sábado, mayo 10, 2014

Ya no habrá luna de miel

Publcado en el diario El Longino de Iquique el 30 de marzo de 2014
 
En Chile la historia y la tradición dicen que cuando asume un nuevo gobierno del tipo “democráticamente elegido”, las relaciones con la oposición de los primeros meses son una suerte de luna de miel. Un período de buenas y ricas relaciones, trato cariñoso, amurracos por aquí y por allá, complicidad, lenguaje cuidadoso y visible respeto mutuo. Un perfecto y tierno primer round del himeneo a pesar de que cada cual está muy consciente que duerme con el enemigo. Esas son las reglas.
Rectifico... eran las reglas. Eso ocurría antes, porque por lo visto  y escuchado durante la semana,  parece que este break de buenas prácticas, este sano fair play se salió del mercado.  Consecuentemente,  lo ocurrido puede marcar un antes y un después  de una práctica que tiraba para republicana.    
Se desconocen las razones de lo que ocurrió en el gobierno entrante a causa de lo que pudo haber dicho alguien del gobierno saliente. Pero lo concreto es que un vocero no autorizado, el senador PPD y presidente de la colectividad, se salió de madre y rompió el protocolo tácito del período de luna de miel y literalmente “quedó la zorra”, si se me permite este alcance zoológico.    
Lo curioso es que esta salida de madre ocurrió cuando los esponsales,  parientes e invitados aún estaban con los disfraces del cotillón y el sabor de la torta en la boca a solo días de la gran fiesta de acceso al poder. Se abrió el fuego, se sacaron las máscaras, las pelucas y comenzaron a tirarse los platos. Algo que antes sólo ocurría tras varios meses de pacífica convivencia.
Lo peor de todo esto fue lo inesperado,  pues no se advertían nubarrones en el cielo. No había ninguna razón para las amenazas. Llegó de sopetón. Fue como si un día cualquiera Ud. estuviera en el living de su casa y de repente entrara una aplanadora o una retroexcavadora. Maquinarias pesadas que no solo extraen material superficial sino que entierran sus garras metálicas para remover todo desde los cimientos.  
Prácticamente de la ceremonia nupcial se pasó  a la guerra y con maquinaria pesada incluida. Apremiado por las circunstancias  el bisoño ministro del Interior  tuvo que poner la cara y el pecho y colocó las cosas en perspectiva  llamando a sus huestes a aplicar la estrategia del arte de la guerra de  Sun Tzu: ganar sin pelear. 
La duda que queda es ¿qué habrá querido decir y mayormente lograr,  el senador PPD con sus amenazas del tipo chavista?    
En este caso, la declaración de guerra fue abierta, frontal y reaccionó el animal político en su versión  más belicosa. Esto es curioso pues se sabe y es lo esperable, que la oposición siempre quiera “hincharle las gónadas” al gobierno, no haciéndole para nada fáciles las cosas.  Es la habitual devolución de mano. A todos los gobiernos les pasa. Solo que siempre se había respetado la luna de miel.
Por eso un amigo político me asegura que a pesar de que se lucha tanto por llegar al gobierno, siempre es más fácil ser oposición. Es más entretenido me dice, se puede ser más irresponsable, no hay que poner la cara por nada ni nadie. Se duerme tranquilo y sin remordimientos. Y con un poco de suerte y un buen contacto,  incluso hasta se puede pitutear en el gobierno enemigo  y pasar piola.  
Concluyendo, creo que no habrá luna de miel. Los votos matrimoniales – no los electorales- se han enfriado a causa de la calentura del senador. A partir de ahora por un lado estarán los que quieren defender la obra del gobierno anterior y otros pasarle la maquinaria pesada para que no quede vestigio. Parece que tras esta bravuconada al más puto estilo venezolano, se acabó la guerra fría y la cosa se pondrá caliente, digo yo.

 

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