domingo, abril 16, 2006

Cartera de mujer


(Publicado en el semanario Iquiquexpres el 22 de agosto de 2005)

Después de años de lucha, las mujeres lograron diferentes posiciones en la vida pública. Hoy el proceso es irreversible y los varones tendremos que aceptar que en muchos campos seremos segundones. La posible elección de una mujer como primera mandataria significará que a partir del 2006 todos los chilenos y por un plazo de cuatro años, quedaremos sometidos al poder femenino.
Por cierto esto no llegó de rompe y raja. Las féminas fueron comiéndose la viña, uvita tras uvita. En Chile la presencia del género femenino es notable. Hasta hace unos meses había dos candidatas a la presidencia. Mujeres que habían cumplido cargos ministeriales. Cada cual con una cartera en el gobierno.
Bueno, es de eso lo que les quiero hablar hoy, de las carteras de las mujeres.
Se que me voy a meter en un tema complicado y que me arriesgo a que mis lectoras (y posiblemente las minorías gays) me repudien por hablar de algo tan personal como son esos artículos. Meterme en el tema ya es una audacia. Y meterme dentro de lo que hay en una cartera no deja de ser un acto suicida. Exponer públicamente lo se encuentra en un lugar prohibido para los varones, un lugar sagrado, meter las narices en los vericuetos, los pliegues, el Triángulo de las Bermudas de ese espacio pequeño e infinito, es una locura. Pero me arriesgo.
La cartera es a la mujer como un hijo a su madre. Una relación íntima, sentimental y a la vez, utilitaria. En efecto, el amor, el cariño de la mujer por su cartera no es absolutamente emocional. En esta relación predomina un interés material. La cartera le proporciona a la mujer cientos de satisfacciones y a la vez le ayuda a solucionar los problemas “domésticos” de la vida diaria. Por eso, la cartera es uno de sus más preciados bienes. Su herramienta de trabajo. Su mejor amiga. Tal como lo es el perro con el hombre. A pesar de ello, tienen sus desencuentros regulares.¡Dónde cresta está la “bendita” cartera! (valor religioso ).
Para la mujer, la cartera tiene el valor de un atuendo guerrero. Un escudo, un arma, un soporte que la ayuda y la protege. Por esto, una mujer jamás suelta la cartera. Ni para ir al baño. Y esto tiene su lógica, porque en ese lugar podría necesitar algo, que sin duda estará en la cartera.
Por razones de espacio, a lo más podré referirme en general al contenido. Es decir, al inventario de artículos o elementos que hay en una cartera. Desde luego que esta descripción se referirá a lo que llamaré “cartera estándar” aquella que tiene el inventario básico y elementos para contingencias. Debo aclarar en todo caso, que esta medida con suerte podría reflejar el espectro nacional, por lo tanto es posible que en otro país la cartera promedio lleve muchos más elementos. La nuestra sería una especie de “canasta básica” en versión cartera. La cartera de una argentina, por ejemplo, se estima con 1.2 veces más elementos que el de una chilena.
El inventario básico de una cartera estándar nacional da cuenta de lo siguiente:
 a) Adminículos para la Exaltación de la Belleza con su correspondiente estuche y espejo incluido (16 unidades) A veces hay que agregar un espejo adicional con aumento.
b) Adminículos de Uso Profesional, Laboral o Doméstico, como billetera (con billetes) monedero (con monedas), tarjetas de crédito, mini agendas, lápiz pasta, calculadora, block o libreta, celular, llaves, etc. (16 unidades).
c) Adminículos para las Contingencias, como pañuelos desechables, cotolines, set de costura (aguja, hilo, alfiler de gancho, botones, tijera, etc.), remedios varios (dominales, vitamina C, antidepresivo, migranol, parche curita, gotas de ojos, lágrimas artificiales, toallas femeninas, rollitos de papel confort, etc.). En total 22 elementos en esta categoría. d) Adminículos para el Disfrute y el Placer, como lo serían chocolates, chicles, cigarrillos, dulces varios, etc. Pueden agregarse en esta categoría o en la anterior según criterio, condones y pastillas de Viagra, lo que hace un total de 12 elementos.
e) Artículos Varios fuera de Clasificación. En esta categoría se pueden encontrar papelitos sueltos con anotaciones, medallitas, rosarios, imágenes de beatos, vírgenes o santos (don Pío, San Expedito, el padre Hurtado, santa Teresita de Los Andes, Juan Pablo II, etc.) fotos familiares, tarjetas de visita propias y de terceros, cuentas por pagar del agua, teléfono, electricidad, estado de cuenta de la AFP, boleta de citación al Juzgado de Policía Local, cartón del Kino, calendario y boletas de compraventa varias. Todo esto hace un total de 36 elementos. Raya para la suma, son nada más ni nada menos que 102 elementos "indispensables". 
Sin perjuicio del contenido, pero a causa de ello, la cartera adquiere una importancia adicional por sus usos. Uno de ellos es emplearla como arma de defensa o ataque. Esto es directamente proporcional a su tamaño, pero suele ser un error, porque todo dependerá de lo que lleve adentro. No se confíe de las carteras chicas. Un carterazo puede llegar a ser un arma peligrosa, especialmente en manos de una mujer con furia.
La cartera, siendo de género femenino tiene su contraparte masculina que es “el cartero”. Pero esto se refiere al oficio de repartidor de cartas. Un sujeto que cada vez cumple menos esa misión, por lo menos el que pasa por mi domicilio. El que me visita es un “cuentero”, porque me trae puras cuentas.
Finalmente diré que las mujeres son muy felices con sus carteras. Algunas las coleccionan. Tal como hay locas por los zapatos, también hay locas por las carteras. Hay una muy famosa conocida como “La Loca de la Cartera”.
Pero curiosamente también hay mujeres sin cartera, como la Soledad Alvear y la Michelle Bachelet, que tuvieron carteras muy importantes. Esto último revela otra condición de las carteras, son muy importantes, eso explica que una mujer nunca suelte la cartera así no más. Lo máximo es que preste y momentáneamente la chauchera. Por cierto, sólo de común acuerdo con el requirente. Digo yo.

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