sábado, mayo 10, 2014

De límites, patos cojos y botines

Publicado en el diario El Longino de Iquique, el 19 de enero de 2014
 
Aun teniendo varios temas  sobre los que podía escribir la columna de hoy, no sabía cuál podía ser el de mayor interés para los lectores. Cada semana que vivo este proceso de “parir” una crónica, lo hago pensando en los lectores y sus motivaciones y no como un acto de autocomplacencia.  Tengo mi ego por cierto,  pero he llegado a dominarlo razonablemente.
Los temas de mi memoria, archivados posiblemente en algún vericueto de la corteza cerebral, me mostraban que podía referirme, entre otros,  a los temas que estaban más calientes,  más en la epidermis y la conciencia ciudadana.  Eran varios y para evitar demorar la causa, me  concentré en tres que a mi entender eran los que tenían más peso específico. En lenguaje moderno una suerte de topic tend: Asuntos limítrofes; Piñera y el síndrome del Pato Cojo; Gabinete variopinto.  
Confieso que no me fue fácil tomar la decisión de qué tema tratar o lo que es lo mismo, cuáles dejar fuera. Por eso evalué el alcance y grado de interés que podría tener en cada caso la ciudadanía lectora de este medio.
El primer tema “asuntos limítrofes” (que no tiene nada que ver con el asunto de la Haya) me pareció pertinente  porque indudablemente todo lo ocurrido en las últimas semanas en el partido Renovación Nacional, es una manifestación prístina de cómo los políticos se pasaron del límite con esto de las acusaciones mutuas, las descalificaciones, las renuncias, las arremetidas incluso contra un  militante que llegó a la Presidencia de la República,  del mal trato que la directiva le dio a las mujeres, las discriminaciones de género, por creencias religiosas, por origen étnico, etc. etc. Sin duda que ese conglomerado político… estas últimas semanas, traspasó el límite.   
El otro tema, es la decisión del actual primer mandatario, que, contrario a lo que hace la gran mayoría los presidentes cuando deben entregar el poder por el término de su mandato, empiezan a dejar de hacer la pega, tanto por cuanto no quieren hacer cosas (tomar decisiones) porque ya nadie quiere que siga haciéndolo o porque los  resultados ya no caerán en la contabilidad de su gestión sino del próximo. Se denomina síndrome del pato cojo. Pero lo diferente aquí es que Piñera es obstinado y decidió estar y mandar hasta el último día, minuto y segundo de su gobierno. Estará haciendo todas las tareas que se propuso y que prometió en su campaña. Quiere que su período pase a la historia como el mejor de toda la historia  de Chile y desde luego, con las mejores notas.  Virtualmente habrá que desalojarlo. Ama tanto lo que hace que incluso no niega  que quiere volver el 2017.
El tercer tema es el “variopinto gabinete”. Es el gran tema que se desencadenará a partir de los próximos días y que de alguna manera se hace cargo de esa frase que grafica lo que representa la nominación de las principales autoridades políticas y administrativas en las instituciones del Estado “el botín de los vencedores”. Una suerte de reparto del poder. Una vez hecha la nominación, todos se irán un par de semanas de vacaciones. Pero al margen de eso que es obvio, en esta oportunidad  hay algunos “villanos invitados”, compromisos programáticos - aparentemente obligatorios - ofertas al por mayor, plazos  perentorios y un largo listado de compromisos  Un escenario variopinto de figuras, ideas, tendencias, visiones y expectativas que tendrá también como invitado de piedra, a una empoderada ciudadanía. El poder de la calle, digo yo.       

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