sábado, noviembre 22, 2014

Tirón de orejas

Publicado por diario El Longino de Iquique el domingo 9 de noviembre de 2014
Por lo que le dijo a la prensa, la presidenta Bachelet no está contenta con su equipo gerencial, ni tampoco con los resultados  de las últimas encuestas. Aparentemente todo se enredó entre otras causas por los sucesos ocurridos en las últimas semanas donde abundaron los  dimes y diretes entre los miembros de las colectividades que la acompañan en el gobierno. Se subieron de tono diciéndose cosas políticamente incorrectas.  Si a eso se suman los indicadores económicos que tampoco han sido buenos y el traspié del embajador PC  que se arrancó con los tarros con sus nada diplomáticas declaraciones, se conformó un cuadro que  dejó molesta a la primera mandataria. Eso explica el tirón de orejas que les dio a sus colaboradores principales, llamándoles a trabajar más,  hacer bien las tareas y difundirlas mejor.
Si bien es cierto que las atribuciones “gerenciales” que tiene la CEO de la Nación, para llamar la atención a sus dependientes cuando no hacen las cosas con diligencia, calidad y oportunidad son absolutamente indiscutibles, muchos piensan (especialmente los detractores) que tras 8 meses de gobierno, el equipo ya debiera estar más afiatado,  alcanzando velocidad de crucero y con las velas desplegadas. Y esto desde luego que no es solo para el gobierno central, sino para cada rincón de la República donde el gobierno y sus respectivas autoridades deben estar empapados de la misma visión  y objetivos. Hay que trabajar más les dijo. Y hacerlo bien…eso lo agrego yo.
Consecuente con ello, parece absolutamente justo y necesario lo que hizo la presidenta al darles un tirón de orejas a sus generales y me imagino que la idea es que estos sigan hacia abajo y recorran toda nuestra loca geografía. Porque es evidente que si bien los “fusibles” están en Santiago, lugar donde se detectan las fallas,  éstas  pueden estar repartidas democráticamente por todo el territorio nacional.
Como primera medida, esta llamada de atención me pareció adecuada. Lo que yo habría agregado eso sí y en casos puntuales, algunos coscorrones bien dados. Pero finalmente lo realizado me pareció que es una buena primera señal. Pero, si las cosas no se resuelven en términos de calidad, cantidad y velocidad, se podría pasar a una segunda fase, dentro de la cual el tirón de orejas  dado directa y públicamente al ineficaz e incompetente servidor público que amerite es bien venido.  Y si las cosas no mejoran y las encuestas muestran que se sigue de picada en la rodada, esto haría imprescindible pasar una fase mucho más  drástica.
Lo importante es que quienes van a ser servidores públicos de alto nivel sepan que siempre  tendrán una espada de Damocles  sobre sus cabezas.  Por cierto nunca para cortarles la cabeza físicamente sino simbólicamente. Con este alcance, las categorías de sanciones simbólicas, por vía ejemplar podrían ser :chirlito (golpe en la muñeca con dos dedos) , tirón de oreja, coscorrón, par de palmadas en el poto y  chuleta , que sería  similar a la palmada pero con  el píe (con zapato de minero en caso de reincidencia) . Esta última ya como recurso extreo e inequívocamente como despedida.
Adversarios políticos al gobierno con una fuerte moral Portaliana,  sugieren sancionar a las altas autoridades públicas ineficaces, en el bolsillo que es donde  más duele al margen del orgullo.  Hacerles descuentos en los sueldos (que no son “reguleques” sino  “re gueneques”). Y que vaya en aumento si se desaplican o atornillan al revés.  Me parece eficaz, pero el riesgo es que algunos podrían quedarse sin sueldo. Digo yo

jueves, noviembre 06, 2014

¿ Eres feliz ?

(Publicado en la revista Kilómetrocero, edición septiembre 2013)


Si ya eras un ciudadano adulto y sobreviviste la crisis del gobierno de la Unidad Popular, luego pasaste las restricciones del  gobierno militar, posteriormente reaprendiste a estar en democracia durante los cuatro lustros de la Concertación y ahora vives el  diestro gobierno  del surdo Piñera, tienes la edad suficiente como para entender esta crónica. Los menores de ese rango de edad poco podrían entenderla pues no tienen todo tu carrete vivencial.    
Pero antes de seguir, confesaré un secreto.  Esta introducción no fue más que un truco para llamar la atención  sobre otro tema y que dice relación con la motivación que las personas de este tiempo, pueden  tener  para sentirse que “están”, que se sienten presentes y vivos. Capaces de recargarse, de reinventarse,  como se dice ahora. Esa capacidad de ponerle algo especial a sus vidas, independientemente de los gobiernos, las circunstancias y las alineaciones planetarias. En definitiva, las motivaciones y acciones de las  personas para sentirse o no felices. A pesar de todo lo malo que se diga del momento actual, sea o no verdadero,  hay mucha gente en el aquí y el ahora, que sabe ser feliz y muy feliz. Esto me ha estimulado a escribir al respecto.

Hace poco tiempo, a un grupo numeroso de personas en un auditorio le pedí que levantaran la mano (el brazo en realidad) si se declaraban felices. Me pareció que todos levantaron la mano, pero para verificarlo, pedí que se pusieran de pie los “infelices”. Nadie, absolutamente nadie se paró. El 100% de los asistentes se reconocían felices.

Creo que si hiciéramos este ejercicio en cualquier auditorio de Chile  probablemente el resultado sería el mismo. Los chilenos nos declaramos felices. Pero en público, porque en privado o en círculos más pequeños,  decimos lo que posiblemente sea la dura verdad: que somos “no tan felices e incluso infelices”.

Lo que he observado también es que los felices se muestran poco. Creo que nunca he visto marchas de este tipo. La gente prefiere no decir que es feliz. Como que le da vergüenza mostrarse como felices. Es más propio y frecuente ver los no felices por algo. Estos se expresan a cada rato, por cualquier rincón del país y multitudinariamente.  

No se si sea por masoquismo, pero cuando se juntan los “no felices”  lloran sus desgracias y rápidamente aparece la larga lista de causas o culpables de sus desdichas: el gobierno, el modelo económico, la dictadura, el mercado, los empresarios, la educación, la mala suerte, el precio del cobre, el lucro de la educación, los políticos, el sueldo mínimo, la centralización, la colusión de las farmacias, la letra chica, las Isapres y AFP´s la contaminación, la selección de fútbol, Obama, el rey de España, o la economía griega. Siempre debe haber un culpable o una causa culpable. Por cierto nunca lo es quien ven todos los días en el espejo.  

Afortunadamente estos “infelices” tienen el derecho por cierto a llegar a ser felices. Sin embargo la inmensa mayoría, por no decir todos, creen que esto ocurrirá cuando sucedan eventos salvadores tales como: se ganen el Kino, cambie el gobierno, se reemplace el modelo económico, se nacionalicen las riquezas naturales, la educación sea gratuita,  Chile sea finalista en el mundial de Brasil, no se construyan represas, el sueldo mínimo iguale  al ético, etc., etc. O cuando logre expectativas personales como: cuando me titule, cuando haga ese esperado viaje, cuando tenga mi propia casa, cuando nazca mi hijo, cuando me case, cuando consiga ese empleo, cuando sea mayor de edad, cuando me asciendan, cuando salga de Dicom, etc., etc.
Lo que pueden no saber los infelices y que saben los felices,  es que la ansiada felicidad no está es desear cosas o logros como metas o objetivos finales. La felicidad no está al final del recorrido como la olla de oro al final del arcoíris. La felicidad para los felices es en rigor un estado emocional independiente de lo que pase fuera de cada cual. Está dentro de uno y gran parte de la capacidad de ser feliz pasa por un cambio de actitud, por tener una mirada y un comportamiento diferente, una sensibilidad frente a lo importante y sobre todo darse cuenta que las cosas que más felices hacen a los seres humanos no están a la venta. Son gratis!!
Es gratis un amanecer, una puesta de sol, una playa con gaviotas, la sonrisa de los padres por nuestra visita, un encuentro entre amigos, un abrazo de año nuevo, una palabra de apoyo, soplar las velas de una torta. Felicidad es el camino que se recorre día a día con la mirada atenta, con una sonrisa en el rostro y los brazos abiertos.  
Si puede ver el mundo así, sentirlo y vivirlo, tiene la membrecía del club de clase mundial de los humanos que son felices. Y siendo así, se termina siendo adicto a la felicidad y se crea un círculo virtuoso. Sin duda la felicidad es el camino, digo yo (bueno…también lo dijo Buda hace 2.500 años). 

miércoles, noviembre 05, 2014

Viva Chile mier...

(Publicado en la revista KilómetroCero edición agosto 2014) 

Por razones de trabajo, estudios, diversión o circunstancias de la vida, pasé fuera de Chile en algunas fechas significativas: cumpleaños de mis hijos, familiares,  aniversarios de matrimonio  y  vísperas de Navidad. Y también las gloriosas fiestas de la Patria, el 18 y 19 de septiembre.
No estar en Chile en fechas de este tipo genera emociones fuertes. Estando lejos  la Patria se añora, se siente y se quiere más intensamente.  El 18 de septiembre lejos del terruño  genera llantos y hasta tiritones de pera en ciertas circunstancias. Me tocó vivirlo  y en lugares lejanos.  Recuerdo una escala del  vuelo que me llevaba de Nueva York a  Seúl en Corea. El avión se detuvo en Anchorage una pequeña localidad del estado de Alaska de los Estados Unidos. Desembarqué para adquirir algo en las tiendas del aeropuerto. Compré una figura de un esquimal típico que me recordó mucho a nuestro legendario indio pícaro. También se le subía la cabeza, pero nada indebido emergía de su cuerpo  sino un cálido: “Welcome to Alaska”. Pero lo más insólito fue encontrar un ejemplar de la revista Condorito.  Esa revista me resumió  Chile tan pronto la vi. Me llevó de inmediato a su geografía, su cultura, su idioma. Resumía el  alma de mi país, desde allí muy cerca del círculo Polar Artico. Confieso que “se me aconcharon los meados” como se decía en mi Chile antiguo y campesino. Reconozco que Condorito me emocionó tanto o más que si hubiere visto ondear la tricolor o escuchar la canción nacional.     
A partir de eso,  creo que entendí bien lo de las Fiestas Patrias de los chilenos en el extranjero que tratan de revivir el patriotismo - definido en este caso como un poderoso y atrayente amor a la Patria que los parió.    Y lo hacen celebrando bajo las formas de preparar y comer las comidas típicas, seguir las tradiciones, pero fundamentalmente compartiendo  emociones.  En este escenario no faltan las cuecas, las empanadas, los fierritos,  la chicha, los “terremotos”, las fondas (en la medida de lo posible),  las cintas tricolores, las banderitas  y en la actualidad,  seguro que también estarán las figuras de la Roja de Todos, con afiches del  Niño Maravilla, el Rey Arturo o el Pitbull. Todo aquello que huela, recuerde o inspire  a la Patria chilena.
Es explicable, porque el 18 en el extranjero tiene otro sentido, otro sabor, genera otras sensaciones, una dimensión emocional diferente. En el Chile físico y real, las Fiestas Patrias son principalmente de mucho asado, mucho vino o chicha y a veces hasta un par de cuecas. Y de las tradiciones criollas, muy pocas y principalmente solo para los niños pequeños. Y eso sería todo. En el extranjero en cambio las tradiciones son el fuerte y por eso abundan las emociones.  Sea en Australia, Estados Unidos, España, Francia  o Brasil, miles de chilenos celebran emocionados las Fiestas Patrias. Disfrutan de otra forma una empanada de horno, una cueca chora, un anticucho o un vaso de chicha. Y en cada acto alimentario, de remojar la garganta para seguir cantando o taconear la danza criolla, se rinde un emocionado acto de amor a Chile.  Para muchos chilenos en el extranjero, las Fiestas Patrias son la celebración más importante y querida del año. Mucho más que la Navidad y el Año Nuevo.  El 18 es esa fecha del año donde todos celebran el haber nacido y vivido en esta larga franja y delgada de tierra, que además tiene una bonita  vista al mar.
Los que tienen un poco de confusión en esto son los cabros chicos hijos de padres  chilenos nacidos en el extranjero. Están obligados a seguir y compartir las tradiciones de sus padres y que re poco entienden de cuecas, ramadas o del singular idioma de Condorito. Los volantines de papel, los trompos de madera, los emboques les resultan elementos a lo menos curiosos. Para un cabro chico chileno nacido en Copenhague, París, Oslo, Estocolmo o Amsterdam, las empanadas caldúas le pueden resultar hasta “exóticas”. Para un hijo de chileno nacido en Zurich el palo encebado debe parecerle una práctica primitiva. Me pregunto cuánto podrán durar estas tradiciones  en manos de la generación de reemplazo de los chilenos de la primera vuelta. Llegará a ser al final  Chile solo el recuerdo de un pequeño país al sur del continente americano.
Finalmente creo que Chile tendrá los chilenos que nos merezcamos. A Chile no lo definen sus límites geográficos. Chile es lo que los chilenos soñamos para él. Chile somos nosotros. Es la Patria que no podemos poseer, sino la Patria que nos posee, que define cómo hablamos, qué comemos, cómo saludamos, como la sentimos  y cómo nos entristecemos  y preocupamos cuando otro chileno la pasa mal. Chile es Condorito y sus amigos. Es el humor de Coco Legrand, la música de los  Huasos Quincheros, Quilapallún o Los Prisioneros, el fútbol de Colo y la U de Chile,  la cordillera de los Andes, el  mar    que tranquilo (a veces no tanto) nos baña. El cobre que nos paga el sueldo. En fin, a Chile no hay que explicarlo, solo quererlo. Y ese amor debe ser desde aquí hasta la quebrada del ají, aunque se viva o solo se esté de paso en Oslo, Sydney o Anchorage. Digo yo.   

La terribilitis

(Publicado en la revista Kilómetrocero, edición Diciembre 2013)

La vida nos ilustra con múltiples testimonios de personas que a pesar de haber sido golpeadas  rudamente por las circunstancias de la vida,  son extraordinarias con modos de vida ejemplares. Cito como ejemplo al físico Stephen Hawking, al actor “superhéroe” Christopher Reeves y al sorprendente Nick Vujicic, un hombre sin piernas ni brazos que recorre el mundo dando el ejemplo de cómo superarse en la vida, sin derrotismos  y siendo  feliz por el solo hecho de estar vivo.    
Esa capacidad que poseen este tipo de seres humanos se conoce como resiliencia, un término que proviene del mundo de la física y que está asociado a la condición de ciertos cuerpos sólidos de ser capaces de recomponerse tras haber sido sometidos a muy severas presiones y exigencias, prácticamente  destructivas. Derivó a la psicología positiva y se usa mucho actualmente en las terapias para personas que necesitan superar muchas limitaciones, miedos y estados de estrés paralizante. También se incursiona con éxito en el mundo de las empresas.      
El psicólogo español Rafael Santandreu en su libro El arte de no amargarse la vida, dice que todo comienza cuando los seres humanos quedan atrapados y dominados por la depresión, la ansiedad y la obsesión.  Y eso se iniciaría cuando uno califica cada cosa que le sucede en la vida. La ponderación oscila desde “Genial”,  un estado donde lo que nos sucede nos hace sentirnos estupendos, todo es súper bien, somos felices y lo disfrutamos. Por el otro extremo está “Terrible”, es decir aquel estado donde lo ocurrido lo calificamos como lo peor de lo peor y que nos hace sentirnos muy infelices y desgraciados.
Lo grave de todo esto, es que muchas personas, tal vez demasiadas, muy frecuentemente incluso casi siempre, califican que lo que les ocurre está en la categoría de  ¡terrible¡. Esto daría paso a la Terribilitis, una verdadera enfermedad  moderna que nos hace ver nuestras vidas y cada cosa que nos ocurre, de color negro. Y en el mejor de los casos, gris oscuro.
¿Cómo salir de la enfermedad? Lo primero es tomar conciencia de que las categorías en  la escala de evaluación de las cosas de la vida son muchas más. Podría ser Genial, Muy bueno, Bueno, Normal, Malo, Muy malo y Terrible. 
¿Por qué demasiada gente califica como terrible casi todo lo que le pasa en la vida? Si me deja mi pareja es terrible, si pierdo el trabajo es terrible, si me chocan el auto es terrible, si mi hija de 2°  Básico  baja de 6,1 a 5,5 en Lenguaje es terrible, si perdí el carnet de Identidad es terrible, si subió el precio de las aceitunas es terrible, si perdió la U , Colo Colo o  Deportes Iquique es terrible.  ¡Pamplinas!
La terribilitis es terrible, porque a causa de ella sentimos muchas emociones negativas. Pero sentir emociones negativas no tiene nada de malo. Lo malo es sentir emociones negativas “exageradas”. Y aquí es donde está la madre del cordero. 
Sabemos que los hechos externos –lo que nos sucede- impactan sobre nuestras vidas produciendo emociones: rabia o satisfacción, alegría o tristeza. Si mi pareja me abandona me sentiré triste (o alegre eventualmente, nunca se sabe) Si alguien me insulta me sentiré ofendido. Existe la percepción de que hay una relación de causa y efecto directa entre   hechos y emociones. Pero no es tan así. Y aquí está la mamá del cordero aludido. Existe una instancia intermedia y esto lo descubrió hace miles de años Epícteto un sabio griego que dijo “No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos acerca de lo que nos sucede”. O sea que el responsable de cómo nos sintamos con lo que nos ocurre es quien gane la pelea en nuestro diálogo interno. Si es el diablillo malo o el ángel bueno. El positivo o el negativo. El optimista o el pesimista. El alegre o el triste.
Concluyendo entonces, seguro que nada de lo que a Ud. le  pase puede ser tan terrible. Piense en Hawking,  Reeves o en Vujicic compárese y se dará cuenta que su “problema” vale hongo, comparativamente. Tome la vida con humor, piense positivo. En el pensar bien está el secreto. Hágale caso a Epícteto, digo yo.

Juventud divino tesoro


  (Publicado en revista Kilómetrocero, edición julio 2013)
Desde la exasperante frase “no estoy ni ahí”, de la que nos tuvo muy acostumbrado el  Chino Ríos, al actual grito de guerra   “estoy en todas” de la juventud de hoy, la verdad es  que no ha pasado mucho tiempo. Algunos  datan el cambio en  la llamada Revolución de los Pingüinos. A partir de ese hito, los jóvenes habrían entrado en  “modo” activo. Y aparentemente ya no saldrán de ahí, hasta que alguien apriete la tecla y los ponga en modo “Pausa.”
Para entender el comportamiento de la juventud actual, hay que comprender los cambios  generados por la globalización, la irrupción de la tecnología y el avance en las comunicaciones, que provocan nuevos escenarios en los distintos ámbitos de la vida. Quienes acumulamos varias juventudes, somos  individuos que crecimos y nos desarrollamos en un entorno significativamente distinto. De ahí que cada grupo –según el período- comparta valores y prioridades, entienda su misión de forma distinta, mantenga actitudes diferentes ante la autoridad y viva la responsabilidad también… a su manera, como Frank Sinatra.  
Sin perjuicio de ello, hay que aceptar que el traspaso es ineludible. Los jóvenes son la generación del recambio. La propia naturaleza nos enseña -Darwin de por medio-  lo que hacen los animales cuando perciben que la situación está en caos. La manada decide alejar a los viejos y le entrega la misión de sobrevivencia a los más jóvenes. Lo único malo y lo digo con gran preocupación, es que según la neurociencia, la conformación completa del cerebro humano solo se logra aproximadamente entre los 24 ó 26 años. Antes, la corteza cerebral no está  completa. Ergo, hasta antes de esos años, los jóvenes podrían estar pensando, diciendo  o haciendo algo,  sin sus totales capacidades neuronales.
En este contexto -el de la neurociencia- el pensamiento de los jóvenes con edades inferiores a los 24 años, estaría por aquello cuestionado. Dicho en simple, estarían opinando de temas muy importantes, trascendentes y serios pero que desde su desarrollo cerebral podría haber dudas de su calificación. ¿Será por eso que suele decirse que los jóvenes son inmaduros?  
Reitero, esta es una apreciación desde la neurociencia. Los ciudadanos de a pié  podemos coincidir o discrepar, pero llama la atención que después del paso de los jóvenes, las ciudades quedan tan sucias, dolidas, con sus vidrios rotos, los muros rayados y  con la visible destrucción del lugar  donde se vive,  se trabaja y se estudia. Pienso que irresponsablemente la Patria está siendo tratada con poco cariño y hasta con desprecio por las nuevas generaciones. El discurso político, los cambios estratégicos, solo se expresan en 140 caracteres. Los mismos necesarios para convocar a una marcha cuyo propósito esencial nadie conoce. Cada joven lleva en su mochila su propio proyecto. Esto me desconcierta. Debe ser por culpa del hipotálamo. Digo yo.   

 

Humor en escala Richter

 (Publicado en la revista Kilómetrocero, edición junio 2014)
 
¿Qué haríamos sin humor? Se dice que con el humor los seres humanos miran lo trágico de una forma que permite soportar el drama. Contar chistes  forma parte del día a día del homo sapiens desde los tiempos más añejos. En los velorios de antaño y en las zonas campesinas de Chile -  cuando estas ceremonias duraban un par de días-  era habitual que entre el vino, las sopas  y algo que picar, los deudos y los afectados directos e indirectos por la muerte de un ser querido, se permitieran contar chistes y reírse sin mucho decoro. Había licencia para disfrutar el evento y para ganarse ese tiempo sin censura. Se contrataban mujeres buenas para llorar – se les llamaba las lloronas- que hacían la coreografía dramática para que el finado se fuera bien llorado y sentido al patio de los callados. Todo esto, mientras los demás contaban chistes e historias y también se morían…pero de la risa.    
El profesor John Morreal, de la Universidad de Virginia ha escrito varios libros sobre el  humor  y dice que se originó entre los primeros humanos como una forma de expresar alivio ante el peligro. Desde ese momento el humor ha jugado un papel fundamental en la sociedad, para expresar alivio ante los pesares, burlarse de las instituciones y costumbres sociales  y desde luego, vengarse de los políticos y el poder.
Se asegura que en tiempos de crisis o de catástrofes,  aumenta la cantidad de bromas que hace la gente especialmente sobre el evento ocurrido. Esto explica lo expresado por Freud cuando dijo que el humor bloquea emociones negativas como el miedo. En cambio si se ríe de la situación toma distancia, por eso la gente bromea sobre cosas que en otras circunstancias producirían miedo, llanto o irritación.  
Desde el mundo de la medicina también se asegura que el humor tiene efectos muy positivos en la salud porque contribuye a bajar la presión arterial, la tensión muscular y fortalece el sistema inmunológico. 
Parte de esto lo viví en las horas siguientes a los momentos  álgidos de los terremotos del  A1. Mi casa fue el lugar de reunión y albergue de todos mis parientes residentes iquiqueños los que,  junto a un grupo no menor de amigos (algunos solo de paso por asuntos laborales)  totalizaron la no despreciable cifra de 17 personas sumados  los dueños del refugio, o sea yo y mi señora y los residentes Joe Black, Ammie y Docky, a los que se le sumó el serio Tito el Pug de mi sobrino. Raya para la suma: 14 humanos y 4 perros. Era para la risa.
El escenario hay que imaginárselo. Sin luz, sin agua, con temblores continuos, más las sirenas y todo el aparataje comunicacional de la Onemi desplegado,  incluido el perifoneo ad hoc llamando a la calma, con helicópteros sobrevolando a todo dar. Un escenario tragicómico. Más trágico que cómico, pero esa noche y las siguientes,  a pesar de todo,  nos reímos harto. Al tercer día ya no quedaba ni confort.  Sería risa nerviosa o algo así, pero sirvió. Ahora junto a los elementos para enfrentar las emergencias, tengo una revista de chistes. Si no hay otra opción  que morirse, prefiero hacerlo defecado de la risa. A pesar de lo grave de la situación, el humor surgió esa noche en cada instante como bálsamo reconfortante. Eso ayudó mucho y escuché algunos chistes nuevos muy pertinentes.
Volviendo con Freud, este  considera que el humor también constituye una liberación de tensión sexual acumulada. Sea como fuere,  lo cierto es que las bromas sobre sexo trascienden las fronteras, aunque toman diferentes formas dependiendo del contexto. Cito el caso del tipo que el terremoto del A1 lo pilló en pleno acto de apareamiento sexual. Dice haber aprovechado el movimiento de la onda sísmica lo que le permitió alcanzar un orgasmo grado 8,2.  Ahora su cónyuge tan pronto comienza un leve temblor, lo arrastra de inmediato al lecho.  
Contracciones, tiritones de pera, espasmos orgásmicos, tumefacciones, palpitaciones, arritmias, hormigueos, tartamudeos, hipos, temblores de manos, tics, taquicardias en fin, son parte de nuestra propia y natural sismicidad. Hay que estar conscientes que también siempre estamos expuestos a que se nos mueva  el piso. A eso se agrega que todo cambio es movimiento y que siempre está presente en nuestras vidas. No en vano viajamos a 30 km/seg  alrededor  del  sol y a 1.700 Km/hora sobre nuestro eje. Y nosotros muertos de la risa  y ni despeinados. Por todo esto, debiéramos estar muy acostumbrados a que se nos mueva el piso, pues sabemos que ocurre así hace  millones de años y seguirá ocurriendo.
En conclusión, y esta es la buena noticia, el humor y la risa tienen efectos muy positivos para la salud. El humor cumple, sin duda, muchas funciones, pero todas pueden resumirse en que reímos para no llorar. Digo yo.

Fiesta de miedo

 
El viernes fue Halloween, esta fiesta gringa que en Chile empezó tímidamente a celebrarse hace muchos años en algunos barrios acomodados de Santiago, posiblemente por la influencia del cine norteamericano y también porque algunas  familias que habiendo vivido un tiempo en Estados Unidos, participaron en estas fiestas y les pareció interesante hacerlo una vez de vuelta en Chile. Y así fue sumando hasta popularizarse   

A la fecha, esta fiesta dejó de ser una celebración chilena exclusiva de gente de los barrios altos,  esto es, de gente “pituca con lucas”  y  se masificó a todo los estratos sociales de Chile, siendo ahora una fiesta  que compite fuertemente con la Navidad y con el ícono mundial Santa Claus,  para nosotros conocido como Viejito Pascual y que aparentemente llegó para quedarse. Es porque Halloween es producto de la globalización, qué duda cabe.    

Me pregunto por qué tanto éxito de esta celebración tan sui generis donde se hace un culto a  la muerte, lo maléfico, lo diabólico, la sangre, el miedo y a otras expresiones de similar analogía. Algo que en otros tiempos nadie se podría haber imaginado que   llegaría a ser motivo de una fiesta nacional, donde los niños son los más adictos. La única conexión más o menos razonable es la que relaciona la “noche de brujas”,  la víspera del día de Todos los Santos que es el 1 de noviembre, fecha que es la conmemoración que la Iglesia Católica tiene dispuesto en el calendario para rendir tributo a los fallecidos.

Lo curioso es que en la noche de Halloween se mezclan, por una parte, la muerte, la pena y el dolor  por los fallecidos y por otro lado  la alegría,  la felicidad y las travesuras que con ocasión de los muertos, los semi muertos o los resucitados, recorren calles y vecindarios, grupos de niños y adultos disfrazados ad hoc, pidiendo dulces o amenazando con hacer alguna travesura si no se muestra generosidad. En este escenario, son los propios fallecidos los que salen de parranda, muy bien acompañados con algunos socios que comparten el mismo estado de vida, muerte, salud o  padecimiento.   De esta forma Ud. podrá ver saludables, alegres o muy deteriorados, brujas, diablos, zombis, vampiros, momias, heridos de gravedad o cadáveres en distintos estados de putrefacción pidiendo dulces o amenazando.

Pero esto no es todo. Se han empezado a mezclar las ideas, las formas y las acciones de esta celebración debido a que ha aparecido una nueva mayoría (comerciantes, fabricantes, importadores y familias) que con querer queriendo han estado innovando todo y así el asunto va creciendo y a la vez enredándose cada vez más. La variedad de disfraces excede la naturaleza de la fiesta y sus propósitos.  Me tocó ver en una comparsa de mi vecindario además de los muertos y ensangrentados de rigor,  princesas, superhéroes (Batman estaba bien pues era su contexto), piratas, corsarios y duendes, pero me pareció inexplicable la presencia allí del Oso Yogi, Michel Jackson y  Caperucita Roja. Estoy de acuerdo en que múltiples interesados quieran agregar lo suyo, pero este asunto de disfrazarse tiene su brujería.  

Mi explicación es muy básica. A los seres humanos nos gusta esta cosa de disfrazarnos.  Ser lo que no somos o querer ser alguien que nos gustaría ser. Si somos pobres nos disfrazamos de ricos, si somos feos nos disfrazamos de Príncipes. Si somos comunistas, nos disfrazarnos de demócratas. Si somos demócratas nos ponemos una máscara según la ocasión.  En fin, da para mucho esto de las brujas. Yo con la mía estoy feliz. Debe ser el conjuro que me hizo hace 45 años. Digo yo. 

Chilenos sin inteligencia

Dicen que aquel glorioso día 21 de mayo de 1879, nuestro héroe Arturo Prat le habría preguntado a uno de sus oficiales ¿Está la gente en cubierta?  Su intención era tenerlos dispuestos para hacerles una arenga motivacional. Otros dicen que la pregunta habría sido ¿Almorzó la gente?  Pero en fin, independiente de la pregunta,  lo que hoy me interesa,  es reflexionar sobre la inteligencia y también de la capacidad del ser humano de hacer preguntas.
Sin intentar meterme - porque no se -  en la Neurociencia o en la Biología y además con cero rigor científico, diría que la inteligencia es una  capacidad exclusiva del homo sapiens (del latín homo, hombre y sapiens, sabio). Este primate homínido (carnívoro y herbívoro a la vez)  desarrolla la inteligencia desde su concepción, proceso que no se detiene sino hasta entrada su vejez tras lo cual empieza a declinar. Pero en su vida activa, incrementa permanentemente esta habilidad que está muy asociada al hacerse preguntas. Se ha llegado a concluir que formularse preguntas es fundamental para el desarrollo del cerebro y por lo tanto de la inteligencia. Por eso los niños chicos son tan preguntones. Y los viejos también, pero a estos últimos,  porque se les olvida. Lo grave es cuando tempranamente se nos agotan las preguntas y solo tenemos respuestas. Ahí nos ponemos tozudos y  sabelotodo.  “Momento preciso  para dedicarse a la política” (…no me pude resistir a incluir esta conclusión personal).
Lo que planteó el gobierno a través del ministro del Interior fue muy relevante. Y todo se desencadenó a partir de una escalada de sucesos del tipo “terrorista” que aceleraron las acciones para un combate contra un enemigo sin rostro.  Para enfrentarlo, las autoridades instruyeron hacer dos cosas: a) Poner a la  gente en cubierta para una arenga motivacional y b) Impartir un curso sobre Inteligencia para todos los chilenos. El curso- taller enseñará a cómo usar bien la inteligencia, cómo pensar con inteligencia y cómo tomar decisiones inteligentes. El proceso formativo contará con franquicia Sence.    
Son estupendas noticias. Volver a tener y a usar la inteligencia evitará el bulling a Chile y los chilenos evitaremos sentirnos como los más tontos del barrio. Valoro y apoyo la iniciativa ministerial y desde ya me pongo a disposición pues quiero recuperar mi imagen. Pero antes, quisiera formular públicamente algunas preguntas inquietantes para mí. ¿Cómo no nos dimos cuenta antes, que no teníamos inteligencia o la usábamos tan mal? ¿Cómo pasamos tantos años sin inteligencia  o con niveles mínimos y sin embargo logramos colarnos en la OCDE? ¿Cómo logramos ser el país con el mayor número de convenios de libre comercio del mundo? ¿Cómo fuimos capaces de pasar de un régimen militar de 20 años a una democracia plena mediante elecciones? ¿Cómo somos o hemos sido capaces de ser líderes mundiales en exportación de frutas, vinos o salmones? Tengo varias preguntas más, éstas son solo un ejemplo.
Yo tengo mi particular explicación. Creo que alguien inventó alguna martingala, una cuchufleta  propia de la viveza criolla, pero sin duda que nuestros éxitos país son el trabajo serio y profesional de muchos  empresarios y trabajadores que aman a Chile por sobre todas las cosas y las hacen bien. Personas que han puesto no solo la inteligencia sino también el corazón.   
Lo que más me molesta del Chile sin inteligencia es que me incluye. Así, como un habitante más del país, hice mi contribución  de desinteligencia a la sumatoria país. Pero, como dice el refrán, “mal de muchos consuelo de tontos”, este drama no lo vivo solo nica,  porque aquí los faltos de inteligencia somos “todos los chilenos”, incluidos los que viven en el extranjero.  Digo yo.    

La risa remedio infalible

Con solo ver las noticias, escuchar lo que la gente dice o mirar lo que pasa a nuestro alrededor, nos damos cuenta que  la vida es un asunto serio. Por eso, coincido con el ilustre  escritor inglés Oscar Wilde quien dijo “La vida es demasiado importante como para tomársela en serio”. Desde luego que tampoco hay que andar riéndose por todo, por aquella otra frase popular que dice “en la cara del tonto abunda la risa”.

Creo que en la vida hay que reírse siempre,  pero en serio. Y eso nos da a todos la  oportunidad de definir la forma en que vamos a vivir la vida y el sentido que le demos. Muchos podrán pensar  que sólo algunos pocos tienen ese privilegio pues lo asocian a dinero, bienes,  viajes  y otros parámetros de éxito  que suele usarse para medir esto de “vivir la vida”.  
Sin embargo está comprobado que todos podemos ser felices y comer perdices, sin ser ricos, tener bienes o viajar mucho. Pienso que no todo depende del “tener” cosas, dinero u oportunidades. Se puede ser feliz con poco, en cualquier parte y por muchas circunstancias.
Investigadores muy observadores  y también ahora muchos psicólogos de la vertiente de la Psicología Positiva,  han descubierto entre otras cosas, que  el humor es un instrumento insustituible en la vida para sentirse muy bien y caminar - y hasta correr- por los caminos de la vida, que tiene pendientes, curvas, cruces , bifurcaciones, “eventos” y hasta peajes.  
Hay personas que manejan el carro de sus vidas siempre de buen humor. Y por eso,   tienen muchas más posibilidades de tener vidas exitosas y felices disfrutando el día a día. Son los que terminan los viajes sanos y contentos.  Son los que dicen  “gracias a Dios mañana es lunes” y no “gracias Dios mañana es viernes”. Y en estos sujetos se ha descubierto también, porque está absolutamente asociado al optimismo, la risa. La prima hermana  favorita del humor.
Por su importancia se ha desarrollado mucho la risoterapia, disciplina que se preocupa de desarrollar y explicar sobre los beneficios que aporta la risa, que no son pocos : mejora la autoestima; fomenta una actitud positiva ante la vida; ayuda a conciliar el sueño; soportar mejor el cansancio y el agotamiento;  fortalecer el sistema inmunológico;  prevenir  problemas digestivos, migrañas, problemas cardiovasculares, arteriosclerosis, alergias, resfriados comunes, fatiga física y mental...
Como el buen humor está directamente relacionado con la risa,  comparte por tanto los beneficios. Así, el buen humor nos mantiene alejado de la ira, el sentimiento de culpa,  el rencor… y en general, cualquier sentimiento negativo que nos impida continuar por la vida con una sonrisa.
Evidentemente todos los días algo ocurre que podría borrarnos las sonrisas .Pero todo depende de cómo como lo asimilemos. Los extremistas  se ofuscan, gritan, insultan, patalean, se tiran de los pelos, retan a medio mundo y le echan perder el día a todos los que están a menos de diez metros  a la redonda. Los positivos, optimistas y de buen humor, a lo más dicen ¡chuata la mala cueva!
Finalmente les hago una pregunta  a mis lectores ¿Se ríen a menudo? Si es así, ¡felicitaciones! Una sonrisa les hará más felices y verán la vida de un modo más alegre y con muchos beneficios para la salud.  Por eso recomendaría ojala a lo menos una vez al día “cagarse de la risa”.  Es una sana descarga terapéutica, digo yo.

La tía Rica

La comunidad en general sabe poco de una institución del Estado llamada  Dirección Nacional  de Crédito Prendario, entidad cuyo objetivo es otorgar crédito en forma simple y oportuna a las personas que lo requieren, resguardando las especies entregadas en garantía. Este servicio, con oficinas en casi todo Chile, hizo noticia porque unos  amigos de lo ajeno, le birlaron desde una sucursal de Santiago, varios millones de pesos afectando a unos 9.000 clientes. 
Este robo fue muy noticioso no tanto por el monto sustraído ni por la cantidad de afectados,  sino por tratarse de quien se trataba. Le habían entrado a robar nada más ni nada menos que a la famosa “Tía Rica”, nombre con el cual se le conoce a la casa de empeño a la que en general accede “el pueblo”, gente más bien modesta y eventualmente con algo de pedigree social pero apremiada por una urgencia financiera .  Lo habitual es una joyita, un recuerdo de familia de buena cuna, cualquier especie de valor (muchas veces también emocional)  que se deja en garantía por un préstamo salvador.
Pero no  voy a referirme al delito propiamente tal sino a las tías famosas que hemos tenido o creado los chilenos y que seguramente también existen fuera de nuestros límites. Y en este sentido,  la Tía Rica - la del suceso narrado -  es un personaje que ya pertenece al folklor nacional.  Prácticamente no hay chileno que no conozca a la Tía Rica, nuestra parienta con billetes que nos puede sacar de un pequeño problema financiero urgente cuando andamos  cortos de plata.  Y como es,  afortunadamente muy rica, nunca tiene problemas de caja, siempre tiene fondos de sobra y una muy buena llegada con el Banco del Estado posiblemente con cuenta corriente con un buen sobregiro. Para que nunca se note pobreza. Pero esta tía que nos ayuda en la emergencia es muy severa, si no le devolvemos lo que nos prestó “topón p´a dentro”. A pesar de esto, el pueblo ama a la tía rica, porque es solidaria y está cuando las papas queman.
Pero esta Tía Rica tiene competencia. Mejor dicho tenía competencia ya que hubo otra muy famosa tía - también muy rica  en su juventud,  según se cuenta-   la llamada, Tía Carlina, una meretriz  de fama internacional de los años 50 - 60 ,  cuyo lenocinio,  me han contado,  que estaba en calle  Vivaceta 1226 y que era frecuentado por importantes políticos, empresarios y  artistas. Se cuenta incluso que en una oportunidad, el famoso galán francés Alain Delón, pasó por los salones en una noche de desenfrenado carrete. Por cierto que una de las curiosidades que tenía  el selecto prostíbulo capitalino  era que muchas de las damas de compañía eran hombres vestidos de mujer.
Y no puedo dejar de mencionar aquí a otra famosa tía chilena, oriunda de Peralillo. Me refiero a Fidelicia  Carmela Margarita Eduvigis del Sagrado Corazón de Jesús, mi espectacular pariente mundialmente conocida con su nombre de batalla Fide. Gran parte de su vida y sus increíbles aventuras las conté en el libro La verdadera historia de mi Tía Fide.  Solo diré  que esta anciana (respetuosamente) sigue vivita y coleando en alguna parte del planeta - donde la cosa esté caliente- y sus servicios sean requeridos con urgencia.
Finalmente no puedo tampoco dejar de citar a la tía Sonia la mamá del olímpico Massú ni a una famosa tía, esta vez peruana. La conocida Tía Julia. La tía política de la cual se enamoró y luego se casó con ella el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, a pesar de ser 14 años  menor que ella. Como suele decirse, en la guerra y en el amor todo está permitido. Digo yo.

¿De dónde pecatas meas?

En América durante la Colonia, las velas para alumbrar las viviendas, los despachos, los salones y las iglesias  se traían de España. No cualquiera podía fabricarlas  y comercializarlas porque se necesitaba autorización real y además, cumplir un conjunto de requisitos especiales. Esto hacía que el precio fuera muy alto y el producto escaso.

De los usuarios de velas,  la iglesia católica era cliente Premium. La cantidad de velas de cera que consumía para los diversos oficios era significativa.  Por eso y  aprovechando los buenos vínculos con Roma, las iglesias finalmente fueron autorizadas a fabricar sus propias velas para los menesteres  litúrgicos. El proceso productivo se entregó a un sujeto de total confianza del párroco: el sacristán.  
Las sacristías han sido, desde tiempos antiguos, las áreas administrativas dentro de la iglesia católica que cumplen funciones de mantenimiento de los locales, de la logística eclesiástica y de la coordinación y apoyo al párroco, así como también de provisionar los bienes necesarios para el funcionamiento de los servicios religiosos. Y las velas eran esenciales para las misas, actos de adoración,  procesiones, actos litúrgicos y otros. Asimismo,  eran bienes de consumo muy requeridos en las casas de los funcionarios de la corona y de los criollos pudientes, en tanto el pueblo se alumbraba con mecheros y antorchas. Los pobres no podían darse el lujo de tener velas de cera en sus casas.
Cuando las velas escaseaban entre otras causas por los retrasos de los galeones que las traían desde el viejo continente, aparecía un mercado negro en el cual las velas eran ofertadas a precios alcanzables y en momentos oportunos sin que nadie exigiera conocer el origen fabril o autorización para producirlas. Es probable que entre los ofertantes de velas de esos tiempos hubiera habido  algún sacristán, o que en plena escasez,  la casa de alguno de ellos luciera muy iluminada, por lo que se podía inferir que esas luminarias provenían de los almacenes de la iglesia.
De ahí vendría el dicho popular que reza: “sacristán que tiene velas  sin tener cerería, de donde pecatas meas,  si no es de la sacristía”. Así habría sido entonces, como lo es también ahora, una metáfora utilizada para expresar un desbalance innegable entre los ingresos de un funcionario público y su ritmo de vida, para ironizar sobre el acelerado crecimiento patrimonial de algún personaje en razón al tiempo de su participación en un cargo público, o por gastar mucho en una campaña electoral sin poder demostrar claramente de donde o quien se puso con las platas.  
La pregunta que se hace hoy la ciudadanía es ¿de dónde sacan tanta plata los candidatos para sus campañas, si no es de alguna sacristía? ¿Y quién es el sacristán o cual es la sacristía? Lo que es evidente es que la actividad política necesita plata y obviamente solo puede provenir de los que tienen plata. En Estados Unidos la mayoría de los parlamentarios son millonarios antes de ocupar los cargos. Acá parten pobres y terminan bastante acomodados. Hay algunas parlamentarias que son muy ricas, valga el ejemplo.  
Lo que también se puede asegurar es que los sacristanes de estos tiempos son los empresarios.  Y que además como son muy solidarios, reparten velas urbi et orbi.  A unos para que  defiendan el modelo y a los otro para  que lo cambien. Este es un secreto a voces pero todos se hacen los sordos y ciegos. A pesar de tantas velas  y tantos políticos iluminados, esto sigue siendo un asunto muy oscuro. Digo yo.

La reforma "trituraria"

En eneral podría decirse que la reforma Tributaria que acaba de aprobar el Congreso, literalmente “triturará” los bolsillos de todos los chilenos. Y digo a todos, incluyendo a los más pobres,  contrariamente a lo esperado dada la supuesta mayor sensibilidad social de los partidos políticos que sustentan al gobierno actual. Son curiosidades de las leyes de este tipo, incluyen premios y castigos.  
En la nueva ley, los cambios son sustanciales y sí afectan particularmente a los que más ganan. Es parte de la filosofía inspirativa de la reforma. Los que más ganan, más pagan. Es justo y necesario,  aún cuando el efecto final de sacarle plata a los que tienen mucho o demasiado no es el mismo, ya que estos  tienen muchas formas de mitigar el dolor financiero. Las grandes fortunas, que generalmente son primas hermanas de  inmensas empresas igualmente exitosas, cuentan con diversas y complejas fórmulas para atenuar el efecto “depredador” de los impuestos, que afectan tanto a los ingresos personales como a las  utilidades de sus rentables corporaciones.    Visto así, por un lado está el Estado que exige contribuciones de los que más tienen o ganan, con el fin de  apalancar fondos suficientes para  las inversiones que el país necesita y  por otro, los que conforme a la ley también tratan de minimizar la exigencia. Y como en el derecho privado se puede hacer todo lo que la ley no prohíbe (en el derecho público solo  lo que la ley permite), el sector empresarial y los contribuyentes privados buscarán siempre la forma de minimizar el pago de impuestos. Por eso la nueva reforma hace tanto hincapié en el tema de la elusión y ha llevado a una categoría de clase mundial las atribuciones del implacable y eficiente SII. 
Pero los pobres propiamente tales, especialmente los de los quintiles más a ras de piso, si bien prácticamente no están afectados por esta reforma por el asunto impuestos a las ganancias (porque no las tienen) ni a las rentas personales (porque están exentos) sino que el golpe que les propina la nueva ley tributaria es por el lado del gasto. Y este es el flanco que más les duele porque está relacionado al alza de los precios de varios de los productos de la canasta alimenticia.
Lo que ocurre con “el pueblo” prefiero llamarlo así antes que de tal o cual quintil,  o sea,  la gente social y económicamente más pobre,  es  un segmento altamente proclive al consumo de bienes  que esta nueva reforma tributaria castiga severamente: los licores espirituosos (con alcohol) , las bebidas (con azúcar ) y el tabaco (con nicotina y otros venenos) Pareciera, visto así, que es un impuesto más preocupado de la salud que de recaudar fondos. Creo que ameritaría una  campaña y promocionarla como “pague impuestos saludables y siéntase bien”.
Estudios de entidades serias,  como algunas universidades e incluso el mismo INE (antes de la caída con el Censo) muestran que en la mesa de los hogares de muy bajos ingresos, a la hora de las comidas pueden faltar muchos bienes alimenticios básicos pero jamás las bebidas azucaradas, la cerveza y para la sobremesa o para mitigar el hambre,  harto cigarrillo.  O sea comen poco, pero fuman y beben demasiado. Y este tipo de consumo doméstico es el más castigado en términos proporcionales por la reforma tributaria.  Por eso es que recomiendo que si Ud. es muy pobre y quiere que el billete le alcance, no fume, ni beba. Digo yo.         

Con patines o sin patines

Hace pocas semanas, escribí sobre las “frases célebres” que han estado ilustrando el mundo mediático nacional, las que,  pronunciadas también por personas muy célebres, generan a lo menos un rictus de asombro y que trascienden más allá de lo deseable. Las razones son dos,  la primera,  por quiénes son los emisores y segundo porque dichas expresiones pueden ser calificadas como extrañas, confusas, discrepantes, fuera de tono, estúpidas, brillantes, ingeniosas, molestas, inadecuadas, sorprendentes, agresivas, risibles, insolentes, inoportunas, etc. Y para colmo,  frases de este tipo, generan reacciones, polémica y desacuerdos, obligando  a explicar muchas veces lo inexplicable.

Posiblemente el emisor de estas frases “para el bronce”, como la última del ministro de Educación, cuando habló de sacarle los patines a los estudiantes que van rápido,  lo que haya querido hacer fuera demostrar el dominio en algún tipo de inteligencia abstracta. Esto es,  mediante la alegoría implícita en la frase, expresar una idea de una manera especial y a la vez con un alcance profundo, yendo a la médula misma de un asunto. En su interior,  el emisor desea que además de fundamentar muy bien lo que quiso decir, genere un reconocimiento de lo astuto, inteligente y  gracioso que es.  Hay una expresión que de alguna manera refleja esa intención, “sino no puedes ser profundo,  a lo menos se confuso”. Es muy probable que la gente crea que esto es una extraña forma de inteligencia.

El paso dos de este proceso comunicacional es que a partir del momento en que la frase se pone en los medios,  comienza el fuego cruzado. Por un lado están los que tratan de dar explicaciones y por otro,  los que meten el dedo en la llaga y mantienen el tema siempre vigente para sacarle ventajas. En este escenario, los que más pierden son los  ciudadanos, especialmente los de a pié, incluida la señora Juanita, que entienden muy poco el “sentido de humor” de los emisores de tan sui generis frases. Especialmente si son proferidas por ministros de estado, jefes de partidos políticos, ex Presidentes de la República, autoridades religiosas o dirigentes gremiales. La gente común y corriente - que es la gran mayoría- no entiende por qué sus líderes “hablan tan enredado y en clave”. Por qué simplemente no dicen las cosas como son. ¿Cuál es el motivo para generar oscuridad donde debiera haber mucha luz?

Yo tengo mi personal explicación,  por ejemplo,  en cuanto a los programas de gobierno en las reformas fundamentales. El detalle nadie lo conoce. En esto, recién hay que entrar a picar. Hay que comenzar a leer la desprestigiada y a veces odiada letra chica. Lo que verdaderamente se quiere hacer pero que nunca se dijo claramente que se haría. ¿Estrategia para no perder electores? Posiblemente.  Y es en esta fase cuando aparecen los detallitos  que hacen que las cosas se parezcan,  pero que no sean iguales. Y de este tipo de “trucos”, siempre están llenos los programas electorales.
Los ciudadanos al elegir a las máximas autoridades políticas, les entregamos un mandato para que hagan lo mejor para todos. Pero no es un cheque en blanco para que lo giren en lo que quieran. Por eso cuando el Ministro de Educación habla de quitarle los patines al estudiante que corre más y mejor para que lo alcance el que anda a “pata pelá”, no es una frase desafortunada, sino una muy mala interpretación del mandato ciudadano. Digo yo, que nunca aprendí a usar  patines porque nunca los tuve