miércoles, noviembre 05, 2014

Junio...julio...septiembre


Con el nombre Agosto, se rindió homenaje al emperador romano Augusto. Un mes de 30 días al que el emperador Pompilio le quitó un día  y posteriormente Julio César le añadió dos. Así aparecieron por decisión imperial, las  48 horas adicionales de  Agosto, período que llegó a ser de alto riesgo para los “veteranos de guerra” actuales  esto es,  los modelitos humanos armados en fechas cercanas al término de la II Guerra Mundial.
En Agosto del  98  publiqué una columna en un diario local donde ayudaba a aumentar el tiraje los domingos  y hacerle ganar unas moneditas extras a don Agustín. Recordaré algunas ideas que expresé allí, por seguir vigentes  aún cuando más viejas.  
Sabido es que Agosto es el mes de los gatos, denominación que tiene una explicación científica. Las gatas presentan un tipo de ciclo llamado poliéstrico estacional, es decir, sus celos se presentan en una determinada época del año. Esto tiene que ver con el grado de luz de la temporada. Agosto es el mes cuando empiezan a aumentan las horas luz y por eso a las gatas se les suben las hormonas, se ponen cachondas y desordenadas, afectándonos nuestras noches de sueño.
Pero en realidad los más afectados con la llegada de Agosto son los ancianos, la llamada tercera edad. En rigor en este mes se abre la temporada de “caza de viejos”. Período de alto riesgo para los humanos que exceden las seis décadas o más de vida,  modelitos que cada vez en más número,  circulan por los caminos de nuestra loca geografía.
El riesgo es mayor  donde las condiciones climáticas ponen en peligro la sobrevivencia de estos modelitos antiguos. Santiago  es un ejemplo típico. Para mi gusto el peor lugar de Chile para estar (no digo vivir). Es muy difícil  para la tercera edad soportar el frío, la lluvia, el precio de los remedios, las amanecidas para conseguir atención en los hospitales y principalmente, la falta de algo tan básico: oxígeno.
Por eso los viejitos con CI iniciado en  4, 5 y hasta 6 están con restricción. Dependiendo de la revisión técnica, podría ser solo el mes de los gatos pero en otros casos, también el mes del mar, de los  santos, de los volantines y hasta en el mes de María.
En Iquique los fríos no son extremos, aunque he sentido harto este mes. No creo que sea la edad, solo fallas esporádicas del termostato. Pero hay mucho de psicológico. Hasta el lenguaje influye. Antes nos despedíamos con un chao o  un adiós, ahora se dice: cuídate. Surgen preguntas capciosas: mira el carnet.  Sugerencias: este mes  mejor que no salgas de noche. Preocupación: esa tos es muy sospechosa. Te noto pálido. 
Cuando se pone viejo el cacharro, hay que aceptar que se producirán dificultades de arranque, bajo rendimiento, problemas en el tubo de escape, fallas en el encendido (lento y esporádico) pérdidas de energía, suspensión trasera caída, suspensión delantera por los suelos, poca lubricación y crujidera en el chasis. Hay que recordar también que para estos modelitos, todas las garantías están vencidas, así que no hay que exceder los límites de velocidad. Los modelitos “antiguos”, suelen caminar lentamente por la vida. Se recomienda viajar a velocidad de crucero sin forzar la máquina. Al equipo hay que ponerlo en movimiento lentamente por las mañanas y nunca exigirlo de noche. Ni menos tratar de hacerlo partir en frío. A los modelitos antiguos hay que tratarlos con cariño no solo en agosto, pues son piezas de colección. Digo yo.

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