jueves, junio 23, 2016

Un condumio a la Carta

Publicado en noviembre de  2015  
La  Carta Fundamental de Chile, nombre con el cual  también se le conoce a la Constitución Política de la República,  aparentemente está tan vapuleada, censurada e invalidada que  finalmente se considera  “inadecuada” para los tiempos actuales y sobre todo para los venideros. Consecuencia de ello y cumpliendo al pie de la letra parte de su propuesta electoral, la Presidenta empapada además de esa suerte de karma  ideológico del conglomerado que le secunda, cual es querer cambiar absolutamente todo, informó a los habitantes ciudadanos del país, que la Carta Magna nacional,  entraría a un proceso de enchulamiento mayor.
No sé a pito de qué este proceso lo encuentro parecido al famoso y exitoso programa mundial Master Chef. Así el proceso que propone la primera mandataria o sea la Master Chief  intenta que un conjunto de calificados participantes desarrollen una muy sabrosa Carta que satisfaga los exigentes paladares de los chilenos y que sepamos cómo va a estar la cosa en el futuro.
Por eso es interesante analizar este proceso creativo que desde ya creo que tendrá un desarrollo “muy sabroso”. Sin duda que se verán afectadas muchas sensibilidades, gustos, sabores, aromas, paladares, aromas, gustos y preferencias, porque a los ciudadanos nos gustan diferentes condumios, algunos con recetas de raigambre hispana y nacionalista, también la variada y amplia carta de la oferta internacional y sin que falte desde luego nuestra  cocina vernacular con olor y aroma de las tierras mapuches.
A partir de la fechas fijadas por la Master Chief,  los chilenos deberemos ponernos los delantales, afilar los cuchillos (para fines culinarios por cierto) y concordar –civilizadamente- qué queremos poner en la Carta. Desde los aperitivos hasta los postres. Para ello, la jefa del programa, ya marcó los tiempos para que se haga la propuesta.  
No será fácil poner de acuerdo a los chilenos sobre una nueva Carta. Pero hay algunos requisitos básicos. Debiera ser: Nutritiva (con las proteínas  y nutrientes suficientes para que los hijos de la  Patria futura  crezcan sanos y fuertes).  De buen sabor ( que los platos del menú a nadie le deje la boca amarga). Variada (que estén en el menú lo que los comensales necesitan, les gusta y  satisface. Comida tanto para los “guardianes de la parrilla“ como para  veganos.  Eficaz (que logre los resultados esperados por todos). Equilibrada (que niños y ancianos, pobres y ricos, hombres y mujeres, nortinos y sureños, de los Andes o del Pacífico, huincas y mapuches, encuentren en esa Carta lo que necesitan para seguir vivos).  Sana, que nadie se enferme  ni menos que muera). En fin, una Carta con una propuesta que deje felices a todos y que podamos sentarnos a la mesa cada día, mirarnos a la cara y disfrutarlo.     
Lo importante en esta nueva  Carta, a la construcción que nos invita la Chef Michelle,  es que la elaboren profesionales de la alta cocina (los que saben) y no “expertos” de la cocina callejera. Esta vez que participen profesionales de la cocina.
Si no hay garantías de que los chefs que participen en esta versión de la nueva Carta, sean capaces de hacer algo bueno, bonito y barato  y que por cierto funcione y guste a los chilenos, no me cabe duda que podemos pasar a los postres y al bajativo en los plazos indicados.
Pero vale hacer una pregunta trascendental ¿Será realmente necesaria una Carta nueva?  No será solo un problema de presentación. La comida primero entra por la vista.

Finalmente me pregunto ¿para qué tanto atado y no hacer los cambios al estilo del past president  Lagos? Recuerdo clarito que él dijo que su carta del 2005, le había quedado buena y totalmente democrática. Salvo que ahora esté tirando para la cola. Digo yo.

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