A esos pajarracos propongo declararlos personas non gratas y negarles el acceso a la ciudad. Y en el caso de que esto no sea posible - a
causa del estado de derecho o los derechos humanos - no darles tribuna en ningún medio de
comunicación local. Y si las declaraciones las hicieran desde una fuente cita
en otras latitudes, desenchufarlos, apagarlos o simplemente prestarles oídos
sordos. O sea, cortarles todas las fuentes comunicaciones derechamente;
por ejemplo, no invitarlos a las radios,
no hacerles entrevistas, apagarles las cámaras de la televisión, en fin,
dejarlos off side de los mass media.
Si alguien cree que esto podría ser un boicot
comunicacional y atentatorio a los
derechos humanos, tiene toda la razón. Sería un acto deliberado. La razón es
porque creo que si a estos pájaros de mal agüero no se les presta ropa, caen en un anonimato y rápidamente morirían en
el olvido. De esto estoy convencido pues
la culpa no la tiene el chancho, sino del
que le da el afrecho. Y los medios son en este caso, los que alimentan al
chancho o a los chanchos, porque andan varios. Por eso, a lo menos en este
diario, seremos consecuentes y a estos pajarracos desde ahora les tiramos la
cadena porque nadie puede saber con anticipación y asegurar cuándo ocurrirá un
terremoto de gran magnitud. Tampoco tienen derecho a asustar a la población con
información pseudo científica y menos asegurar que lo que ocurrió hace millones
de años tenga necesariamente que repetirse ahora. A lo mejor faltan solo unos 2
millones de años no más. ¿Qué sentido tiene asustarnos con tanta anticipación?
Decía, al inicio de esta crónica, que a mí me gusta la gente positiva.
Por eso es que abomino de los negativos y pesimistas, porque aportan cero. Para
deshacerme de ellos, aplico precisamente la tabla del Cero. Sus opiniones, lo
que digan o lo que piensan lo multiplico por el aporte que me hacen, o sea “cero”. Me explico: Idea, pensamiento o
actitud negativa multiplicada por Cero es igual a Cero. Y de la gente fome tampoco me es difícil deshacerme. Basta
con no reírme ni siquiera sonreírme con lo que dicen. Se aburren y se van a
hinchar a otro lado.
A la gente lesa me más
complicado eliminarla ya que casi todo
lo que se les dice no lo entienden. Con
ellos a veces funciona el viejo truco aquel de “dile al
tonto que es bueno pa´l hacha y te tendrá
leña pa´ todo el invierno”. Acá se le podría decir: Puchas que eres bueno y rápido
para caminar. ¿Cuánto te demorarías en ir y volver unas dos veces al Marinero
Desconocido?
Volviendo de nuevo al inicio de esta crónica, que cada vez
estoy más proclive a la selección. A mí desde
siempre me ha gustado elegir mi ropa, la comida, los vinos, las corbatas, las
mujeres y los amigos. Por eso discrepo
con el ministro Eyzaguirre que quiere eliminar la selección. Me parece un error, sin selección no podríamos siquiera haber ido al mundial de
Brasil. Digo yo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario