viernes, enero 10, 2014

No importa el color del gato


No tengo la menor duda que la próxima contienda electoral  nos deparará muchas sorpresas. Desde la elección de los Cores,  hasta  del ciudadano que tendrá su domicilio laboral en la Moneda por los siguientes cuatro años.
Son varias las diferencias posibles que harán que esto ocurra: el voto voluntario, los pactos nuevos (si no son nuevos a lo menos con nombres y socios cambiados) la cantidad de cargos que se eligen, y la forma de confrontación que se ha instalado por primera vez en Chile al más puro estilo norteamericano en donde las descalificaciones personales, el hurgueteo en las vidas privadas, el juego sucio, las acusaciones cruzadas, etc. se pusieron de moda. Los expertos le echan la culpa al controvertido voto voluntario y a la presencia masiva de una juventud, que antes decía “no estar ni ahí” y que el 17 de noviembre probablemente podría  seguir en la misma.   
Y por cierto los nueve candidatos a la presidencia que le pone color y sabor a la cosa, un condumio para todos los paladares. Aunque son diferentes las cartas unas de otras, en contenido, énfasis e  intenciones, al final son programas parecidos. Y si no lo son,  lo probable es que lleguen a diferenciarse muy poco.     
Esto lo menciono porque creo que al final las cosas no cambiarán mucho. Las estructuras fundamentales sobre las cuales está construido el modelo chileno actual,  se debería modificar poco.  Por esta causa,  objetivamente, ya no complica tanto quién sea el presidente, porque al final y al más puro estilo gatopardiano, “todo debe cambiar para que siga igual”. Por eso es que ya no asusta tampoco ni que los comunistas y su mala fama, puedan llegar a compartir democráticamente el poder, algo poco usual en los países donde están instalados y en los que "democracia" es una palabra bastante ambigua.     
Mi impresión es que el próximo gobierno será muy parecido al actual y que los grandes cambios que se prometen, se van a morigerar terminando por desarrollarse  un programa similar al  de los últimos 25 años. Con ciertas sutilezas claro está.
Se va a pelear harto seguramente,  pero al final todo se hará “en la medida de lo posible”. La sensatez primará  por sobre los políticos termo céfalos  y los gobernantes entenderán  lo que el pueblo piensa y cree y  que se expresa en  la célebre frase  “no importa de qué color sea el gato, lo importante es que cace ratones”, cita atribuible al dirigente político comunista Deng Xiaoping , que con gran pragmatismo y visión de Estado , hizo el cambio necesario y oportuno para que la China Popular pasara de nación tercermundista  a ser hoy la segunda economía del mundo.  Aunque ya haya pasado agosto,  al momento de votar,  sugiero no olvidar esto del felino, digo yo.  

 

 

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