(Publicado en la Estrella de Iquique el 20 de junio de 2010)
Hoy me levanté con la idea de hacerle preguntas de fútbol a mi vecino del frente. No al que vive frente a mi casa, sino al que tiene domicilio conocido desde años en la página del frente. A Bernardo Guerrero, un tipo que sabe un montón de muchas cosas y si no las sabe…las investiga.
¡Vecinooooo! No me oye, debe ser porque siempre está mirando para la izquierda, le gusta mirar para ese lado. Pero bueno, la idea era pedirle que explicara desde la perspectiva de su profesión, este fenómeno social conocido, entre tantos nombres, como “la pasión del fútbol”. A mí lo de pasión desde ya me suena medio freudiano, es como cuando alguien se declara “amante de la música”. Lo que quisiera saber, entre otras, es si el amor y la pasión de las masas fanatizadas por el fútbol es todo lo que justifica su comportamiento. También saber qué es lo que realmente aman y disfrutan: la filosofía intrínseca del juego y su desarrollo; los cuerpos atléticos y viriles de los jugadores; el éxtasis del triunfo, la agonía de la derrota o la insulsez del empate.
Aclaro que mi vecino está calificado para opinar porque en esto tiene doble militancia. Por un lado es sociólogo (por lo tanto puede explicar el comportamiento de las masas futbolizadas); y por otro, como “buen iquiqueño” lleva la camiseta celeste del Municipal como segunda piel y el estadio y sus fans son como su hogar familiar.
Necesitaría que me explicara lo que hay detrás del peloteo mundial que estamos viviendo, que a mi modesto entender, excede con holgura lo estrictamente deportivo. Se estarían buscando otros satisfactores, teniendo al fútbol como excusa. Cuál sería el deseo oculto de estas tribus urbanas pintarrajeadas, disfrazadas y ahora corneteras (sopladores de la vuvuzela sudafricana) Me gustaría saber qué son y que expresan estos comportamientos. Nacionalismo, chauvinismo, supremacía deportiva, egos supranacionales, rankings de alegría, felicidad ciudadana, competencia de cánticos. ¿Qué busca la masa viajera hoy sentada en la galería de un estadio sudafricano. Simple diversión, turismo en un país exótico, aprovechar un crédito barato, el tipo de cambio favorable, una escapada de casa, darse el gustito de sus vidas, juntarse con sus amigotes?
¿Será ésta una terapia planetaria necesaria para la sanidad global? Con el Mundial todos se olvidan del mundo. A la hora de nuestro fútbol, oficinas, colegios, universidades, empresas, gobierno, todos están “metidos” en el fútbol. Parece una epidemia sin vacuna conocida que dejará varios países muertos o a lo menos heridos. Claro que en 24 meses más comenzarán las eliminatorias del próximo mundial. Para otra chance.
Fútbol, fútbol. ¿Una fiesta, un deporte, un sucedáneo de la guerra convencional, una pasión loca por una amante díscola? ¿Qué cresta es todo esto Berny? Si me lees aclárame esto, porque de fútbol solo sé que nada sé. Digo yo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario