jueves, noviembre 01, 2012

La procrastina Michelle



Iquique, diciembre 2012

¡Ya poh Michelle! Córtela. Decídase luego. Tiene trancada la pelota. Lo único que liberó fueron fotos para la campaña municipal ayudando así  a los que querían salir elegidos no por méritos propios sino de rebote, a la sombra de su imagen.

A nosotros, los ciudadanos de a pié, que somos la gran mayoría, nos interesaría saber si seguirá ganando sueldo en devaluados dólares o en moneda dura, o sea en pesos chilenos. Nos da lo mismo, pero como circulan tantas versiones todo esto está resultando demasiado confuso, tirando para kafkiano.  Consecuente con este ambiente ambiguo y contradictorio, yo creo que es tiempo de que vuelva, se ponga un casco militar, ropa de camuflaje, se suba a un tanque y haga una arenga con retórica presidencialista. Como lo hizo la vez primera.
Michelle, córtela, tome una decisión. ¿Va o no va a la pelea? Puede contestarnos por escrito o llamar. Dicen que es buena mandando cartas y con el celu. 

Le cuento que esta incertidumbre tiene desorientados principalmente  a los políticos de su fronda. Y ninguno de los “presidenciables” aparecidos y reaparecidos sabe a qué atenerse mientras usted mantenga esa procrastina conducta. Pienso honestamente que una persona con su trayectoria no debiera andar mostrándose tan irresoluta. Impropio de líderes planetarios y ex jefes de estado de su alcurnia.

Como usted sin duda lo sabrá mi estimada ex presidenta (porque los de la ONU se las saben todas) la procrastinación es un mal hábito. Postergar y postergar una decisión o acciones frente al futuro, es un trastorno del comportamiento que se interpreta también como debilidad de carácter y cierto temor a realizar todo acto que puede ser percibido como abrumador , desafiante, inquietante, peligroso, difícil, o aburrido, por lo cual se chutea la decisión in eternum si es posible. A un futuro sine die como dirían los abogados. La procrastinación puede llegar a ser grave dependiendo de cada persona. Especialmente para aquellos que por su trabajo, deben tomar decisiones importantes, frecuentes, estratégicas, oportunas y rápidas. Es decir del tipo habituales para los residentes temporales de la Moneda. Por lo tanto es una mala señal. Es por eso que le dieron tan duro por su actitud en aquella fatídica madrugada del 27/F en la oficina de la Onemi, donde Ud. se veía tan indecisa. Daba la impresión que no podía comer chicle y decidir a la vez. Y eso no es bueno. Ni comer chicle ni ser indeciso. 

Los procrastinos tienen características que los hacen verse como incompetentes. El miedo al fracaso en situaciones donde no hay garantías de éxito les aterra. La dificultad para tomar decisiones y la búsqueda de garantías de éxito antes de iniciar una tarea les provoca finalmente sentimientos catastrofistas, y como resultado se sienten indefensos. Por eso se dejan querer hasta la exageración. Les encanta ser queridos y sufren si se les rechaza. La creencia que subyace es: «todos deberían seguir amándome y no olvidarse de mí”, pero por favor “no me apuren”.

Lo grave también - además del tránsito lento para decidir -  son las conductas adictivas que le podrían afectar e inducirla a comportamientos de evasión incurriendo en sublimaciones como: exceso de computación, sexo, chicle, chocolates o ver teleseries malas y realities peores. Todo lo anterior sin considerar el conocido “síndrome del estudiante” (dejar todo para el último día) como la entrega de trabajos, pagar los impuestos, sacar el permiso de circulación, cambiar el domicilio electoral, etc.

Ahora bien, me pregunto ¿de qué tipo de procrastinación padecerá Michelle? Será el por evasión, esto es, evitar todo por miedo al fracaso. Será por activación, es decir postergar hasta que ya no haya más remedio que decidir. O por agotamiento del tiempo. Intentando tomar la mejor - mejor - mejor-mejor - mejor decisión, finalmente se le pasa el plazo.

Estimada ex mandataria, no deje para mañana lo que pudo hacer ayer. Digo yo.


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