La procrastina Michelle
Ya poh Michelle! Córtela. Decídase luego. Tiene
trancada la pelota. Lo único liberado fueron sus fotos para la campaña
municipal en ayuda a los que querían salir elegidos no por méritos propios sino
de rebote, a la sombra de su imagen.
A nosotros, los ciudadanos de a pié que somos la
gran mayoría, nos interesaría saber si seguirá ganando sueldo en dólares o en
pesos. Nos da lo mismo, pero como circulan tantas versiones todo
esto está resultando demasiado kafkiano. Consecuente con este
ambiente ambiguo y contradictorio, yo creo que es tiempo de que vuelva, se
ponga un casco militar, se suba a un tanque y haga una arenga con retórica
presidencialista. Como lo hizo la vez primera. Michelle, tome una decisión. ¿Va
o no va a la pelea? Puede contestarnos por escrito o llamar, dicen que es buena
mandando cartas y con el celu.
Le cuento que esta incertidumbre tiene
desorientados principalmente a los políticos de su fronda y ninguno de
los “presidenciables” aparecidos y reaparecidos sabe a qué atenerse mientras
usted mantenga esa procrastina conducta. Pienso honestamente que una persona
con su trayectoria no debiera andar mostrándose tan irresoluta. Impropio de
líderes y ex jefes de estado de su alcurnia.
Como usted sin duda lo sabrá mi estimada ex
presidenta (porque los de la ONU se las saben todas) la procrastinación es un
mal hábito. Postergar y postergar una decisión o acciones frente al futuro, es
un trastorno del comportamiento que se interpreta también como debilidad de
carácter y cierto temor a realizar todo acto que puede ser percibido como
abrumador , desafiante, inquietante, peligroso, difícil, o aburrido, por lo
cual se chutea la decisión in eternum si es posible. A
un futuro sine die como dirían los
abogados. La procrastinación puede llegar a ser grave dependiendo de cada
persona. Especialmente para aquellos que por su trabajo, deben tomar decisiones
importantes, frecuentes, estratégicas, oportunas y rápidas. Es decir del
tipo habituales para los residentes temporales de la Moneda. Por lo tanto
es una mala señal. Es por eso que le dieron tan duro por su actitud en aquella
fatídica madrugada del 27/F en la oficina de la Onemi, donde Ud. se veía tan
indecisa. Daba la impresión que no podía comer chicle y decidir a la vez. Y eso
no es bueno. Ni comer chicle ni ser indeciso.
Los procrastinos tienen características que
los hacen verse como incompetentes. El miedo al fracaso en situaciones donde no
hay garantías de éxito les aterra. La dificultad para tomar decisiones y la
búsqueda de garantías de éxito antes de iniciar una tarea les provoca
finalmente sentimientos catastrofistas, y como resultado se sienten indefensos.
Por eso se dejan querer hasta la exageración. Les encanta ser queridos y sufren
si se les rechaza. La creencia que subyace es: «todos deberían seguir amándome
y no olvidarse de mí”, pero por favor “no me apuren”.
Lo grave también - además del tránsito lento
para decidir - son las conductas adictivas que le podrían afectar
e inducirla a comportamientos de evasión incurriendo en sublimaciones como:
exceso de computación, sexo, chicle, chocolates o ver teleseries malas y
realities peores. Todo lo anterior sin considerar el conocido “síndrome del
estudiante” (dejar todo para el último día) como la entrega de trabajos, pagar
los impuestos, sacar el permiso de
circulación, cambiar el domicilio electoral, etc.
Ahora bien, me pregunto ¿de qué tipo de
procrastinación padecerá Michelle? Será el por evasión, esto es, evitar todo
por miedo al fracaso. Será por activación, es decir postergar hasta que ya no
haya más remedio que decidir. O por agotamiento del tiempo. Intentando tomar la
mejor - mejor - mejor-mejor - mejor decisión, finalmente se le pasa el plazo.
Estimada ex mandataria, no deje para mañana lo
que pudo hacer ayer. Digo yo.