miércoles, marzo 12, 2014

¡¡ Tuiteo… luego existo!!

Publicado en el diario El Longino de Iquique el 19 de enero de 2014
Siempre existirá algo nuevo a lo que debamos enfrentarnos pues es una constante y fase ineludible del desarrollo humano. En la actualidad el avance de la ciencia y la tecnología hace más evidente que enfrentar lo nuevo es inevitable e imprescindible. Y además, acelerado e interminable.  Antes, para asimilar un cambio,   había más tiempo para el proceso de aprendizaje y adaptación. Los cambios se sucedían entre lapsos mayores, había tiempo para internalizarlos, tomar conciencia de ellos y disfrutarlos. Hoy la inmediatez es una forma de vida la que gústenos o no, debemos enfrentar y aceptar pues el vertiginoso cambio  es una constante paradójica: llegó para quedarse.
Y siendo ésta, una característica de este fugaz presente, como asimismo la urgencia y el estar siempre en todo momento y lugar, cada día queremos estar más conectados, más informados, más comunicados, más involucrados de lo que pasa no solo en nuestro círculo más estrecho como la familia, sino de la familia expandida: todo el mundo.  
La tecnología ha venido a satisfacer esa necesidad del humano del siglo XXI. Ya existen los medios para estar conectamos en todo momento y  por cualquier circunstancia. Estamos a un solo “clik  o un enter” de lo que ayer no habríamos imaginado. Vivimos en un constante zapping, de aquí para allá y de allá para otro lugar, saltando por la red con un solo toque en la superficie del aparato tecnológico. Este roce se conoce con el nombre técnico de touch, se pronuncia tach y es lo que en lenguaje popular podría ser una suerte de “pasadita a lo pintor”: suave, precisa, pero efectiva. 
Reconozco mi rebeldía pues me había mantenido bastante reticente de involucrarme al cambio tecnológico “duro”.  Me había quedado en lo básico: correo electrónico y aplicaciones (procesador de texto, excell, power point, etc.) Luego incursioné en Skype,   Blogs, y resistí con éxito los cantos de sirenas del  Youtube, Twitter,  Face time, “guasap” y otros. Pero confieso que la carne es débil y ya soy uno más de esta monstruosa cofradía universal. Pero por cierto que soy un muy mal usuario, pero estoy.
Claro que esto ha tenido un costo. Mi libertad - el más preciado de mis principios. Como necesito seguir en el mundo, conversar con mis hijos, con mis nietos, con mis alumnos de la universidad, con mis asistidos de coaching, en fin. Si no lo hacía, podía quedar aislado y no ver el nuevo mundo pasar por mi lado. Así es que ahora hasta abrí una cuenta en Twitter y espero seguir a muy pocos y no tener seguidores. Estoy por estar, es para mi up grade personal. Perdón  por la franqueza, pero este año una vez más estoy comprometido con la verdad. Anticipo que no seré un buen comunicador por estos medios, no puedo exponer con medio mundo lo que hago, con quien lo hago y a qué hora lo hago.  Tengo que cuidarme, digo yo.   

Chao jefe...vuelva pronto

Publicado en el diario El Longino de Iquique, el 9 de marzo de 2014



En estos días,  no solo el Presidente de la República está preparando la entrega del cargo que ha desempeñado por cuatro años, sino que también se vive un frenético trabajo en todo el sector público donde miles de jefes de algo, están preparándose para traspasar sus respectivas “bandas presidenciales” . Y estos miles de funcionarios se despiden tras cuatro años de ocupar los principales cargos de autoridad del sector público, es una rutina periódica que corresponde al recambio de los equipos a causa del término de un gobierno y comienzo de otro. Esto se ha empezado a establecerse como una experiencia republicana. Me parece muy sano y saludable que se entregue la casa limpia, con todo en orden y los papeles al día. A pesar de eso, -lo que ya también parece una costumbre republicana- es que tras recibirse la morada, empieza de inmediato el período de las objeciones. Es una luna de miel brevísima. Faltan papeles, no cuadran las cifras y de inmediato la declaración …”haremos una auditoría”. No es que sea mal pensado pero para mí esto es el posible primer pituto para una empresa del nuevo grupo al poder.  
La misma rutina ocurre con la entrega del poder en  los niveles intermedios y bajos,  porque existen diversas categorías de jefes (jefes propiamente tal, jefazos, medios jefes, jefecillos y clase menores, donde se cumple el ritual del “chao jefe” pero sin tanto protocolo. La ceremonia no reviste las mismas solemnidades de la entrega como el de las altas esferas del poder.   Es más a veces los jefes se van antes y dejan todo para que un segundo asuma la responsabilidad. Hay de todo en la viña del señor Portales.
Algo anecdótico ocurre los días previos a la entrega del poder en los incluidos en el nivel C2 (jefes de divisiones, departamentos, secciones,  unidades,  oficinas). Se empiezan a advertir varias señales como la aparición por las dependencias públicas, gente desconocida, rostros no familiares, en actitud observadora. Mirando las oficinas, los muebles  y especialmente la calidad del sillón del escritorio. Caminan lento pero con trancos regulares sí como midiendo la superficie. Es como una vista a un depto. Piloto de un edificio. También es corriente notar que aquel funcionario del gobierno anterior que en los últimos cuatro años estuvo en la “huesera”, léase una oficinita oscura al final del pasillo, después del triunfo de la ex chica ONU, empezó a recibir muchas visitas (signo inequívoco que al tipo de marras, le vienen tiempos mejores). Ahora por el tipo de público que atiende, todas sus reuniones son a puerta cerrada. Estos signos son muy reveladores, además de que las visitas tienen una cara de operadores políticos que no se la pueden.
Yo creo que despedirse del jefe tiene su lado bueno y su lado malo. Y todo habrá dependido de cómo fue la relación entre jefe y subordinado. Hay muy buenos jefes qué duda cabe, comprensivos, saben mandar, integran, confían, delegan, conocen lo suyo, enseñan y respetan. Pero también hay otros muy malos que son  autoritarios, ofensivos, gritones, groseros, déspotas y hasta pueden ser odiados.  Es una lotería, yo espero que en esta pasada a todos les toque un excelente jefe. Independientemente de su pensamiento políticos, aún cuando es diferente en cada caso. Si le toca un  jefe del PPD (el dependiente debe pensar PPD) si es un DC (el subordinado debe ser ambiguo, poco claro, acomodaticio) Y si le llega a tocar un PC (el suche debe ser sumiso y acatar todo lo que le mande el jefe, no discutir nunca y  no pronunciar palabras como  empresa, mercado, consumo o educación privada.). Si es PS, (debe ser ofensivo, irónico y mala onda como Andrade).   
Afortunadamente yo soy mi propio jefe y no tengo que entregarle cargos a nadie.  Sin embargo  hoy le digo “chao jefe” a Piñera, ejefe de la Nación. Y le digo que su gobierno fue muy bueno, posiblemente el mejor de muchísimos años. La Historia será la encargada de hacerle justicia. Chao jefe y ojalá vuelva para el 2017, Chile lo necesita. Digo yo.       

¡¡Qué rico, otra vez al trabajo!!

 Publicado en el diario El Longino el  2 de marzo de 2014

A modo de despedida del verano y las vacaciones y para poner en forma cuerpo, alma y espíritu,  y  enfrentar este 2014 que se nos vino encima con todo -  incluido cambio de gobierno - quiero ofrecer a los lectores la copa del estribo. Esta vez un copete dulce, con una pisca de humor. Con ese humor ingenioso que tienen los humoristas creativos, los que le agregan inteligencia al relato, los que sorprenden por su agudeza, los que hacen pensar. Particularmente me gustan las frases ingeniosas. Desde joven (hace ya muchísimos años) coleccionaba frases y pensamientos y me hice fan de Woody Allen.  No solo por el humor implícito sino que por el fondo y el contenido profundo de esos relatos de humor comprimido.
Definitivamente admiro la inteligencia creativa y especialmente a los humoristas que lo hacen desde el lenguaje. Revisando textos y documentos que dan  cuenta de este tipo de habilidades tan especiales del homo sapiens, no deja de sorprenderme lo grandioso de este proceso creativo. Hacer humor es algo serio y no a cualquiera le resulta. En el recién pasado Festival de Viña huvo de los dos tipos. Los triunfadores creativos y los que pasaron un  Viña un día sin pena ni gloria. Ni antorchas  ni gaviotas. Solo pifias, insultos o desprecios. Dignos de no imitar.  ¿Sería parte del humor negro de los organizadores?  Vaya uno a saber.    
Las frases creativas y con humor son el resultado de un proceso donde se necesita invertir millones de neuronas para su génesis. Algunas sorprenden por su lógica y profundidad, otras por su filosófica simpleza. Pero todas con un común denominador, derroche de inteligencia, perspicacia, observación, agudeza, imaginación, audacia y desafío a la lógica. Rescato acá varias de ellas: “A los niños no se les puede pegar salvo en defensa propia. Cada uno es como Dios lo hizo, y muchas veces peor. Cuando soy buena, soy buena; cuando soy mala, soy mejor... Dadme un punto de apoyo... y me beberé otro Whisky. De los placeres que no son pecados, el mejor es defecar. Dichoso  Adán, que no tuvo suegra. El hombre no ha nacido para trabajar, la prueba es que se cansa. El que ríe último... probablemente no ha entendido el chiste. Las ventajas del nudismo saltan a la vista. La marihuana causa amnesia y... otras cosas que no me acuerdo.  Morir es como dormir, pero sin levantarse a orinar. La inactividad sexual es peligrosa, produce cuernos. Hoy en día la fidelidad solo se ve en los equipos de sonido. El negocio más expuesto a la quiebra es el de la cristalería. Algunos matrimonios acaban bien, otros duran toda la vida. El matrimonio es como las libretas de ahorro: de tanto meter y sacar se pierde el interés. El diabético no puede ir de luna de miel. Cuando todo sube, lo único que baja es la ropa interior. Hay que trabajar ocho horas y dormir ocho horas, ¡pero no las mismas! ¿Cuál es el animal que después de muerto da muchas vueltas?:el pollo asado. Cuando un médico se equivoca, lo mejor es echarle tierra al asunto. Le tengo envidia a los mosquitos: siempre mueren entre aplausos. Mi padre vendió la farmacia porque no había más remedio. Hazlo bien y no mires con quién. Es curioso que se le denomine sexo oral a la práctica sexual en la que no se puede hablar”.
Estimado lector, espero haberlo hecho a lo menos pensar y sonreír un poco para que se relaje. Es bueno empezar con una sonrisa el año de trabajo. Piense positivo… y si pertenece al grupo de los que ganó en la urnas, es decir forma parte del equipo de recambio político, póngase las pilas y a cumplir todo lo que prometió. ¿O era un chiste? Y si es del grupo perdedor, recuerde que no hay mal que dure mil años. En este caso pueden ser solo cuatro. Digo yo.   

Un año más, que más dá


Publicado por el diario El Longino de Iquique el 23 de febrero de 2104
Próximos a iniciar marzo, es difícil no tener la sensación de que ahora sí que comienza el año. Y a pesar de lo que dice  la cumbia de Tommy Rey  “Un año más  qué más da”, aquello depende de la edad que se tenga y según como pasen los años. Y de lo que ha ocurrido en estos lapsos se puede hablar mucho  y por cierto también escribirlo, privilegio que tenemos los que ya tenemos tribuna para aquello como también varias juventudes acumuladas en el cuerpo.
 
Y a propósito de acumulación, lo que yo he ido haciendo además de coleccionar años es reunir vivencias. Lo malo es que con los años, éstas empiezan a perder nitidez. Por ello que hace algunos meses decidí poner a trabajar el más importante músculo del ser humano: el cerebro.  

Coincidentemente con esto, un amigo me regaló un libro en inglés titulado Keep your brain alive  (debe haber notado algo además de mi pérdida de fluidez del inglés que se está pareciendo al del tipo del aviso de la TV) el que propone 83 ejercicios neurobióticos que ayudan a prevenir la pérdida de la memoria y que mantienen la mente en forma. Puso como dedicatoria: “Con mucho efecto para Patricio, espero que le sea útil para mantener su cerebro como el de un adolescente”. Nada personal por cierto, se trata bde un buen amigo. 
 
Por mi parte había estado intentando mantenerme en buen estado mental leyendo mucho más, resolviendo diariamente puzles y Sudokus a lo que agregué el Cubo de Rubik. Logré armarlo por primera vez después de tres semanas de práctica, incluyendo por cierto apoyo en la red.  Ahora lo puedo hacer solito y en 15 minutos. El record mundial lo tiene un chino de 10 años que lo resuelve en menos de 12 segundos.
 
Tomé la decisión de hacer algo en beneficio de mi cerebro tan pronto empecé a notar que ya no recordaba el significado de algunos términos que me habían acompañado en parte de mi vida, a olvidar el nombre de muchos conocidos, a tener que anotar las claves y las password de los equipos y a perder con mucha frecuencia las llaves.  Incluso me olvidé algunas veces de escribir esta columna con las 24 horas de antelación a las que me comprometí. Mi justificación a mi olvido solía ser “es que estoy metido en tantas cosas”. Una mentirilla piadosa desde luego.
 
Lo que la neurociencia nos dice es que afortunadamente las neuronas pueden expandirse. No se puede evitar que se mueran por millones  cada día, pero las que permanecen vivitas y coleando pueden engordar o mejor dicho, ponerse en buen estado atlético para los procesos de recordar, relacionar, pensar y sentir.

A modo de práctica con mis lectores, les propongo aquí algunos términos, palabras  que me fueron familiares en mi antigua niñez y adolescencia. Si algunos lectores no los entienden o les son desconocidos podría ser porque son muy jóvenes y nunca los tuvieron en la memoria o porque ya están viejos y se les borraron.  Si los recuerdan aún siendo “adultos mayores”,  significa que están súper bien chiquillos.  

Este es el test de la blancura: babieca, bicoca, biyuyo, botica, carcamán, cataplasma, armatoste, casquivana, cocoroca, churrines, copetín, chancleta, churro,  encamarse, escapulario,  farolero, galeno, gomina, gorila, himeneo, invertido, lenteja, mamarracho, mameluco,  ósculo,  pichicatero, pituco, refrigerio, soliviantado, paletó, pelafustán, pudiente, sopetón, sucucho, soponcio, tertulia, trompa, urguete, banlón, yapa, victrola, zangolotear, zarrapastroso.

Esta columna y el listado de palabras old fashion que les he propuesto, me han servido para tomar conciencia de mi edad, de muchos amigos y también de que he mejorado la memoria. porque recordé más del 90%.  Sigo bien, digo yo.      

Talán talán… se acabó el recreo

Publicado en el diario El Longino de Iquique el 16 de febrero de 2014
 
No es mi intención echarle a perder las vacaciones a nadie ni tampoco me gustaría que se me tildara de aguafiestas. Usted podrá hoy estar tirado de guata en la playa, disfrutando de sus merecidas vacaciones leyendo el diario y tan solo de ver el título de esta columna se le corte la leche. Que   tenga un aterrizaje forzoso con la realidad. En pocos días más, “los niños entran a clases”.
¡Oh my God! como dice una amiga, se acabó el recreo para los padres, comienza  un nuevo año escolar. Tan solo recordar que se viene la compra de las fatídicas y onerosas listas de útiles escolares,  las  levantadas temprano, los tacos de autos entre otras “dificultades citadinas", recién uno toma conciencia de que el año en rigor no comienza el 1 de enero de cada año, sino del día en que los chiquillos vuelven a clases.  
Este acontecimiento es un drama anual que ya con el correr de los años debiéramos tener mucho mejor asumido. Lo vivimos durante muchos años los que fuimos padres-apoderados  de la Básica a la Media y es una experiencia que se vive día a día por muchos años con pequeños break por vacaciones. Las de invierno un pequeño respiro y las del verano, un poco más holgadas. Por suerte en este país somos pródigos en fines de semanas festivos.
La situación tiene de dulce y de agraz. Para muchos es un alivio que los cabros reinicien su período escolar. ¡Por fin… ya no los soportaba más en la casa! Otros en cambio los echarán de menos y esperarán con ansias su regreso cada día. Todo depende de muchas variables: la edad del querubín, la cantidad de hijos estudiantes, la cercanía- lejanía del establecimiento, etc.
Cualquiera que sea la configuración familiar y sus características, hay sin embargo algunas manifestaciones típicas que en el día de inicio de las clases se presentan. Y hay una en particular que se gana el premio: el genio,  también conocido como carácter. Ese día y esa mañana del primer día de clases del año, extrañamente  la gente se levanta atrasada y por esa causa se enrabia fácilmente y por muchos motivos.  Imaginemos la escena de una familia con tres niños entre 8 y 12 años. En el lapso que media entre el “levántense que estamos atrasados” expresado con bastante vigor y subido de tono, y las preguntas impregnadas de incertidumbre como “pusieron las colaciones en la mochila”,  “se lavaron los dientes” el ambiente se pone tenso. Por otro lado están los retos. Estudios al respecto  han permitido advertir que antes que los niños salgan de la casa con rumbo al colegio, ya los papás los han retado a lo menos ocho veces. Verifíquelo.     
El inicio de clases es un ritual que con los años se automatiza y no produce traumas, salvo adicción. Dura hasta, no me consta si perdura en la universidad. En el caso de los que recién se inician, en los papás “virgenes” y que vivirán este año su primera experiencia, no deberían tener problemas porque la situación está llena de ternura: “amorcito despierte, hoy hay que ir al Jardín”. Luego serán recibidos por cálidas y amorosas tías, ambiente de puro amor solo roto a veces cuando el educando no quiere separarse de su madre y hace una pataleta memorable.  Algunas mamás han pasado su par de horas incrustadas en sillitas con medio trasero al aire, para permitir la adaptación social del divino tesoro. Qué duda cabe,  la educación merece nuestro mejor esfuerzo, digo yo.