viernes, mayo 17, 2019

Habemus Papam


El Papa Francisco, de nombre secular Jorge Mario Bergoglio ciudadano argentino, de la Compañía de Jesús y oriundo de la ciudad de Buenos Aires, ha seguido la tradición de su antecesor , Juan Pablo II. Y ente otras cosas, es un peregrino, que visita regularmente a sus creyentes en cualquier lugar del mundo. Y esta vez, eligió a Chile y entre las ciudades,  Iquique.

Tamaño y digno honor para los iquiqueños y residentes tener tan magnífico  reconocimiento.  Y por cierto que esto debe tener algunas razones que no son conocidas públicamente. He tratado de averiguar con mis contactos relacionados con la Iglesia católica, que no son muchas y suelen decirme que de ese tema no hay datos. Por lo tanto es razonable tener la inquietud de descubrir la reason why. Puesto que, digámoslo  francamente, no hay motivos visibles que lo expliquen.

A veces he llegado a pensar que es porque Iquique debe ser una de las ciudades donde la multiculturalidad es mucho más visible a las de otras latitudes nacionales en proporción a su población. No manejo los datos del reciente Censo 2.0 para corroborarlo, pero a vuelo de pájaro yo diría que en esta ciudad deben convivir una decena de nacionalidades. Yo creo identificar, a causa de la Zofri y el historial de las Salitreras, a chinos, pakistaníes, hindúes, panameños, coreanos, peruanos, bolivianos, argentinos, italianos, yugoslavos, colombianos, croatas, judíos, haitianos, dominicanos, venezolanos y españoles.  Esta mezcla y heterogeneidad de nacionalidades, puede haber sido uno de los motivos que decidió a venir a Iquique al primer Papa americano. 

El Papa Juan Pablo II marcó el estilo viajero. Y en el año 1987 nos incluyó en su itinerario sudamericano en pleno gobierno militar. Muchos se recordarán cuando en un repleto Estadio Nacional dijo la célebre frase: “No tengáis miedo de mirarlo a él”. Se refería a Jesucristo por cierto, no a Pinochet. El siguiente Papa, Benedicto XVI salió malo para viajar y decidió pasar más en casa. Incluso se fue a los cuarteles de invierno antes de lo previsto
Pero eso es historia. Lo concreto es que ya se sabe lugar y fechas en que el Papa Francisco visitará Chile e Iquique. Yo creo que la diferencia está en que este Papa, por decirlo de alguna manera respetuosa, es atípico, diferente, rompedor de los esquemas tradicionales. Como buen argentino y bonaerense además, es canchero, apasionado del fútbol, bromista, de largas tertulias, fanático de las buenas pizzas, de buen humor y rápido para las tallas. Un día contó en la televisión cómo se suicidaba un argentino. “Se sube a su ego y se lanza al vacío”, dijo. 

Yo que no soy para nada experto en temas del Vaticano, ni de protocolos pontificios, confieso que no se me ocurren buenas razones para que tan ilustrísima figura mundial venga a vernos directamente a Iquique. ¿Será porque estaremos sobregirados en pecados? ¿Porque vivimos en un territorio de gente muy creyente y devota? ¿Nos vendrá a tomar la prueba de la blancura? ¿Le habrán ido con cuentos al Vaticano, de algo no muy santo que hicimos?

Yo tengo mis propias teorías a las que llego por exclusión,  es decir identificando las razones por la cuales no vendría: 
1.- No viene por las ofertas veraniegas que en esas fechas va a tener el Mall Zofri.  Ni menos por el sorteo de un auto cero kilómetro. Tampoco por la publicidad engañosa del “Visítenos, porque aquí está la Papa”. 2.-Ni menos viene a inaugurar, reinaugurar o re-re- inaugurar el Parque Playa Brava.
3.-  Tampoco viene por la fama internacional de los chumbeques, los  helados de mango o los limones de Pica

En conclusión yo creo que viene así como libre, con programa abierto y dispuesto a todo. Consecuentemente pienso que hay que ofrecerle un programa inolvidable. Hay que aprovechar su buena onda y armarle un inolvidable a la medida de su personalidad e intereses al margen de su investidura.  Algo inolvidable y eventualmente insólito, que agregue y complemente el programa oficial. Yo creo que al Papa Francisco le encantaría un programa hecho a su condición de ser humano común y corriente. Darle un espacio más libre para la expresión de sus gustos y personalidad. Pensando en esto, mi insólito Programa Papal sería más o menos el siguiente:

1.- Pichanga de fútbol en el Estadio Cavancha. Deportes Iquique versus combinado local. Puntapié inicial del Pontífice (hasta podría arbitrar unos segundos). Fotos en la cancha.
2.- Tour nocturno por la península de Cavancha y degustación en pizzería.  Visita a picadas de carne a las brasas.
3.- Muestra Musical: En Plaza Prat, escenario frente al Teatro Municipal: Bailes de la Tirana, grupo de Tunos y Estudiantinas y Exhibición de Baile socios del Club de Tango Alfredo de Angelis.
4. Sesión de fotos con la comunidad en diversas locaciones: Mercado, Plaza Prat, Rotonda del Pampino, Zofri, Tranvía de Paseo Baquedano. 
5. Viaje al interior. Visitas a Humberstone, Iglesia de La Tirana. En Pica,  baño Papal en la cocha Resbaladero.       
Estas son solo algunas ideas lanzadas al azar. Pero yo estoy convencido que para el Papa, éste sí que sería un programa con méritos para darse a conocer urbi et orbi. Proclamando a los cuatro vientos, para que todo el mundo se entere, como tratamos en Chile al amigo cuando es forastero.  Pongámonos las pilas, seamos creativos y hagamos un programa digno de un Papa muy especial. Digo yo.


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