domingo, diciembre 19, 2010

Atrapados en la red

(Publicado en la Estrella de Iquique el 2010)

Los que no somos de la generación de las TIC, sino migrantes desde la ignorancia 0.0 hasta el mundo digital 2.0, estamos en problemas. Cada día que pasa aprendemos más, pero sabemos mucho menos. Frente a este panorama poco auspicioso, solo quisiera tener la capacidad de asimilar lo máximo hasta el resto de mis días, pero “en la medida de lo posible” como decía don Pato Aylwin. No desearía tampoco colapsar en un vano intento de estar siempre al día. Yo creo que el hombre llega a un punto en que las neuronas se frenan y de ahí para adelante cuesta mucho avanzar.
Estoy por cierto hablando principalmente de los modelitos humanos fabricados en el siglo pasado, de esos con patente (léase Rut) inferior a 15 millones. Sobre ese guarismo, ya es una generación que no migra, sino un nativo digital. Nacido en un mundo que funciona de una forma diferente al resto. Cuando a alguien le pido su dirección para escribirle y me da el nombre de una calle y un número, de inmediato se en que mundo vive.
Esto ha creado dos generaciones que se entienden poco. Se aprecia bastante en la relación de las mamás con sus chiquillos. Ellas no entienden los códigos de los muchachos. Si un joven le dice que necesita una tarjeta de video, la mamá le pasará la tarjeta del Blockbuster. Si menciona que le llegó correo, ella pensará que algo raro le está pasando al perro, porque ya no le ladra al cartero.
Esto es lo natural. Pero lo que es una torpeza heavy, es cuando los migrantes caen ingenuamente en las trampas de las cadenas, los correos masivos, los saludos tiernuchos, las ayudas a causas de enfermos terminales, las oraciones salvadoras y cientos de cuentos que, se ha comprobado, son inventados por sujetos con domicilio conocido: las cárceles. Los inventan para apropiarse de las direcciones electrónicas.
Hace años tuve la mala ocurrencia de sumarme a algunas de esas cadenas a solicitud de amigos. Eso explica que ahora esté en muchas bases de datos porque cada día me llegan decenas de ofertas. Un día, un supuesto laboratorio Suizo me ofreció una droga milagrosa que podría hacerme crecer hasta cuatro centímetros cierta parte de mi anatomía. Luego un tipo de un rancho de Texas me ofreció caballares de rodeo. La semana pasada un correo local me ofreció pie de limón, de mango, kuchen, cachitos, alfajores, repollitos, roscas, empanadas y mucho más. Lo malo en este caso, es que quedaban a la vista unos 300 correos electrónicos de conocidos residentes iquiqueños los que estaban allí sin querer queriendo, atrapados en la red y disponibles para quien quisiera usarlos. ¿Quién cresta les dio mi correo?
Los nativos digitales ya están instalados tal como googlear, chatear o twittear que se volvieron verbos y también han entrado al juego y son peores. A diferencia de sus padres, que solían querer guardar en secreto la información, los nativos sufren de una suerte de colitis digital, expulsan todo lo que ingieren tan pronto lo reciben. Y para peor, estos nativos son escribas del nuevo mundo, capaces de crear los instrumentos o formas de comunicarse. Uno de estos es la ortografía, un código impenetrable para los adultos. Otro, los SMS que pueden teclear con una sola mano y a alta velocidad. O la manera de utilizar 10 ventanas abiertas y mantener 10 diálogos simultáneos. Los inmigrantes somos secuenciales. Terminamos una conversación completa con una persona antes de pasar a otra. En este mundo, el viejo blog, medio común entre migrantes, es un instrumento para compartir conocimientos intelectuales. Los nativos digitales prefieren compartir emociones. Me será doloroso adaptarme. Digo yo.

¿Reajuste o desajuste?

(Publicado en la Estrella de Iquique el 19 de diciembre de 2010)

El asunto del reajuste de salarios en el sector público estuvo más peleado este año. Sin embargo esta “pelea” es bastante acotada. En primer lugar está en la agenda desde el año anterior. Todo está pauteado, incluso el ritual del “gallito”. El gobierno propone una cifra con datos duros (IPC, PIB, Productividad) y los trabajadores ponen la suya, una que pueda a lo menos recuperar la pérdida por inflación más un plus de mejora real. Con “tejo pasado” desde luego, para el muñequeo de los dirigentes y los políticos de coyuntura que siempre se suman. Mal que mal son como 400 mil empleados (léase votos).
Esa es una cara del asunto, ineludible pero previsible. Pero hay otra cara – esta es fea- que aparece si alguien hace la pregunta: ¿y merecerán un reajuste extraordinario? Este es un tema que nadie quiere enfrentar porque hiere sensibilidades y es políticamente incorrecto hasta pensarlo. Yo lo menciono aquí solo para que se tenga conciencia que también debe ser parte de la reflexión y el análisis.
Los empleados públicos no son precisamente el peor sector del país en términos de renta. Por el contrario, ganan un tercio más que el resto de los trabajadores. En los últimos 15 años los sueldos del sector privado aumentaron casi un 30% real. Los del sector fiscal un 21%. Pero el fisco ofrece sueldos menores que las empresas privadas, solamente en los segmentos profesionales. A los trabajadores sin calificación les paga por sobre el mercado.
Hoy tener educación secundaria es la nada misma. Sin un “cartón” que acredite que se sabe, solo se puede aspirar a un empleo precario, mal remunerado y “poco ético”. Salvo que, y aquí está la gran diferencia, tenga la suerte de trabajar para el Estado. En efecto, allí, muchas personas sin más calificación que la enseñanza media, pueden llegar a la cúspide de la jerarquía, dirigir grupos multi profesionales y contar con la autoridad para tomar decisiones de cómo, dónde y cuándo gastar los recursos de todos los chilenos. Según cifras de la Dirección de Presupuestos, en el Estado trabajan cerca de 1.500 directivos no profesionales, que tienen mando sobre más de 74 mil funcionarios con educación superior completa. Muchos con solo cuarto medio deben supervisar el trabajo de abogados, sociólogos e ingenieros.
Esta situación es una anomalía. No se condice con la preocupación por la formación del capital humano, ni la modernización del Estado. Se les echa la culpa a los políticos. A los que en los últimos años decidieron mejorar los sueldos de los grados más bajos de la administración pública, otorgando reajustes especiales, pero nunca fue pensado como mecanismo para traer a la mejor gente al Estado. Pienso que en la pelea actual, un punto porcentual más o uno menos, un bono más o uno menos, no resuelve el problema de fondo. Tal vez este reajuste incluso genere un desajuste. Digo yo.

El wikigate

(Publicado en la Estrella de Iquique el 13 de di.de 2010)

Ya no hay nada secreto. Hasta los espías están cesantes. Al menos los de la generación de la guerra fría del tipo James Bond. Con la actual tecnología el espionaje de esos tiempos es absurda. Los teléfonos móviles mandaron a los museos a los célebres teléfonos rojos que usaban los presidentes top, para asuntos urgentes y secretos. Hoy en cualquier momento Sarkozy llama a Obama y le pregunta ¿Cuándo vas a venir para la casa negrito?
Hoy todo está en la web. Desde cómo preparar un par de huevos fritos hasta la fabricación de una bomba molotov. Desde el Alfa a la Omega, sin saltarse ni una letra. Vivimos en la era de las comunicaciones en donde la información recorre en tiempo real la aldea global a toda velocidad. Lo que está pasando lo estás viendo, dice el eslogan de la CNN. Otro da noticias las 24 horas. Y por si no lo vio, repiten, repiten y repiten. Yo al final vi salir como a 3.333 mineros en Copiapó. A la Pampita y su baile acuático-erótico de la vedetón la he visto como 40 veces. No hay salud.
El wikigate que produjo Julian Assange al destapar algo la nueva Caja de Pandora puso al aire miles de cables de agencias diplomáticas y de la inteligencia norteamericana, dejando en evidencia que ya no hay seguridad ni para “pelar” tranquilo como lo hacía mi abuela con otras veteranas. Esos eran tiempos más seguros, no como ahora. Me cuenta un amigo que ya no puede ir tranquilo ni a un motel porque pueden estar grabando. Y como en esos lugares piden carnet, es probable que no solo registren el número, día, hora de entrada y salida, sino también, el número de la patente y foto del auto. El cree que hay una potencial bomba de racimo en el sur de la ciudad. Algún día un hacker desquiciado aprieta play y sube todo a las redes sociales.
Se sostiene que la información pertenece a todos y debe fluir nítida, transparente y sin tapujos. Los ciudadanos tienen derecho a saber lo que hacen y dicen las autoridades y los referentes públicos que toman decisiones que pueden afectarle. Esto justificaría la desclasificación de ciertos datos. Pero ¿y mis derechos humanos, como diría Segovia?
Y el riesgo mayor viene con la Internet que nos puso en vitrina. Pero esto se veía venir. La ropa sucia ventilándose en el ciber espacio. Las fotos indebidas, el bullying escolar, las fiestecitas institucionales o las capacitaciones fuera del radio urbano. Y ahora tras este wikigate del sueco y una vez que los secretos de estado ya sean el pan de cada día, caeremos irremediablemente en los cahuines domésticos. Enterarnos del mundillo farandúlico.
La desclasificación sin embargo tiene algo bueno. Saber de inmediato lo “secreto”. Solo la historia nos revela lo que habría dicho O´Higgins de Carrera, Hitler de Mussolini o Miguel Grau de Arturo Prat. Haberlo sabido en su propio tiempo, si que habría tenido gracia. Digo yo.

Analfabetos funcionales

(Publicado en la Estrella de Iquique el 3 de dic. de 2010)
Con suma urgencia ingresó al Congreso el proyecto de reforma educacional “revolucionario” del gobierno. Pero el tema que me interesa no es la ley propiamente tal sino una afirmación recurrente sobre los chilenos en materia educativa: somos analfabetos funcionales. ¿Y qué es esto? Se define como la imposibilidad de un individuo para utilizar su capacidad de lectura, escritura y cálculo de forma eficiente en las situaciones habituales de la vida.
Una persona analfabeta no sabe leer ni escribir. Un analfabeto funcional si sabe hacerlo, sin embargo no puede resolver tareas simples de la vida cotidiana como llenar un formulario, una solicitud de empleo, leer un artículo en un diario, consultar un diccionario, ni siquiera seguir las instrucciones básicas de cómo preparar una mamadera. Esto a su vez limita su interacción con las TICs, el uso de un PC con procesador de texto, navegar por la web o utilizar un teléfono móvil con pantalla touch.
Ser un chileno analfabeto funcional es muy grave y doloroso. Me resisto a aceptarlo y por eso hoy lo verificaré en complicidad con ustedes, mis lectores. Les solicito su colaboración. Lean concentrados y tranquilos el párrafo siguiente y luego, muy honestamente auto evalúense su nivel de comprensión. Use la nomenclatura L ó N/L (logrado o no logrado).
“La principal falla de la comprensión lectora, proviene de una indefinición del constructo percepción idiomática, contenido aleatorio del texto y asimilación. El humano rechaza las formas semánticas y confusas de la escritura, prefiriendo las expresiones con ideas que no limiten la imaginación y la mente pueda divagar libre y receptiva a los mensajes constructivistas. De esta forma, desde la infancia hasta la pubertad, el ser en formación va estructurando los gráficos que observa y los filtra con los paradigmas propios de la edad, lo que hace que tenga percepciones dicotómicas muchas veces ajenas a su propio entendimiento. Los especialistas – particularmente los daneses – lo llaman la rebeldía de la comprensión, una mezcla ingrata de mutismo e ignorancia semiótica o de la semiología como prefieren llamarla los anglosajones. Se trata entonces de responder al interrogante clásico y a la rigidez ortodoxa de las formas rituales de la escritura y descartar la abstracción del mundo que rodea al niño o al joven. Esto es una buena combinación entre el sujeto que entiende la grafía pero opta por la semántica. Siendo receptivo a la comprensión de lo que lee, se confunde en la triple variable espacio tiempo y contenido. Regresa desde el deadline hasta la patria paternal. Si proviene de una vertiente espiritual (formado en colegio religioso) o de corriente libertaria y especulativa (si estudió en colegio laico) el contexto lo obligará a optar por un clivaje de los formatos cognitivos o preferenciar el lenguaje hablado y no la escritura”.
Hasta aquí la prueba. Evalúese por favor y comuníquemelo por el blog. Si hubiera demasiados N/L, yo intercedería ante el director para que repitiera este mismo artículo los cuatro domingos que restan del año. Es solo para ayudar. Digo yo.

Giro a la deré...

(Publicado en la Estrella de Iquique)

La “nueva derecha” fue el término que usó el ministro Hinzpeter, creando de inmediatocomentarios e interpretaciones sobre lo que debiera entenderse como la cara remozada que quiere lucir la acción gubernamental. Una forma de hacer las cosas que establezca una notoria diferencia con la derecha tradicional.
Pero, del dicho al hecho hay mucho trecho, dice el refrán. No es fácil creo yo, parir esta nueva creatura sin los dolores del parto. El modelo vigente, con dos visiones fundamentales donde la moral y la religión son los puntos críticos, es el teatro de operaciones donde competirían las fuerzas de la derecha tradicional y esta nueva versión. Se estima, por cierto, que una separación clara, expresa y profunda entre la política y la moral - que pareciera ser la tendencia de las derechas del siglo XXI - no acomodaría a una parte importante de la dirigencia política del gobierno.Al decir del controvertido columnista Carlos Peña, “en la derecha se anida esa contradicción fundamental, de un lado Sorman y del otro José María”.
GuySorman, el llamado gurú de la derecha moderna, invitado del gobierno, dijo, en todos los actos públicos donde expuso que “el único valor que debe ser implementado por los partidos de derecha es la responsabilidad individual”. Y también agregó que la derecha debe abandonar lo que hasta el momento la ha caracterizado: la autoridad y los valores católicos. Finalmente sentenció diciendo que “la derecha, necesita una revisión de las ideas que históricamente la han acompañado”.
Pero ¿porqué el gobierno tendría que hacerle caso a este controvertido pensador, calificado de antimarxista, antiecologista, proabortismo y ateo? Tal vez porque lo que propicia ha funcionado exitosamente. Lo hizo la derecha en Suecia y lo está haciendo el Primer Ministro inglés David Cameronquien además se apoya en la tesis de Richard Florida, que afirma que “la innovación y la creatividad se desarrollan en sociedades tolerantes, con amplias libertades y socialmente liberales”.
Respecto de este nuevo paradigma, es interesante reflexionar sobre cómo se podría articular una nueva derecha en Chile con dos almas aparentemente tan diferentes. Pero, si lo pudo hacer la Concertación, que logró sobrevivir bastante bien durante muchos años con una multi alma ¿por qué no lo podría hacer la Alianza con tan solo dos?
Más derecha o menos derecha, esa es la cuestión que el Presidente debe resolver. Izar las banderas de la izquierda, no renta - en el largo plazolos electores siempre preferirán el original y no la copia. El pie forzado entonces es aceptar los tips de Sorman: 1) Realismo, nada de utopías2) Soluciones sociales creativas. 3) Responsabilidad personal, que es el punto más discutible pues genera el duelo entre una tradición conservadora de raíz cristiana y una auténtica vocación libertaria. ¡Que tontera no! Nunca hay cómo darle el gusto a la gente.Digo yo.

Temporada de viajes



Publicado en la Estrella de Iquique diciembre 2010)

Con la llegada de los buenos tiempos (atmosféricos) se activan las ganas de viajar, tanto para venir a la ciudad de Iquique como para salir de ella. Eso, obviamente por nuestra conocida cultura y vocación para el turismo. Y tan pronto se compone el tiempo, quien primero prepara las maletas es el sector público. Es el que oficialmente abre la temporada de viajes. No es extraño entonces enterarse por los medios que inician periplos urbi et orbi, consejeros, seremis, autoridades y más de algún suertudo invitado calificado.
Este tema lo trato solo porque a la mayoría de las personas les da mucha rabia que todos estos personeros viajen financiados con las platas del Estado. La de todos los chilenos. Dicho así suena fuerte, pero es una forma de decirlo pues los gastos de pasajes, estadía, viáticos y a veces hasta los “engañitos” que se llevan de regalo, se pagan con fondos públicos, extraídos de los impuestos y otros ingresos que genera el esfuerzo de muchos chilenos que se quedan en casa trabajando.
A mí en cambio,no me da rabia ni me molesta que viajen. Lo que me da es envidia. Y no es la llamada envidia sana. La mía no goza de buena salud.Porque, seamos honestos ¿a quién no le gustaría viajar por Europa, Asia o USA, con todo pagado y hasta con plata para el bolsillo? No será alto el viático, ni un hotel cinco estrellas donde hospeden, ni un vuelo en primera clase…¡pero es gratis!
Sin embargo, entiendo que por la Patria hay que sacrificarse y alguien tiene que hacer el trabajo duro. Separarse por semanas de la señora, marido o hijos, dormir sentado por muchas horas, soportar comidas extrañas, beber licores raros, recorrer lugares exóticos, escuchar idiomas a veces ininteligibles, tener reuniones con gente desconocida, salir de noche, en fin, muchos riesgos y dificultades para un viático tan chico.
Pero por estos sacrificios,acepto los viajes de mis hermanos chilenos. No gustoso, pero resignado. Incluso “pienso positivo” cada año con la Operación Renta o cuando el Fisco con precisión quirúrgica cada mes le corta la cola a mi sueldo. Pero lo entiendo, hay que hacer caja para estas misiones. Cuando la Patria les pide a un puñado de sus hijos que vayan por el mundo a aprender las cosas buenas para luego aplicarlas en Chile, nadie podría negarse a tan excelso honor. Porque no es en beneficio propio, es por la Patria, por todos sus hijos. ¡Que hermoso gesto, que patriotismo, que arrojo, que temple! Me encantaría tener una foto del último grupo viajero para mantenerlo como recuerdo inspirativo.
Sin embargo tengo un reparo. Del cometido poco o nada se llega a saber. Por eso sugiero pedir lo que los gringos llaman “accountability”, una relación completa, clara, transparente de la misión. Un informe público con un formato estándar que rinda cuenta de las platas y que evalúe técnicamente el resultado y la utilidad del viaje. Porque estamos claros que trabajo es trabajo y paseo es paso. Digo yo.

La argentinian way

Publicado en La Estrella de Iquique)
Cada país tiene una forma propia de enfrentar y resolver sus asuntos y circunstancias. Esto da carácter y refleja la personalidad y el estilo de una nación. Y cuando esa forma de ser y hacer es exitosa, el resto del mundo puede copiarla.
Hace años,la forma de hacer bien las cosas era a la japonesa. Nadie olvidará, creo el prestigio del “made in Japan”. Ellos nos traspasaron ideas y prácticas que el mundo occidental aplicó: el mejoramiento continuo (kaysen) la calidad total, el error cero, la pirámide invertida, la puntualidad y el respeto a los compromisos (sagrados,como el honor samurái).
Tras el exitoso rescate de los mineros, Chile se ganó el reconocimiento mundial y por eso se habla de la Chilean way. Hacer las cosas a la chilena pasó a ser sinónimo de excelencia. Nosotros sabemos que eso está un poquitín exagerado, pero si el cuento es bueno ¿para qué echarlo perder con la verdad? Además hacer bien o mal algo es muy subjetivo. A lo mejor solo se trata de diferentes interpretaciones.Por ejemplo, con la muerte de Néstor Kirchner nos hemos enterado de algunas formas de actuar de los vecinos que nos sorprenden. Una vez la Bolocco y Menem intentaron crear una Archi way, una mezcla argentina-chilena, pero todo terminó en divorcio.También con la mamá de Kirchner que era chilena se pensó que podría intentarse un estilo común. Pero fue para peor. Sus adversarios políticos le sacaban la madre (el origen) a cada rato. Esto hizo que nunca mirara con buenos ojos a los chilenos.
Es que somos muy diferentes. Y de muestra un botón: Bielsa. Un tipo, raro, desatinado, etc., en Argentina pasa piola, porque hay cientos iguales. En Chile resulta un caso raro. Un chileno haciendo lo mismo en Argentina, imposible. Pero de Bielsa hablaré otro día. Por ahora solo le diré hasta la vista baby.No me gusta como persona.
Concluyo que jamás podrían resolverse los problemas de Argentina a la manera chilena ni viceversa. Nosotros no entendemos sus códigos, los liderazgos populistas,ni las tantas caras del justicialismo.Para ellos era súper natural el rol del finado Kirchner.La jefa del gobierno es mi mujer, decía, “pero yo tomo todas las decisiones”. Dueño y señor de una poderosa billetera pública, zar de todos los programas sociales y una hábil muñeca para manejar los poderosos sindicatos. Y los argentinos felices, más preocupados del Dios Maradona.
Lo que viene es un misterio. Muerto el rey, la viuda va a tener que diseñar el plan B para sacar a los argentinos del pozo. No llores por mí Argentina, no podemos ir a rescatarlos. Ese quilombo no es nuestro, arréglense a su manera.Digo yo.

El Patriota

(Publicado por la Estrella de Iquique el domingo 12 de septiembre de 2010)

Como es habitual, septiembre me trae una cuota adicional de patriotismo. Suelo poner la bandera, ver películas nacionales, leer los suplementos que sobre episodios de la Historia de Chile publican los medios, e incluso, a veces hasta he ido a las ramadas a darme una vuelta. Pero aclaro que jamás he bailado. Mi nivel de patriotismo no ha sido tan alto como para esa osadía. Una eventual incursión en la danza nacional habría sido más que una grave ofensa a la Patria, un crimen de lesa humanidad.
Pero con motivo del Bicentenario, me propuse realizar más acciones patrióticas que en años anteriores y además que fueran las más representativas del amor que le tengo a mi país. ¿Cuál es, me pregunté, lo máximo que un chileno bien nacido haría por su Patria? Morir por ella concluí.
¡Chuata! Por cierto que en mi caso no estaba en disposición de morir por Chile en esta oportunidad y menos en tiempos de paz. Reconozco los muy simbólicos 200 años del dueño de casa, pero me pareció un exceso esto de morirme definitivamente. Entiendo que nada puede ser más patriótico que entregar la vida por la Patria. Bueno…también lo haría por la madre…y por los hijos.
A raíz de lo anterior hice consultas sobre lo que la gente entiende por patriotismo y ser o comportarse como un buen patriota. Las indagaciones me permitieron conocer el amplio alcance del concepto. Logré identificar varias acciones patrióticas que preferenciamos los chilenos y que las agrupé:
1.- El patriota clásico e ilustrado. Es el que respeta ante todo, el territorio, los símbolos patrios, las fuerzas armadas, los héroes históricos y la soberanía nacional. Agrega a lo anterior su admiración y respeto por los valores republicanos, el ordenamiento jurídico, la Constitución Política, las instituciones democráticas y el Estado de Derecho.
2.- Patriota Moderno. Es el chileno que ve con orgullo la Patria integrada a la globalización, liderando entre los países emergentes, miembro de la OCDE, respetado por su ubicación en los ranking de desarrollo socio económico del mundo, con la economía más abierta del planeta. Ama al Chile emergente. La presencia de la Bachelet y Piñera en la ONU le estremece. Por ese Chile se la juega. El del Futuro.
3.- Patriota folclórico, gastronómico, lúdico. Es el del chileno que en estas fechas expresa su patriotismo bailando cuecas, recorriendo las ramadas, tomando chicha, comiendo empanadas, mote con huesillos, jugando al trompo, elevando volantines (de papel, de plástico sería antipatriótico), etc., etc.
4. Patriota deportivo. Esto no tengo ni que explicarlo. El mundial de Sudáfrica aún está fresquito y todavía se escuchan las vuvuzelas. Donde juegue la roja ahí está el corazón del buen chileno. Esa Patria, es intocable. Sagrada.
¿Pero, qué es la Patria? ¿Un ordenamiento jurídico, una geografía, un sentimiento, un tricolor, un himno? Todas las anteriores, o un constructo personal. Cada cual con la Patria a su medida.
Un amigo que fue los 4 días a las fondas, bailó muchas cuecas, comió decenas de empanadas, metros de anticuchos y se tomó… hasta la presión. Raja de curado hasta el martes. En mi caso, tomé bebidas, no bailé cueca, comí ensaladas pollo y pecado. ¿Acaso es más patriota el curagüilla de mi compadre? Digo yo.
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