miércoles, noviembre 05, 2014

Con patines o sin patines

Hace pocas semanas, escribí sobre las “frases célebres” que han estado ilustrando el mundo mediático nacional, las que,  pronunciadas también por personas muy célebres, generan a lo menos un rictus de asombro y que trascienden más allá de lo deseable. Las razones son dos,  la primera,  por quiénes son los emisores y segundo porque dichas expresiones pueden ser calificadas como extrañas, confusas, discrepantes, fuera de tono, estúpidas, brillantes, ingeniosas, molestas, inadecuadas, sorprendentes, agresivas, risibles, insolentes, inoportunas, etc. Y para colmo,  frases de este tipo, generan reacciones, polémica y desacuerdos, obligando  a explicar muchas veces lo inexplicable.

Posiblemente el emisor de estas frases “para el bronce”, como la última del ministro de Educación, cuando habló de sacarle los patines a los estudiantes que van rápido,  lo que haya querido hacer fuera demostrar el dominio en algún tipo de inteligencia abstracta. Esto es,  mediante la alegoría implícita en la frase, expresar una idea de una manera especial y a la vez con un alcance profundo, yendo a la médula misma de un asunto. En su interior,  el emisor desea que además de fundamentar muy bien lo que quiso decir, genere un reconocimiento de lo astuto, inteligente y  gracioso que es.  Hay una expresión que de alguna manera refleja esa intención, “sino no puedes ser profundo,  a lo menos se confuso”. Es muy probable que la gente crea que esto es una extraña forma de inteligencia.

El paso dos de este proceso comunicacional es que a partir del momento en que la frase se pone en los medios,  comienza el fuego cruzado. Por un lado están los que tratan de dar explicaciones y por otro,  los que meten el dedo en la llaga y mantienen el tema siempre vigente para sacarle ventajas. En este escenario, los que más pierden son los  ciudadanos, especialmente los de a pié, incluida la señora Juanita, que entienden muy poco el “sentido de humor” de los emisores de tan sui generis frases. Especialmente si son proferidas por ministros de estado, jefes de partidos políticos, ex Presidentes de la República, autoridades religiosas o dirigentes gremiales. La gente común y corriente - que es la gran mayoría- no entiende por qué sus líderes “hablan tan enredado y en clave”. Por qué simplemente no dicen las cosas como son. ¿Cuál es el motivo para generar oscuridad donde debiera haber mucha luz?

Yo tengo mi personal explicación,  por ejemplo,  en cuanto a los programas de gobierno en las reformas fundamentales. El detalle nadie lo conoce. En esto, recién hay que entrar a picar. Hay que comenzar a leer la desprestigiada y a veces odiada letra chica. Lo que verdaderamente se quiere hacer pero que nunca se dijo claramente que se haría. ¿Estrategia para no perder electores? Posiblemente.  Y es en esta fase cuando aparecen los detallitos  que hacen que las cosas se parezcan,  pero que no sean iguales. Y de este tipo de “trucos”, siempre están llenos los programas electorales.
Los ciudadanos al elegir a las máximas autoridades políticas, les entregamos un mandato para que hagan lo mejor para todos. Pero no es un cheque en blanco para que lo giren en lo que quieran. Por eso cuando el Ministro de Educación habla de quitarle los patines al estudiante que corre más y mejor para que lo alcance el que anda a “pata pelá”, no es una frase desafortunada, sino una muy mala interpretación del mandato ciudadano. Digo yo, que nunca aprendí a usar  patines porque nunca los tuve

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