Mercedes Sosa, me parecen pertinentes  ahora que estamos con tanto movimiento. Porque sin duda el movimiento es cambio.
Cambió el gobierno, cambió el estilo de gobernar, cambiaron los planes, cambian las caras, los énfasis,  las estrategias, las mayorías  y las minorías. Nadie podría negar que el cambio es una constante, aún cuando a veces se piense que en realidad nada cambia y lo único que ocurra, sea cambiar para que todo siga igual,  al más puro estilo gatopardiano.
Además, pareciera también que no tenemos absoluta conciencia de que estamos en un cambio eterno. Cambio de edad, de estado civil, emocional, de posición física, laboral, de partido, de sexo o  de casa.  Y en particular hay un cambio de gran magnitud en todos los seres humanos habitantes del planeta del cual ni nos damos cuenta. Es el de nuestra ubicación en el universo. Y no  me refiero a la posición como especie, sino de la ubicación física. 
Así es,  porque  los terrícolas somos unos desubicados permanentes, pues no tenemos ni idea dónde estamos  en cualquier momento del día. Y esto porque nos movemos demasiado rápido, cambiamos de posición en el universo a velocidades increíbles. Lo hacemos  a 30 kilómetros por segundo. Y no se nos mueve ni el pelo.  La información de especialistas  e investigadores nos ilustran sobre este cambio posicional del humano que se desplaza por el Universo a  30 kilómetros por segundo, en la llamada órbita elíptica alrededor del sol. Y además, girando como pirinola  cambiando permanentemente su ubicación como consecuencia de la rotación de la Tierra sobre su propio eje a una velocidad de 1.700 kilómetros por hora. O sea, vamos por el universo moviéndonos velozmente y girando como pirinolas además. A todo esto, debemos sumarle nuestros movimientos personales, cuando caminamos, corremos, bailamos, subimos cerros, surfeamos o volamos. Porque también volamos aunque sea en avión o parapente. Sin duda los humanos somos unos tipos muy movidos.
Movimiento es cambio y por eso los terrícolas debiéramos estar muy aclimatados a ello.  Sin embargo,  los cambios atmosféricos y los de la naturaleza en general,  nos dan pánico. Los sismos de estas semanas nos llevan a dimensionar nuestra pequeñez. Hace millones de años que la Tierra está en constantes cambios y expuesta a ellos y los seguirá teniendo. Lo importante es ser capaces de enfrentarlos bien.  Salirle al paso a la naturaleza implica hacerlo con inteligencia preventiva.
Sugiero uno poco clásico y de alta rentabilidad: la risa. Pasar de un estado emocional depresivo, molesto o exaltado, tiene una serie de buenos efectos. Nos brinda una mejor perspectiva de la vida, permitiéndonos afrontar los retos y dificultades con una mejor actitud.  Mejora la capacidad respiratoria y fortalece nuestro sistema inmunológico al aumentar el suministro de oxígeno a todas las células del organismo. Controla la hipertensión arterial, favorece la producción de endorfinas, cuya función también es combatir el dolor. Nos ubica en el presente, en el aquí y en el ahora, rompe el círculo vicioso de conectarnos con el pasado. Suaviza las emociones dolorosas, como el miedo, el enojo, la tristeza y el aburrimiento. Aumenta nuestras habilidades sociales y facilita la comunicación, lo que mejora nuestra autoestima.  No hay donde perderse, cambie y póngale al mal tiempo buena cara. Mejore el caracho y practique su mejor sonrisa, le hará muy bien, digo yo.  

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Y déle con el pescado...otra vez

Publicado por el diario El Longino de Iqujique el domingo 13 de abril de 2014
 
En abril de 1996, un diario local publicó un artículo mío que titulé “Y déle con el pescado”. Revisándolo veo que todo sigue igual. Me permitiré reeditar algunos párrafos de esa crónica.En la citada columna, partía reconociendo que en mi infancia yo asociaba la Semana Santa con pescados y mariscos y que en esa edad odiaba comer  dichas especies. Por ello, me caía muy mal esa santa semana.  Los días previos ya se empezaba a crear el ambiente en lo relativo a los pescados y mariscos. Las noticias  y  titulares de la prensa hablaban del tema del abastecimiento y los precios altos.   
A mí  me fascinaban las noticias cuando éstas hablaban de desabastecimiento. En esos casos mi mamá decidía cambiar el menú. Además, como no nos sobraba la plata –en verdad nos faltaba- durante  las semanas santas de mi niñez me comí las más ricas lentejas, porotos con rienda, tortillas, pejerreyes falsos y tallarines con queso, de toda mi vida.
Con cientos de semanas santas en el cuerpo, concluyo que siempre en estas pías fechas  opera la mano invisible del mercado con una sospechosa  tendencia al alza de los precios. Podría ser un poder fáctico de naturaleza metafísica, pero algo hay.  A nivel terrenal la explicación es más prosaica y lo expresa el proveedor cuando dice:  “es que llegó caro, caserito”.  Es  el mito gastronómico de la Semana Santa. Es milagrosamente sospechoso que siempre los pescados y mariscos estén caros aún cuando haya mucha oferta. Solo un milagro podría hacer bajar los precios, pero eso nunca ocurre. Un dato de última hora, el precio de los limones solo se puede pagar si tiene sueldo de parlamentario. 
Pero siempre hay gente que paga cualquier precio por darse el gustito. Lo más probable es que durante el año no lo haga mucho pero basta que vea el calendario,  para que se le haga agua la boca por comerse un lenguado, una corvina, un ceviche, un mariscal o unas empanaditas de mariscos.   
Esto de comer solo pescados y mariscos  en Semana Santa se debe a una confusión.  Se asocia con algún ritual de tipo religioso y se mal entiende la abstinencia de no comer carne con ingerir solo pescados y mariscos.  Antes, la abstinencia duraba toda la semana, ahora solo se limita al viernes.
Lo que también se está haciendo un hábito, es rematar esta pía y corta semana santa con un buen asado el domingo. Esto hace pensar que lo único que estaría motivando a una mayoría de  los observantes  de esta celebración de la iglesia católica, a una gran excusa para comer  entre viernes, sábado y domingo, pescados, mariscos y carne hasta la saciedad.  Pareciera entonces que estamos en presencia más de una semana gastronómica que de recogimiento espiritual.    
Hay otras alternativas que duda cabe. Me permito ofrecer el siguiente menú.  Entrada: Ensalada de porotitos granados con cebollita finita en cuadrito bien amortiguada (con puerros queda muy bien). Perejil picado, chorrito de aceite de oliva y sal a gusto. Puede agregarle quesito fresco picado en cubos o huevo duro. Segundo: sopa de cebolla con huevo cortado. Le puede añadir  pan frito al momento de servir. Plato de fondo: saltado de verduras con arroz. Aquí usted puede poner toda su imaginación. Porotitos verdes, apio, zanahorias, coliflor, zapallito italiano, repollo, etc. Todo bien picado, sazonado y con la correspondiente salsa de soja. Lo prepara en un sartén de buen fondo sólo unos minutos antes de servir.  Se acompaña con un buen vino blanco heladito  souvignon  frutoso. Postre: fruta natural o helados.
Pero si usted es porfiado e insiste con los frutos del mar, bueno, hágalo. Pero mi pregunta es ¿por qué insistir en comer pescados y mariscos  ese viernes  en particular,  si puede hacerlo los otros 364 días del año? No hay salud, digo yo.

 

Ya no habrá luna de miel

Publicado en el diario el Longino de Iquique el domingo 30 de marzo de 2014

En Chile la historia y la tradición dicen que cuando asume un nuevo gobierno del tipo “democráticamente elegido”, las relaciones con la oposición en los primeros meses,  son una suerte de luna de miel. Un período de buenas relaciones, trato cariñoso, amurracos por aquí y por allá, complicidad, lenguaje cuidadoso y visible respeto mutuo. Un perfecto y tierno primer round del himeneo a pesar de que cada cual está consciente que duerme con el enemigo. Esas son las reglas.
 
Rectifico... eran las reglas. Eso ocurría antes, porque por lo visto  y escuchado durante la semana,  parece que este break de buenas prácticas, salió del mercado.  Consecuentemente,  lo ocurrido puede marcar un antes y un después  de una práctica que tiraba para republicana.    
Se desconocen las razones de lo que ocurrió en el gobierno entrante a causa de lo que pudo haber dicho alguien del gobierno saliente. Pero lo concreto es que un vocero no autorizado, el senador PPD y presidente de la colectividad, se salió de madre y rompió el protocolo tácito del período de luna de miel y literalmente “quedó la zorra”, si se me permite este alcance zoológico.    
Lo curioso es que esta salida de madre ocurrió cuando los esponsales,  parientes e invitados aún estaban con los disfraces del cotillón y el sabor de la torta en la boca a solo días de la gran fiesta de acceso al poder. Se abrió el fuego, se sacaron las máscaras, las pelucas y comenzaron a tirarse los platos. Algo que antes sólo ocurría tras varios meses de pacífica convivencia.
Lo peor de todo esto fue lo inesperado, pues no se advertían nubarrones en el cielo. No había ninguna razón para las amenazas. Llegó de sopetón. Fue como si un día cualquiera Ud. estuviera en el living de su casa y de repente entrara una aplanadora o una retroexcavadora. Maquinarias pesadas que no solo extraen material superficial sino que entierran sus garras metálicas para remover todo desde los cimientos.  En este caso, los cimientos del modelo neoliberal, según se dijo.
De esta forma, prácticamente de la ceremonia nupcial se pasó  a la guerra y con maquinaria pesada incluida por lo cual y apremiado por las circunstancias,  el bisoño ministro del Interior  tuvo que poner la cara y el pecho y colocó las cosas en perspectiva y llamó a sus huestes a aplicar la estrategia del arte de la guerra de  Sun Tzu: ganar sin pelear. 

La duda que queda es ¿qué habrá querido decir y mayormente lograr, el senador con sus amenazas de tipo chavista?  
En este caso, la declaración de guerra fue abierta, frontal y reaccionó el animal político en su versión  más belicosa. Esto es curioso pues se sabe y es lo esperable, que siempre la oposición quiera “hincharle las gónadas” al gobierno de turno, no haciéndole para nada fáciles las cosas.  Es la habitual devolución de mano. A todos los gobiernos les pasa. Solo que siempre se había respetado la luna de miel.
Por eso un amigo político me asegura que a pesar de que se lucha tanto por llegar al gobierno, siempre es más fácil ser oposición. Es más entretenido me dice, se puede ser más irresponsable, no hay que poner la cara por nada ni nadie. Se duerme tranquilo y sin remordimientos. Se trabaja 5x8 y  con un poco de suerte y un buen contacto,  incluso hasta se puede pitutear en el gobierno enemigo  y pasar piola.  
Concluyendo, creo que no habrá luna de miel. Los votos matrimoniales – no los electorales- se han enfriado a causa de la calentura del senador. A partir de ahora por un lado estarán los que quieren defender la obra del gobierno anterior y otros pasarle la maquinaria pesada para que no quede vestigio. Parece que tras esta bravuconada, se acabó la guerra fría y la cosa se pondrá caliente. Espero que en algún momento se enfríe, llegue la cordura y volvamos a la política de los acuerdos, digo yo.

SELFIES

Publicado por diario El Longino de Iquique el domingo 23 de marzo de 2014
 
Está súper de moda esto de auto fotografiarse. Lo está haciendo mucha gente y en todo el mundo. Incluso se han sumado  a esta verdadera epidemia  personas muy serias, formales y  respetables, algunas  que incluso son “las  que conducen los destinos del mundo” o parte de él.  En efecto, al más breve descuido protocolar,  Barack Obama,  Angela Merkel , o el  mismísimo Papa Francisco I, sacan sus propios móviles , ponen su mejor sonrisa y se hacen un click, con un par de desconocidos al lado.  Y ya nadie se sorprende.  
El año pasado nació la moda de autorretratarse  y parece que  llegó para quedarse y multiplicarse  pues la inventaron los gringos y estos son muy hábiles descubriendo las virtudes comerciales  de las debilidades humanas, en este caso del insaciable ego,  transformándolas en necesidades críticas,  luego en productos, servicios y marcas.  Partieron por ponerle un nombre comercial  - que por supuesto ya está registrado en todo el mundo – la llamaron selfie . Un término anglosajón  a partir del prefijo self que se traduciría como “uno mismo”.    Las facilidades y la calidad de los teléfonos móviles con sus cada vez mejores y sofisticadas cámaras fotográficas permitieron la inmediata masificación. No hay que cargarle  toda la culpa al difunto Steve Job de la epidemia, pero más de alguna responsabilidad  tuvo al crear teléfonos inteligentes  para gente… supuestamente inteligente.    
Lo interesante de la moda del selfie no es la epidemia ególatra que recorre el mundo, sino lo que hay detrás del hábito. La pregunta que surge para los compatriotas es ¿se salió definitivamente del closet el homo sapiens  chileno y ahora se muestra cada vez más cómo es, con sus virtudes y defectos,   gustos y  preferencias?     Si fuera así, bien por ello, porque hasta  hace poco  nos calificaban de ser  bastante acomplejados, vergonzosos, tímidos, que teníamos una forma lastimera de hablar, que usábamos en exceso los diminutivos ( tecito, cafecito, pancito, empanadita , asadito, …) y que habíamos patentado el  ¡oiga jefe!  como la forma habitual de llamar al mozo en un restorán.    
Ser parte de una selfie posiblemente sea también  el deseo no asumido del hombre chileno versión 2014. Llegar a ser un best seller  pero en  versión fotografía,  esto es un best seen,  el más visto. Esta nueva imagen del chileno liberado ya está instalada y nos permite hacer a lo menos dos observaciones. La primera,  que también somos  ególatras cosa que no sabíamos y lo segundo, que se ha perdido el sentido del anonimato algo que tantos siglos mantuvimos  siendo  muchas veces catalogados de acomplejados.
Lo bueno del selfie para los chilenos es que esto nos puede servir para elevar nuestro ego bueno,  ese que nos hace querernos positivamente, auto valorarnos, sentirnos capaces, perder los miedos, atrevernos, hacernos cargo de nosotros y escribir y vivir nuestro libreto.   
Maslow , en su famosa pirámide de las necesidades del hombre coloca en la cúspide  la autorrealización, la trascendencia. Hacer las cosas que estimamos necesarias para nosotros mismos y que no son logros materiales. Satisfacer necesidades que no tienen otro propósito que hacernos sentir muy bien por nosotros mismos y querernos. Cumplir el sueño, el caprichito de artista. El selfie nos da esa oportunidad, vivir el minuto de gloria al lado de un famoso.
Ya estamos en la OCDE y seremos en esta década -si nada falla- un país del primer mundo. Hace años nos tildaban de acomplejados, indecisos,  irresponsables, informales, mal hablados,  sacadores de vuelta,  impuntuales y dejados. Había gente, no me van a creer  estimado lector,   que incluso sacaba el Permiso de Circulación…… el último día. Sí, sí, lo hacía. Pero hemos cambiado  y ahora ya nos merecemos una foto. Aunque sea una selfie, digo yo.

Tips para políticos y jefes

Publicado por el diario El Longino de Iquique el domingo 16 de marzo de 2014
 
Durante la vida, los humanos realizamos miles de cosas. Y la mayoría  de ellas, siguiendo un libreto, una pauta de lo que debemos hacer y decir. Nuestra libertad en la práctica tiene mucho de ilusión. Generalmente estamos como en “el teatro de la vida” cumpliendo diversos roles   con  sus particularidades, exigencias  y resultados. Hay poca improvisación, siempre hay un plan , un guión como lo tiene un actor,  como lo es la partitura del músico,  el presupuesto del administrador, el plano del arquitecto, la carta Gantt de un nuevo gobierno  o el plan  de Sampaoli para ganar en Brasil. Así, el hombre y en sus diferentes roles, en ese teatro de la vida se encuentra con estrellas, actores avezados y también  principiantes. Los que son creyentes piensan que el autor del gran guión  es un Dios, otros,  que el libreto lo escribe un sujeto menor: el hombre.
Yo creo esto último, el hombre puede y debe escribir el libreto de la historia que quiere vivir. Es frustrante avanzar en la vida y descubrir tarde, que si bien ha subido por la escalera de la vida, ésta estaba apoyada en la pared equivocada. En una pared que no es la suya. Estimo de alta conveniencia que cada cual se haga cargo de su destino escribiendo el libreto. Me parece fundamental para sentirnos bien con nosotros mismos y de paso ser felices,  escribir y construir el futuro. Sin esperar que otros nos digan lo que debemos hacer. El mensaje es “escribe tu propia historia”, aún siendo parte de un libreto mayor,  parte de un gobierno, de una empresa o de un partido político. Lo fundamental es poner la impronta personal, nuestro estilo y nuestras convicciones, en el lugar y momento en que estemos. 
Esto se relaciona directamente con un atributo indispensable para estos tiempos: el liderazgo. Requisito fundamental para lograr que las cosas sucedan. Pero no es el liderazgo básico solo para conducir personas y formar a otros, sino que principalmente para conducirnos a nosotros mismos.  Este es el primer y gran aprendizaje, porque nadie puede entregar a los demás algo que no tiene.
Cualquier organización  está llena de personas que creen ser líderes. Piensan que ese atributo les llegó con el decreto de nombramiento o con la firma del contrato. Tan  pronto son investidos, se convencen que les llegó en forma divina una cuota de liderazgo. Craso y profundo error. El liderazgo se construye desde nuestro interior. El verdadero liderazgo es ponerse al servicio de los demás. Como lo hizo Mahatma Gandhi, Martin Luther King o Jesús el Cristo.  Y  hasta el ingenuo Forrest Gump, cuando un día cualquiera se puso a correr y luego vio que miles de personas le seguían. Eso es liderazgo en su expresión más profunda.  
Hoy,  con un millar de nuevos jefes, es el momento para reflexionar sobre el arte de conducir a las personas y cómo hacer de esta gestión  un éxito país. Para lograrlo se necesita mucho liderazgo. Consecuentemente daré algunos consejos  a los jefes-políticos que recién se instalan en el gobierno y para los desmemoriados que se repiten el plato. La vida siempre da una segunda oportunidad, alguien lo dijo últimamente. Aquí van algunos tips del verdadero liderazgo:
“Liderar es la capacidad de influir. No mande, no obligue, convenza a sus seguidores y hágalos  copropietarios de sus ideas. Quite su ego del medio. A la cima nunca llegará solo. Tome la decisión de creer en los demás. Nunca mate una idea. El éxito de sus dependientes es su éxito. Desate una epidemia de entusiasmo. No venda cifras, venda sueños. Trascienda como persona no como un representante del poder”.
Además de pagar mis impuestos y ser un buen ciudadano, ésta es mi contribución al nuevo régimen. Ayudemonos entre todos para que una nueva mayoría sea una buena mayoría. Digo yo.