Publicado en El Longino de Iquique, el 10 de mayo 2015.
“Nadie que no sepa Geometría entra
en mi casa”, es una frase que se le atribuye
a Platón, el filósofo griego. Esto expresa la importancia de esta disciplina
para entender el funcionamiento de las cosas. En general los griegos contribuyeron mucho al estudio
y desarrollo de la Geometría y también de la Política, las que consideraron ciencias
fundamentales.
Coincido con los griegos –modestamente-
pues en mi opinión Geometría y Política son Ciencias fundamentales para el buen funcionamiento de
las naciones. Y esto se ha evidenciado mucho en el Chile presente con graves problemas y no me
estoy refiriendo a los incendios,
aluviones ni a las erupciones volcánicas, sino a la explosión múltiple en Santiago con epicentro en el cuadrante
Moneda, Morandé, Estado, Teatinos, Alameda.
Lo que pretende esta crónica, es demostrar
que la Geometría, genera efectos y altera la Política, pudiendo ser la causante
primaria de muchos de nuestros
padecimientos no naturales. Relataré los últimos acontecimientos poniendo el término incumbente “entre comillas”, para su mejor identificación.
Sostengo la tesis que mucho de lo que nos pasa
es por culpa de la Geometría.
Hace algunos meses, este pequeño y
“vertical” país del subcontinente sudamericano, se vio repentinamente afectado por muchas situaciones que lamentablemente se
presentaron en forma “paralela”. Una de
ellas, parecía “meridianamente” clara y habría parecido ingenuo y hasta “obtuso”
no darse cuenta que algo no caminaba bien. No obstante la primera dama de la República que en este
caso era la que tenía el cargo que la pone en la “cima de la “pirámide” del poder, dijo no saberlo
por estar en otra “área” del territorio nacional, disfrutando sus vacaciones. Esto lo creyó muy poca gente, pues verdaderamente
no tenía mucha “base” de sustento.
Aparentemente era un “ángulo”, una “arista” que aparecía en “paralelo” que se sumaba al embrollo que se había armado con Penta y que se empezó a mover en
“círculos”, en forma muy poco “ordenada”, lo que permitió abrir nuevas aristas
que no siendo iguales a las otras, presentaba mucha “simetría”. La líder del
gobierno desde la cúspide del poder, quiso cerrar el “cuadro” pero fue como
salir al “cuadrilátero”, a recibir golpes que venían por todos “lados”. Ante esta “figura”
desordenada y caótica y sin querer irse por la “tangente” quiso dar el golpe de
gracia para terminar tantos hechos que crecían y avanzaban en “paralelo”. Para
colmo, no tenía mucho “radio” de acción y además se sentía sola y
abandonada pues el apoyo de sus pares,
era como “línea” discontinua. Tenía la sensación de estar subida en un
“trapecio”, e intentando no caerse tiró
sus “líneas”, dejó de hacerle caso a
un colaborador muy “cuadrado” y enfrentó el asunto con decisión y coraje. Sacó
pecho y se fue al programa de don Francisco
para dar a conocer su arma mortal. Un nuevo gabinete. Un “cuadro” nuevo
de colaboradores para enfrentar los
urgentes compromisos gubernamentales. Se
olvidó del “pentagrama” o “pentáculo” e hizo foco en las “bisectrices” que habían dejado los problemas
y se propuso cuadrar el “círculo”. Aparentemente se fue por la tangente, avanzó
en “zigzag, caminó por la “línea discontinua”
y llegó tarde a todo porque olvidó que la
distancia más corta entre dos puntos es la línea “recta”. Y a propósito, descubrió
que los no “rectos” no solo estaban fuera del gobierno, sino que cohabitaban en
su “círculo” íntimo.
Con el cambio ministerial, ojalá no
se de una vuelta de 360° porque conforme a las leyes de la Geometría va a quedar donde mismo. Ni que
cuando enfrente otras dificultades y quiera llegar más rápido, no se vaya por
los catetos, sino por la hipotenusa. Eso es geometría básica. Y si desea trascender
que estudie Geometría Sagrada. Pero eso ya sería la arista esotérica. Digo yo.
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