En esta Zona encontrarán mis apreciaciones sobre la vida diaria, la cotidianidad, con visión crítica, pero contructiva (así espero), con un humor a veces muy serio, centrado en el mundo pequeño de la ciudad donde vivo, pero con mirada global y sintiéndome parte del universo humano apreciando lo que ocurre. Me doy licencia para opinar de todo y especialmente de lo que no se. Si hay opiniones, las leeré con detención e interés, pero no puedo asegurar que las voy a considerar.
lunes, marzo 30, 2015
Fórmula ganadora
( Publicado por diario el Longino de Iquique)
Con la llegada de un nuevo año, todo el mundo quiere que sea muy bueno o a lo menos mucho mejor que el anterior. Pero no basta solo con desearlo puesto que siempre será necesario hacer algo extra para que las cosas ocurran. Y esto suele ser una lista de compromisos, tareas y cambios indispensables para que se concreten. Son acciones muy específicas para lograr la ansiada felicidad y el éxito, logros que sin ser hermanos gemelos, a lo menos son parientes cercanos.
Para las generaciones antiguas, la fórmula clásica era anhelar salud, dinero y amor. Con esa pedida se abarcaba todo. Para las generaciones nuevas, esto debe parecer poco y seguramente muy simplón. Pero en verdad, en esa triada pareciera que están las grandes cosas con las que el humano puede ser feliz en la vida. Y ser feliz es la razón por la cual se vive, así lo por lo menos lo empezó a difundir el mismísimo Aristóteles cientos de años antes de la era cristiana.
Por cierto la salud es lo esencial. Sin ella es muy difícil vivir en un mundo complejo, exigente, competitivo, acelerado y tecnologizado. El dinero, aunque suple muchas carencias y permite alcanzar satisfacción en diversos aspectos, no es suficiente cuando no es posible disfrutarlo. A causa de una limitación de salud hay muchos millonarios ricos pero infelices. Lo tercero es el amor, elemento igualmente sensible. ¿Qué sentido tendría la vida sin amor? Ni la buena salud, ni todo el oro del mundo es suficiente, el ser humano necesita dar y recibir amor. El pobre quiere ser rico, el enfermo estar sano y quien no es querido busca el amor para ser feliz. Pero esto no es fácil. La felicidad hay que construirla. Para ser feliz se requiere esfuerzo.
Por eso, en la vida uno hace varias cosas con el propósito de ser feliz. Y en estas fechas es precisamente cuando más nos acordamos de aquello. Y con el comienzo del año empezamos a hacer promesas que nos aseguren que las cosas cambiarán favorablemente y tendremos un año exitoso y feliz. Pero, en la mayoría de los casos los resultados no son lo esperado y así volveremos al año siguiente a hacer nuevas peticiones y promesas. Esta suerte de fracaso - resultado adverso prefiero llamarlo - se debe a mi juicio a dos causas: porque no cumplimos las promesas de cambios personales o porque siempre usamos la misma fórmula.
Durante el 2014 leí bastante sobre el éxito y la felicidad y concluyo que las cosas no nos resultan por varias razones, una de ellas es por no hacer las tareas (cumplir compromisos y acciones) Consecuentemente, en esta oportunidad propongo a mis lectores cambiar la fórmula tradicional y se atreva innovar. Mis sugerencias para el éxito y la felicidad, tomadas del mundo de los negocios, a modo de decálogo, son las siguientes: 1. Sea organizado. Quien es organizado en su trabajo, lo es en su vida. Las personas organizadas logran lo que se proponen. 2. Sea persistente. El fracaso no existe solo hay resultados. Donde todos ven un muro Ud. vea un peldaño. 3. No posponga las cosas. 4. Tenga siempre buen sentido del humor. 5. Sea capaz de cambiar el estado de ánimo de cualquier entorno. 6. Nunca mate una idea. 7. Sea creador de buena suerte. 8. Tenga pensamientos positivos. 9. Lea mucho, no pierda el tiempo y levántese temprano. 10. Haga de la felicidad una búsqueda tenaz.
Ahora, su única promesa debiera ser cumplir este decálogo de la felicidad y el éxito y el 2016 y siguientes verá los peces de colores. Digo yo.
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