domingo, enero 30, 2011

Un año más, que más da...


(Publicado en la Revista Puerto Mayor de Iquique, diciembre de 2010)
Esta Navidad y el año 2010 con vencimiento el 31 de diciembre, igual que todos los años será buena para algunos y mala para otros. Generalmente la causa para no poder cumplir nuestros sueños son los malditos (o benditos si se tienen) billetes. Un ejemplo reciente, son los empleados de la minera Collahuasi y sus familias. Tendrán una estupenda Navidad y los dos próximos años - lo que dura la negociación colectiva- súper buenos con 14 palos extras en los bolsillos. Por su parte, los trabajadores del sector público tendrán que contentarse con míseras 200 lucas. Es ley del embudo en plenitud, siempre hay alguien que está en la parte ancha.
Pero el fin de año debe ser para practicar la amistad, la alegría, expresar amor y ser felices. Aún cuando no todos pueden. A mí me surgen sentimientos encontrados. Una mezcla de alegría y tristeza. Si recuerdo a los que ya se han ido me da tristeza. Y felicidad cuando veo a los demás sanos y alegres. El estrés se me activa cuando veo lo difícil que es poner de acuerdo a tantas personas y cada cual con sus propias expectativas en los regalos, las cenas y la forma de celebrar estas fiestas.
Algo particularmente estresante de los regalos, es achuntarle a lo que la otra persona quería o podría gustarle. Hace años decidí regalar lo menos posible. Las estadísticas dicen que solo se acierta en un 45%. Y el estrés que esto provoca sigue con el año nuevo, cuando deben agregarse las famosas y cada vez más variadas “pruebas” para tener un año venturoso. Yo he inventado algunas que ciertos amigos ingenuos practican. Una es hacer pichí en la piscina. Son doce chorritos regulares y continuos al ritmo de las campanadas de una iglesia. Usted dirá que orinar en la piscina no tiene nada de novedoso, es cierto, la mayoría los hace. Pero la gracia es hacerlo desde el tablón de saltos, con la casa llena de invitados. Para las damas es especialmente difícil. Pero aseguran que esa misma noche encuentran marido. Así de certera es la prueba. Cada día gana más adeptas.
Y uno no es el único estresado, también lo están los locutores de las radios y los animadores de programas de TV. Desesperados contando minuto a minuto la llegada del año siguiente. Cuando la aguja pequeña esté en las doce y la grande también…serán las doce. ¡Oh qué novedad! Pero si esto pasa todas las noches. Desde el Big Bang.
Champaña, champaña, que alguien traiga el burbujeante brebaje ad hoc. A todos parece lógico empezar el año así. Como es noche buena o víspera de año Nuevo la obligación es divertirse. A mí lo que más me gusta hacer para el 31 de diciembre, es estar en familia, comer livianito, conversar, reírme mucho, recibir un libro de regalo, escuchar “Un año más” y dormirme hasta el año siguiente.
Finalmente un par de mensajes: A todos mis lectores les deseo que este nuevo año encuentren felicidad, salud, amor, dinero, paz y todo lo que necesiten. Y lo que no encuentren, búsquenlo en Google. También debo comunicarles que el 1 de enero termina el simulacro de Paz y Amor. Así es que guarden los langostinos, insulten a sus cuñados y disuélvanse.

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