domingo, enero 30, 2011

La nueva revolución

(Publicado en la Revista Puerto Mayor de Iquique, edición enero 2011)

La expresión “revolución descentralizadora” se ha escuchado en los discursos del gobierno y por cierto en los programas que fueron difundidos durante la campaña presidencial. En estos últimos días lo reiteró el subsecretario de Desarrollo Regional, quien ratificó se está haciendo un estudio para que Tarapacá pueda llegar a ser la primera experiencia de descentralización de Chile. Hay que demostrar que es posible ser responsables de la historia que queremos vivir. Se supone que una región puede tener más éxito cuando su génesis surge de su propio seno. Los técnicos lo llaman desarrollo endógeno.
Esta revolución en Tarapacá, en verdad no será la primera en la historia regional. Hubo otra, pero de distinta naturaleza y circunstancias en el año 1939. El coronel de Ejército y Comodoro del Aire, Marmaduke Grove, lideró una rebelión que depuso al gobierno del Presidente Montero e instaló una república socialista. En Tarapacá fue designado Intendente el empresario y político iquiqueño Jorge Wachholtz Araya. Una comisión del nuevo gobierno llegó a Iquique (Base Aérea de Los Cóndores de Alto Hospicio). Fueron recibidos por el Intendente por el alcalde Belisario del Canto y por el doctor Ernesto Torres Galdámez. Ese día se lleva a cabo un imponente acto de masas en la plaza Prat, donde según el diario “El Tarapacá”, “se reunieron no menos de diez mil almas”.
Haciendo el cuento corto, esta revolución duró menos de dos semanas. La revolución descentralizadora que planea el gobierno para Tarapacá se proyecta para el mediano y largo plazo. La idea del gobierno es hacer de ésta la primera región descentralizada del país al final del período constitucional del Presidente Piñera y la primera desarrollada del país el año 2008, fecha efectiva de celebración del bicentenario de nuestra Independencia.
Para ello, sin duda que será necesario hacer una verdadera revolución. Muchas veces escuchamos o decimos que “Santiago nos tranca la pelota”. Ahora tendríamos la oportunidad de ser responsables de nuestro destino. ¿Cuánto seremos capaces de hacer pensando el desarrollo desde la propia región? Porque teóricamente nadie podría saber más que nosotros de nuestras propias necesidades y también de nuestras fortalezas y debilidades.
Hermoso desafío, donde nadie sobra. Se necesita la participación de todos los actores, sociales económicos y políticos. Un gran acuerdo regional para un gran plan. Sin empresarios, universidades y sociedad civil no existe posibilidad de una gobernabilidad que conduzca a la sociedad regional hacia un proyecto común.
Esta revolución descentralizadora tendrá un fuerte componente que es la transferencia de competencias. Un proceso que tenderá a que los gobiernos regionales y municipales “hagan las tareas” con un alto estándar de calidad y con una fuerte participación ciudadana. Sin duda ésta será la revolución que “revolucionará” la forma en que hemos estado haciendo centralizadamente las cosas. Basta de que se nos regale el pescado, es tiempo de empezar a pescar nosotros solos. Pero que quede claro, ya no tendremos excusas porque no podremos echarle la culpa a los “caciques del Mapocho”.

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