sábado, mayo 16, 2015

LAS LEYES DEL PODER

Hace un tiempo,  leí el extracto de un libro sorprendente. Me dio buenas pistas para entender algunas de las razones que explican el comportamiento moral y ético del hombre en la sociedad  actual. Lo encontré atinente con lo que hoy se vive  en el mundo y en Chile en particular, por lo que decidí compartirlo, para que de alguna manera  se pueda entender la crisis de valores, de confianza y fundamentalmente de  la lucha por el poder político, económico o ideológico.      
El libro recopila tres mil años de historia del poder en 48 leyes concisas y aplicables, que sintetizan la filosofía de Maquiavelo, Sun-Tzu, Gracián y Von Clausewitz, entre otros. Algunas de estas leyes enseñan la necesidad de la prudencia, las virtudes de la cautela y hasta la necesidad de carecer de misericordia. Gusten o no,  todas son aplicables a la vida real.
Esta crónica no es una invitación a aplicarlas, sino a reflexionar sobre ellas, especialmente hoy cuando la Etica y la Moral,  son valores que hoy en Chile,  han parecido estar en estado de muerte, aún cuando se ve una luz al final del túnel. Este estado de la situación, obliga a un overhaul,  a un aseo a fondo. Desde  luego, manteniendo dos premisas criollas básicas: el “caiga quien caiga”  y  el “hasta las últimas consecuencias”.
Lo que plantean los autores del libro me parece finalmente, algo así como el manual  de consulta del perverso y con un objetivo claro, llegar al poder. Son por lo tanto sugerencias Premium que todo mal político, pésimo jefe o inmoral orientador espiritual, debe saber y aplicar, para ascender por la ególatra pirámide del poder.
Cito a modo de ejemplo algunas de estas 48 leyes del poder. Ojala los lectores puedan encontrar aquí alguna explicación del por qué y para qué - los que detentan el poder- hacen lo hacen y dicen lo que dicen.   

Y para muestra un botón, aquí les incluyo como ejemplo, 3 leyes del poder:
Nunca eclipses al amo. Haz siempre que tus superiores se sientan cómodamente superiores. En tu deseo de complacerlos, no vayas demasiado lejos mostrando tus talentos, ya que podrías lograr el efecto contrario, inspirar temor e inseguridad. Si haces que tus jefes parezcan más brillantes de lo que son, llegarás a las alturas del poder.
Disimula tus intenciones.  Mantén a la gente fuera de equilibrio y en la oscuridad, al no revelar el propósito detrás de tus acciones. Si no tienen idea de lo que estás haciendo, no pueden preparar la defensa. Guíalos lo suficientemente lejos por el camino equivocado, envuélvelos  en suficiente humo  y para el momento en que se den cuenta de tus intenciones, será demasiado tarde.
Haz que la gente dependa de ti. Para mantener tu independencia, siempre debes hacerte necesario y deseado. Mientras más dependan de ti, más independiente serás. Haz que los demás dependan de ti para tener felicidad y prosperidad, y no tendrás nada a qué temer. Nunca les enseñes tanto como para que puedan existir sin ti.
Reconozco y a la vez advierto que la obra es definitivamente amoral, implacable, pero astuta e instructiva a la vez. Al leer estas leyes se entenderá el porqué de los abusos del poderoso, el por qué su jefe es tan “mala persona”, por qué no le da espacio y oportunidades y  cuáles son las mejores malas prácticas para ascender.  
Es posible que algunos o muchos de los que hoy ya están sentados en los sitiales del poder político, económico o religioso, lo hayan leído o que sea su libro de consulta y libro de cabecera, para repasar sus páginas cada noche.

 Inspirado en el libro,  hoy abusé del poder que me da tener una columna en este diario, para decir lo que pienso. Aunque finalmente el director, si lo estima, me deja fuera. Digo yo.   

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